BARCELONA -- Arda Turan ya cuenta los días que faltan hasta acabar oficialmente la temporada para encontrar una salida del Barcelona. El futbolista turco se aventura como la primera baja de la plantilla (o segunda si se tiene en cuenta al tercer portero Jordi Massip) y tanto él como su representante y el club azulgrana están a la espera de concretar alguna de las propuestas que le han llegado en las últimas semanas.
El Barcelona se mantiene a la espera de una llamada de su representante para agilizar las gestiones, aceptando que, ahorrándose un salario que se calcula por encima de los 5 millones de euros, perderá dinero respecto a los 34 millones que pagó por su incorporación.
Fichado entre gran euforia tras la conquista del triplete en el verano de 2015, avalado personalmente por Luis Enrique y presentado como baza electoral del presidente Josep Maria Bartomeu en unas elecciones en las que obligó a ficharle por parte de la Junta Gestora del Barça a pesar de no poder jugar hasta enero de 2016 por la sanción que pesaba sobre el club, decepción es la palabra que resume la permanencia del ex futbolista del Atlético de Madrid.
De un total de 90 partidos oficiales desde enero de 2016, cuando pudo ser inscrito por el Barcelona, Arda ha participado en 55, solo 32 de ellos como titular y completando apenas 17.
Bajo contrato hasta junio de 2020, el rendimiento de Turan se ha movido entre la esperanza y la decepción, pero la recta final de esta segunda temporada en el Camp Nou ha sido poco menos que desoladora. Titular en solo 14 jornadas de LaLiga, su última aparición data del 26 de abril frente a Osasuna.
A partir de ahí su figura desapareció del plano y Luis Enrique, quien saludó en su día el fichaje con indisimulada alegría, le aparcó de manera sospechosa. Si en otra época la ausencia de Luis Suárez habría invitado a pensar en su entrada en el once con un cambio de posiciones en el ataque, de cara a la final de la Copa del Rey del sábado su presencia en el once ni se contempla.
Las últimas cuatro jornadas ligueras las contempló Arda Turan en el banquillo y su pérdida de trascendencia quedó clara cuando en dos de ellas Luis Enrique ni tan solo completó los tres cambios autorizados. Si podría eso considerarse una señal de la poca confianza que ha acabado teniendo el entrenador en varios de sus jugadores, en el caso del turco la evidencia es absoluta.
CASILLERO VACÍO
Si durante el mercado de invierno su nombre ya se relacionó con un posible traspaso millonario al fútbol chino, que nunca se concretó por la inexistencia de ofertas concretas, ahora la situación se contempla distinta.
De entrada llama la atención que a la conclusión del último partido de Liga frente al Eibar, en el que permaneció durante los 90 minutos en el banquillo, Arda vaciase completamente su casillero del vestuario, ante la extrañeza de algunos de sus compañeros y en un mensaje indisimulado de sus intenciones.
El Barça, que desde el verano de 2016 estaría abierto a negociar su traspaso, se encontró siempre con la negativa del jugador, quien por activa y por pasiva proclamó su intención de quedarse en el Camp Nou. Pero viendo lo sucedido este último curso y ante la perspectiva de que la operación fichajes que pretende llevar a cabo el club le aparte todavía más del plano, tendría definido su abandono.