No debe haber sido un año sencillo para Edinson Cavani. La salida por la puerta de atrás del PSG, club del que es goleador histórico e ídolo de la afición, los meses de incertidumbre mientras buscaba un nuevo equipo que acogiera sus goles, y el acople a una vida muy diferente a la parisina en Manchester.
Parece paradójico repasarlo hoy en día, pero Cavani empezó el 2020 siendo capitán del PSG ante Linas-Montlhéry en la Copa de Francia, en partido disputado el 5 de enero y en el que marcó dos goles y brindó una asistencia. Pero en ese mismo mes sufrió una nueva lesión, la tercera de la temporada 2019/2020, que lo relegó aún más en la elección del entrenador Thomas Tuchel.
A su vuelta en febrero, tuvo minutos, mayormente desde el banco, en los que marcó dos goles en liga, pero se veía que el DT alemán no lo tenía como prioridad. Su último gol, en la victoria contra Girondins de Burdeos por 4 a 3, fue su anotación número 200 para el equipo parisino, y fue homenajeado en ese sentido.
Desde 2018, el salteño ya era el máximo anotador histórico del club, pero ese 23 de febrero había llegado a la significativa marca de 200 redes rotas. El tiempo decidió que ese fue su último gol como jugador de PSG. La Ligue 1 de Francia se suspendió a principios de marzo por la pandemia de coronavirus, y en abril se decidió que no se retomaría y que PSG sería nombrado campeón.
Pasaron los meses más duros de la primera oleada de COVID-19 en Europa y los clubes empezaron a vislumbrar cómo serían sus planteles al regreso. El 13 de junio, el director deportivo del PSG, Leonardo Do Nascimento, confirmó de forma explícita algo que era un secreto a voces: el contrato de Cavani, que vencía en julio, no sería renovado y el jugador saldría libre.
El Matador viajó a Uruguay y se entrenó por su cuenta en el campo, mientras los nombres de los equipos que estaban tras sus pasos se acumulaban. Gremio, Atlético Madrid, Chelsea, Roma, Juventus o equipos de la MLS fueron solo algunos de los que sonaron para contratarlo. Para agosto, sin embargo, parecía una certeza que el que se llevaría a Cavani sería el Benfica. A pesar de ello, las negociaciones no prosperaron y el delantero tuvo que seguir esperando.
La fecha señalada fue el 5 de octubre cuando el Manchester United anunció de forma oficial el fichaje del uruguayo por un año con opción a uno más. Cavani llegaba así a la Premier League, una liga que parecía hecha a medida de su despliegue físico y exuberante potencia.
Algunos hinchas protestaron la contratación de un jugador que creían demasiado veterano para lo que necesitaba el club. El 24 de octubre, Edi debutó con los Red Devils ante Chelsea, y en su primera pelota, estuvo muy cerca de marcar un gol. Era un aviso: lo suyo en el fútbol inglés iba en serio.
No quiso el destino que Cavani debutara contra su ex equipo, el PSG, ya que fueron sorteados en el mismo grupo de Champions League que los ingleses, pero el salteño aún no estaba pronto para salir a la cancha.
El 7 de noviembre pudo marcar su primer gol con el equipo rojo de Manchester. Fue en la victoria por 3 a 1 contra Everton. El salteño recibió de Bruno Fernandes, y definió engañando al arquero de los azules para sellar la victoria. Poco a poco, el uruguayo fue ganando minutos y confianza y si bien tiene varios compañeros que le disputan lugares en el ataque, le ha tocado ser titular en la liga en una ocasión, y en dos en la competición europea.
En noviembre también regresó a la Selección Uruguaya y lo hizo con estilo, marcando el primer gol de la tremenda victoria uruguaya sobre Colombia en Barranquilla por 3 a 0.
A fines de noviembre, Cavani tuvo su momento más glorioso hasta ahora con el Manchester United. Southampton le ganaba 2 a 0 a los Red Devils, y en el entretiempo, el salteño saltó a la cancha y causó una revolución en el equipo. Asistió a Fernandes para el 1-2, luego marcó el empate de palomita y en los descuentos, marcó el gol de la victoria de cabeza para meterse a los hinchas en el bolsillo.
Este partido, que debió ser su máxima alegría en el club hasta la fecha, terminó generando una nota negativa por la que debió atravesar el ariete a poco de llegar a Inglaterra. Fue acusado de racismo por parte de la Federación Inglesa (Football Association) y sancionado con tres partidos por responder en Instagram a una publicación de un amigo felicitándolo por su actuación con el comentario "gracias, negrito", en lo que parece una decisión exagerada y sacada de contexto respecto a cómo se expresó el jugador.
Pero la pelota siguió rodando y no conforme con su anterior doblete, el miércoles 23 de diciembre marcó un golazo de zurda a los 88’ contra Everton por la Copa de la Liga para romper el 0 a 0 y darle la clasificación a semifinales a su equipo, que más tarde liquidaría el pleito a través de Anthony Martial.
Después de una primera mitad de año durísima para el Matador, su etapa en el Manchester United comenzó de buena manera en la cancha, demostrándole a los hinchas con goles y sacrificio que todavía tiene hambre de gloria y páginas triunfales por escribir.
A pesar de tener que atravesar la infundada acusación de racismo, el tiempo dirá hasta dónde puede marcar Cavani su legado en el fútbol inglés.