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Barcelona planea la reconstrucción con Messi como pilar

BARCELONA -- El Barcelona desmintió por triplicado el domingo por la noche que Leo Messi hubiera comunicado su intención de abandonar el club este mismo verano y el Barcelona repitió este lunes por la mañana el mismo discurso.

Ni Josep Maria Bartomeu, ni Òscar Grau ni Eric Abidal recibieron tal ultimátum del astro argentino... Quien tres días después de la debacle de Lisboa mantiene un escrupuloso silencio atendiendo, se supone, a todo lo que sucede en el club.

Con una temporada más de contrato en vigor y una cláusula de rescisión de 700 millones de euros, una salida inmediata del capitán se sospecharía tan improbable como catastrófica para el Barça, que tiene en Messi a una de sus pocas piezas intocables y es a partir de quien Bartomeu intentaría edificar el cambio generacional de la plantilla... Además de, obviamente, evitar pasar a la historia como el presidente que perdió a la máxima estrella de la historia de la entidad.

Curiosamente, en el agitado presente azulgrana, donde el entorno ha comenzado a disparar en todas direcciones, incluso la figura del argentino ha sido puesta en duda. Ciertamente en voz baja y sin ser comparable a otros protagonistas del club, ya fuera de los despachos o del vestuario, pero a partir de todo lo sucedido, y lo que se viene sucediendo y sucederá, en las últimas y próximas horas, la postura que pueda tomar Leo se entiende trascendental en el futuro inmediato del club.

Bartomeu citó este lunes a sus directivos para una reunión de urgencia en la que deben empezar a tomarse decisiones inmediatas, empezando por el despido de Quique Setién, siguiendo por acordar un calendario electoral y, punto trascendente, la elección de un nuevo entrenador, con la figura de Ronald Koeman en el primer plano.

De esta manera, tres son los escenarios que puede manejar Messi a día de hoy en el Barça:

1.- Marcharse

De entrada el más improbable es pensar en que el argentino abandone el Barça este mismo verano. Su cláusula de rescisión es de 700 millones y el club, Bartomeu, no le daría facilidad ninguna. Al contrario, intentaría por todos los medios recuperar en la medida de lo posible la maltrecha confianza que tiene el astro en los dirigentes para, por lo menos, prolongar la agonía durante unos meses confiando en que la situación deportiva mejorase lo imprescindible para tranquilizarle y reanudar las conversaciones de su renovación.

Es una evidencia palpable que Leo está muy frustrado y decepcionado, a todos los niveles, con el Barcelona y sus mensajes, desde el mes de enero, han sido lo suficientemente claros en ese sentido. Los efectos de la bomba que soltó tras la derrota frente a Osasuna no se han evaporado, al contrario, están en el primer plano y sintiendo que sus advertencias no han sido tenidas en cuenta existe un creciente rumor de que su hartazgo le llevaría a tomar esta decisión drástica.

Quizá esperando a conocer el nombre del nuevo entrenador y de las decisiones respecto a la plantilla, que no haya reaccionado, por medio de su entorno o directamente a través de las redes sociales en las últimas horas no provoca precisamente tranquilidad.

2.- Agotar su contrato

La opción que más probable se estima es... que no pase nada y que se porolongue la actual situación, con Messi sin renovar, después de haber atajado las iniciales conversaciones, y dejando pasar los meses hasta, quizá, acabar su contrato en junio de 2021, lo que le abriría la puerta a marcharse libremente.

De hecho, esta posibilidad le ofrecería al crack argentino la opción de negociar contrato con otro club a partir del próximo mes de enero, lo que provocaría, hasta entonces y a partir de entonces, una auténtica pesadilla en el Barcelona.

Si Messi decide no renovar también puede interpretarse como su intención de dejar pasar los meses con la intención de tomar una decisión en base a las sensaciones que tenga durante los próximos meses en el club azulgrana, a su relación con el nuevo entrenador, la confección y rendimiento de la plantilla y a la situación global del club, encarada a unas nuevas elecciones.

Incluso pudiera darse el caso, un peligro y riesgo evidente, de que el crack argentino esperase a la llegada de una nueva directiva tras los comicios, si éstos se realizasen en plena temporada y la candidatura ganadora tomase el mando antes de su finalización, para negociar con el nuevo presidente su renovación... O le comunicase su determinación a marcharse, lo que provocaría un bombazo mayúsculo en la nueva etapa directiva.

3.- Renovar

Casi tan improbable como la primera posibilidad, sospechar que Messi traslade a su padre y asesores la orden de reanudar a corto plazo las negociaciones para renovar su contrato es hoy por hoy muy difícil de contemplar.

Leo, cuya última firma se produjo a finales de 2017, ha repetido por activa y por pasiva que su deseo íntimo es acabar su carrera futbolística en el Barça, el único club en el que ha jugado y las primeras charlas entre su padre y Bartomeu apuntaron a la posibilidad de que pudiera renovar anualmente o, como en el caso de Iniesta, firmar indefinidamente con una cláusula que le permitiera al final de cada año romper ese contrato.

De momento, sin embargo y a la vista de la situación actual del club y, también de su expreso silencio, se entiende muy difícil que Messi esté dispuesto a estampar ninguna firma a corto plazo y prefiera esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.