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Barcelona tiene 10 razones para ser optimista

Barcelona tiene un nuevo presidente, Joan Laporta, quien casualmente también es su expresidente, y abundan las especulaciones sobre lo que podría suceder a continuación.

Los escenarios van desde la fatalidad total --más de mil millones de dólares de deuda, el contrato a vencer de Lionel Messi, una pandemia global que está devastando la economía del fútbol-- hasta posturas de "¿Qué? ¿Preocuparme yo?", perfectamente ejemplificada por el candidato a presidente Toni Freixa, quien había hablado de fichar a Erling Haaland, de Borussia Dortmund, y a Kylian Mbappé, de PSG.

Como suele suceder, la realidad está en algún lugar entre medio. Hay razones para temer lo peor, razones para ser cautelosamente optimista, y algunas razones para alegrarse, incluso unos días después de no haber clasificado a los cuartos de final de la Champions League por primera vez desde 2007.

Un manejo astuto y responsable de Laporta podría mantener a Barcelona en lo más alto, o al menos cerca de la punta, del fútbol de clubes durante las próximas campañas. Pero también podría seguir metiendo la pata y hundirse a profundidades irreconocibles. Pero éstas son las buenas noticias.

1. Hay dos equipos extraordinarios en Europa, y el resto... bueno...

Manchester City está un escalón arriba de todos los demás, y probablemente pueda decirse lo mismo de Bayern Munich. Son equipos sólidos desde el punto de vista financiero, y aunque tendrán que hacer algunos ajustes en el verano (el primero necesita un centro delantero y el segundo, un defensor central) están bien parados. Todos los demás tienen asuntos por resolver en la cancha, en el banco, o en las cuentas del club. Puede que Barça esté peor que los grandes clubes de Europa en muchos aspectos, pero todos tienen problemas.

2. Su deuda es monstruosa, pero la deuda sólo es un problema si no se puede pagar

La deuda "a corto plazo" de casi $800 millones es bastante aterradora. El blogger financiero Swiss Ramble explica en detalle cómo la de Barcelona es tan grande en comparación con las de otros clubes, y por qué es preocupante. Sin embargo, mientras se pueda refinanciar, hay margen de maniobra, y el hecho es que, en este momento, hay muchos capitales privados dando vuelta en el fútbol y las tasas de interés siguen siendo bajas.

Puede que no consigan un acuerdo excelente y, en cierta medida, podrían terminar pateando el problema para más adelante, pero conseguirán un acuerdo.

3. Aplican las reglas de "Más que un club", lo cual es una espada de doble filo, pero en este caso es un positivo neto

La estructura de Barcelona --con un consejo elegido por sus miembros-- significa que hacerle un préstamo es más como prestarle dinero a un gobierno local. A primera vista, no es algo bueno: los directivos electos no están igualmente comprometidos porque, a diferencia de los inversores privados, no están jugando con su dinero. Pueden ser más propensos a ceder ante presiones externas y correr riesgos irrazonables en aras de la popularidad a corto plazo, de modo que los prestamistas les cobran más.

Eso es así hasta cierto punto, aunque no tanto como en el pasado. Por otro lado, el estatus público de Barcelona le da un poco más de palanca con las prestadoras. Una cosa es que un banco amenace con iniciar acciones legales contra un club de un fondo de inversión estadounidense o de un oligarca ruso si se retrasan en los pagos. Y otra muy distinta es ir contra un fondo público como Barcelona, con decenas de millones de seguidores y una nueva dirección que ha heredado el desastre.

En términos de relaciones públicas, si Barça debe dinero, es más probable que la prestadora quiera renegociar y tener una buena imagen en la prensa --"¿Ven? ¡Estamos ayudando a Barça a salir del agujero y no somos malos!"-- en lugar de llamar a los abogados y a los recolectores.

4. Hay una columna vertebral de talento de primer nivel, en su mayoría jóvenes

Dejemos a Messi de lado por un momento y miremos al resto. Marc-Andre ter Stegen (28), Frenkie de Jong (23), Pedri (18) y Ansu Fati (18) sin lugar a duda son jugadores de primer nivel, están entre los mejores del mundo en sus funciones. Ronald Araujo (22), Sergino Dest (20) e Ilaix Moriba (18) se encuentran en vías de alcanzar ese nivel.

Si realmente quieres ver el mundo a través del cristal azulgrana, podrías incluir a Riqui Puig (21), Óscar Mingueza (21) y Francisco Trincao (21) en esa lista, y tal vez sumar a los préstamos Carles Alena (23) y Jean-Clair Todibo (21). Yo no voy a ir tan lejos, pero entre los últimos seis seguramente haya uno que llegará al máximo nivel, y un par de colaboradores útiles. Considerando sus edades, no está nada mal.

5. A pesar de los altibajos, algunos jugadores han demostrado que no necesitan ser inmediatamente reemplazados

Jordi Alba tiene 31 años, pero ha tenido su mejor campaña en varios años y podría ofrecer un par de temporadas más (de todas maneras, está contratado hasta 2024 inclusive). Clement Lenglet (25) también está contratado hasta 2026, y aunque no convenza a todos, es un jugador útil. Hasta Sergio Busquets (32), quien tuvo una mala racha este año, puede darte uno o dos años más en determinadas condiciones.

