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Barcelona pierde en el estreno liguero 11 años después

El Barcelona comenzó la Liga de (Barcelona decepciona y cae con un golazo) mala manera. Once años después perdió en su presentación después de un partido en San Mamés en el que ofreció una imagen muy desdibujada y que, sin merecer perder, se condenó por una genialidad final de Aduriz.

Desde que en 2008 cayera en Soria ante el Numancia el equipo al frente del que se estrenaba Pep Guardiola, nunca más volvió a perder el Barça en la primera jornada de Liga. Diez victorias consecutivas, siete en el Camp Nou y tres como visitante, acumulaba desde entonces un conjunto que llegó a Bilbao huérfano de Messi, que sufrió la (Luis Suárez, lesionado en la primera jornada) lesión de Suárez y acabó amargado en el marcador y preocupado por una imagen muy alejada de lo esperado.

Ni De Jong, ni Griezmann, ni Dembélé ni nadie. Agobiado encima por la lesión de Luis Suárez en la primera mitad, el campeón volvió a echar de menos, y de qué manera, a Leo Messi, cuya ausencia convirtió el ataque en una calamidad, muy alejado de lo esperado y de lo que, por ejemplo, mostró en el último amistoso frente al Napoli en Estados Unidos.

“No hemos sido nosotros y ellos nos han apretado muchísimo… Ganar o perder son detalles” resumió al acabar el partido Gerard Piqué, argumentando un resultado terrible en la presentación de un equipo del que se esperaba tanto a pesar de la ausencia del capitán. Curiosamente, acabó por ser Rafinha, jugador señalado continuamente como transferible y que entró en el campo por la lesión del uruguayo, quien mejor rendimiento ofreció.

“Si no estás bien te pintan la cara. Y ya nos podemos poner las pilas” sintentizó Piqué, en un discurso tan simple como preocupante. Y es que al Barça le pintó la cara un Athletic aguerrido, fuerte, intenso y que debió sorprenderse de la poca respuesta física que le ofreció el campeón. Fallón en la combinación y nulo en el gobierno del partido, De Jong pasó de puntillas, tanto como mediocentro en la primera mitad como de interior en la segunda, más ocupado en recuperar la posición que en dirigir el juego de ataque que se le suponía.

A su lado, Griezmann, quien con Real Sociedad o Atlético de Madrid, había marcado hasta cinco goles en San Mamés, fue una sombra y dejó aún peor a Dembélé, tan fallón como desconectado. Y señalado en la jugada del gol del Athletic, no persiguiendo la marca en una jugada que acabó siendo definitiva.

Mucho, muchísimo, deberá mejorar el Barcelona en los nueve días que faltan hasta que reciba al Betis en la segunda jornada liguera. Habrá que ver si está en condiciones Luis Suárez… Y rezar para que vuelva Messi. Valverde sorprendió (Valverde sorprende con su alineación de debut) con su apuesta de cambiar de cara al centro del campo y ese atrevimiento no le ofreció el resultado esperado. Habrá que ver si se mantiene firme en sus decisiones o regresa al pasado. Para bien. O para mal.