Carlos Tevez está acostumbrado a escribir grandes capítulos en su rica historia dentro del fútbol.
Fiel a su recorrido, el último gol que marcó en el Viejo Continente, antes del desembarco en Boca Juniors a mediados de 2015, fue especial.
El 5 de mayo de 2015 anotó de penal el 2-1 final con el que Juventus derrotó de local a Real Madrid, por la ida de las semifinales de la UEFA Champions League. Fue el gol del triunfo que más tarde le permitiría a la Juve llegar a la final del torneo más importante de Europa.
Tevez venía siendo una de las figuras del conjunto italiano, tras su arribo para la temporada 2013/2014, donde se consagró campeón de la Serie A. La Juve, acostumbrada a ganar en los últimos tiempos muchos torneos en el ámbito local, necesitaba hacerse fuerte entre los grandes del continente.
La presencia de Carlitos en ese equipo dirigido por Massimiliano Allegri fue clave. Marcó 7 goles en la Champions, quedando a tres de Ronaldo, Messi y Neymar, los máximos anotadores.
Las semifinales ante Real, podría decirse, fueron una especie de final adelantada. Dos colosos frente a frente, en un partido que reunía a buena parte de los mejores futbolistas del mundo. Tevez no desentonó.
El partido de ida era clave para que la Juve llegara al Santiago Bernabeu con ventaja. Había que ganar. Y salió decidida la Vecchia Signora a imponer condiciones. A los siete minutos de juego, Tevez sacó un gran remate dentro del área, esquinado, que tenía destino de gol. Casillas reaccionó a puro reflejo, pero el rebote quedó servido al borde de la línea de gol para que Morata marcara el 1 a 0 inicial.
No iba a resultar tan fácil. Porque el Real se volcó con todo al ataque para buscar el empate, y lo consiguió a los 26 minutos con un cabezazo de Ronaldo. Todo estaba igualado. Y los Merengues habían marcado un valioso tanto como visitantes.
Juventus sabía que debía ganar para ir a Madrid con ventaja. Hasta que, una vez más, apareció Carlitos. A los 11 del complemento y con los visitantes volcados al ataque, el 10 tomó el balón detrás de la mediacancha, dentro de su propio campo de juego. Y comenzó una carrera imparable. Una contra perfecta, a pura velocidad, hasta que ingresó al área con la marca encima de Carvajal.
El argentino buscaba definir, pero había sido arrastrado por el defensor hacia la izquierda del arco. Cuando iba a rematar Carvajal lo cruzó abajo, el Apache se cayó y el árbitro cobró penal. Muy discutido por todos los jugadores del Real, menos por el propio Carvajal, que casi no protestó y se fue resignado con la cabeza gacha.
El propio Carlitos tomó la pelota para poner nuevamente en ventaja a su equipo. Y lo hizo con un remate seguro al centro del arco, mientras Casillas se tiraba hacia su izquierda. Momento cumbre del partido. Frialdad extrema de Tevez, quien tiene muchas virtudes pero que no se destaca por ser un especialista a la hora de ejecutar penales.
Juventus ganó ese partido por 2-1 con Tevez como figura, siendo decisivo para el resultado final. La revancha, en Madrid, con el empate 1 a 1, dejó a la Juventus en otra final de Champions. La alegría no pudo ser completa porque el Barcelona de Messi triunfó en la definición, al ganar por 3-1.
Carlitos dejó Europa para volver a jugar en Boca
Fue el broche final de Carlitos en Europa. Con 31 años y en plenitud tomó una decisión muy valorada por los simpatizantes de Boca: decidió volver al club dónde debutó y del que es hincha.
En su casa lo recibieron con todos los honores: ¿qué jugador puede darse el lujo de volver a su tierra y que lo aclamen, un día de semana, más de 45.000 personas en una cancha repleta? Eso consiguió Carlitos. La Bombonera se abrió para él y los hinchas le regalaron un enorme homenaje.
En Boca volvió para salir campeón. Y sumó varios títulos más a su colección.
No todo fue color de rosa en Boca, sobre todo cuando decidió pasar al fútbol chino por una cifra millonaria. Pero como el Apache siempre escribe su historia a lo grande, y hay amores que pueden resentirse pero nunca olvidarse, regresó al Xeneize con el desafío de recuperar ese cariño incondicional de la gente.
Sin embargo, tras la escala en China, en lo futbolístico parecía acabado. Como si ya no tuviera resto ni ganas, a los 36 años, de ser el de antes. Jugaba poco, no se encontraba en el equipo y encima se estaba por vencer su contrato. Pero todo fue distinto: la llegada de Miguel Ángel Russo como entrenador, la confianza que le dio otro ídolo como Riquelme (en su rol de dirigente) le cambiaron el ánimo y la cabeza. En el 2020 se vio un Tevez renovado que mostró toda su jerarquía y su capacidad goleadora para salir campeón.
Atrás había dejado su paso por Europa. Una colección de 25 títulos y un gol clave, el último ante Real Madrid, para ponerle el sello a una etapa llena de éxitos.