6. Todos andan mal financieramente, no es sólo tu caso… lo que significa que el ecosistema del fútbol ha cambiado

Los gastos de transferencias y salarios casi con seguridad bajarán en el verano ya que hay menos dinero en el sistema. Eso te perjudica porque es más difícil deshacerte de activos para conseguir dinero en efectivo con rapidez. Barça ha tenido la nómina de sueldos más alta del mundo durante unos cuantos años, y los demás simplemente no van a querer hacerse cargo de algunos fiascos del Camp Nou con sueldos excesivos. Pero la falta de dinero en efectivo en el sistema funciona de dos maneras. También significa que habrá menos competencia para los muchachos que deseas conservar, en particular aquellos a los que quieres extenderles el contrato, como Pedri o como Ousmane Dembélé. Y si necesitas hacer nuevos fichajes, los mismo deberían, por el mismo principio, estar mucho más baratos.

7. Los contratos malos no son eternos y, en algunos casos, pueden ser negociados

Quizá esto no funcione con jugadores como Samuel Umtiti o Philippe Coutinho: estarás comprometido con sus contratos hasta 2023. Lo mismo sucede con Miralem Pjanic (30) hasta 2024. Está bien. Desaparecerán mágicamente de tu nómina de sueldos en unos años. (Y eso es importante cuando haces proyecciones y armas tu plan a tres años). Pero puedes acercarte a alguien como Gerard Piqué – que tiene 34 años y un contrato hasta 2024, y quien además adora al club – y decirle: "Gerard, necesitamos tu ayuda... estamos teniendo dificultades. ¿Podemos arreglar algo? Es extremadamente rico para comenzar, está casado con alguien que tiene más dinero que él y es probable que tenga ambiciones de conseguir un rol luego de su retiro... ¿Por qué no intentarlo al menos?

Y luego está Sergi Roberto, que al final de la próxima temporada terminará su contrato. Este es el único club que conoce, ha estado lesionado durante toda la campaña, ¿diría que no a unos años más y un poco menos de dinero?

8. El modelo económico de Barça significa que han absorbido más los efectos negativos del COVID-19, pero deberían disfrutar más de los positivos cuando todo esto termine

El Camp Nou es el estadio más grande del fútbol europeo y su cierre significó que el público pasó de ser de un promedio de 75,000 personas por partido, antes de la pandemia, a cero desde entonces. El museo de Barcelona es el tercero más visitado en España – sus ingresos cayeron a cero.

No tienes que ser un genio para ver cómo, en términos absolutos, los cierres han afectado a Barça en mucho mayor grado que a otros clubes. Pero cuando todo reabra, los ingresos volverán a entrar a lo grande. Y eso también impactará de manera positiva en Barça más que en los demás.

9. El contrato de Ronald Koeman tiene vigencia hasta 2022

Ha cometido errores y puede que no sea la solución a largo plazo, peor el holandés y además ex jugador de Barcelona ha superado las expectativas en cuanto la manera en la que pudo redirigir el barco y en cuanto a su aceptación entre los jugadores. El hecho de que Barcelona siga en carrera para el doblete doméstico a pesar del burofax de Messi, de la renuncia de José María Bartomeu, del desastre en el mercado de pases de verano, de la implosión financiera... en algún punto, todo esto significa que se merece el crédito.

Lo bueno, sin embargo, es que, si Barça necesita ir en una dirección contraria, no le costará dejarlo partir. Y si se queda, él no estará en una posición de tener demasiadas exigencias como lo estaría un entrenador de alto perfil.

10. Si eres inteligente, puedes hacer que la situación con respecto a Messi termine siendo beneficiosa para todos

Simplificándolo, necesitas poner un número de lo que Messi le aporta al club. Un número real, no el vudú electoral de rentabilidad de Laporta cuando dijo que Messi le cuesta a Barcelona el 8% de su presupuesto pero que le significa el 30% de los ingresos. Y luego hablas con él como adulto. Le dices que quieres que se quede, pero si espera ganar algo cercano a los más de $100m que gana ahora, eso no sucederá, porque sería irresponsable por parte del club. Significaría que no pagarán las deudas y que no podrán rodearlo de jugadores con los que pueda seguir ganando antes de retirarse.

No hay que tener vergüenza de pedir un “descuento de residente”. No aparenta ser una persona que se sienta principalmente motivada por el dinero, de todas maneras. Tampoco significa que tiene que ser como Pau Gasol y jugar por (prácticamente) nada. Simplemente necesitas demostrarle que, si él acepta un recorte sustancial, con ese dinero estarás pagando deuda o sumando/reteniendo talento. Calcula un número y permanece firme con él… y ruega que esté de acuerdo.

¿Y si no está de acuerdo? Bueno, tendrás una cuantiosa suma de dinero disponible en la nómina de sueldos y aliviarás una tonelada de presión financiera.

¿Y si esta de acuerdo? Bueno, tendrás otra temporada con uno de los más grandes futbolistas de la historia a un precio que probablemente sea mucho menor de lo que vale.

Esas son 10 razones para sentirse optimista. Puedes, sin dudas, pensar en muchas más para entrar en pánico. Y sí, mucho depende de la fe que tengas en Laporta. Él no es un hombre de negocios, él es fundamentalmente un abogado y un político y, hay que reconocerlo, eso no es necesariamente una buena señal. Pero si es lo suficientemente humilde como para rodearse de personas inteligentes, si no comete los errores del pasado, si puede hacer que los fanáticos crean en su proyecto, podrá hacer que esto funcione.

Barça no es un club a prueba de recesión y tampoco demasiado grande para fracasar. Pero lo cierto es que está muy cerca.