Guadalajara aprovechó el Clásico Tapatío para superar una semana difícil, gracias a la efectividad de Ricardo Marín y el protagonismo de Roberto Alvarado
Chivas resurgió de una semana en medio de la polémica, por un lado de las indisciplinas de Alexis Vega, Cristian Calderón y Raúl Martínez, y después ante el riesgo de perder a Veljko Paunovic ante la oferta del Almería de España.
El Rebaño aprovechó el Clásico Tapatío para volver a ver la luz, esto tras golear 4-1 al Atlas en el Estadio Akron, inmueble que recibió 39 mil aficionados para la reivindicación del conjunto rojiblanco.
Tras la victoria de Chivas, te dejamos las razones por la que consiguió terminar con la sequía de seis juegos sin ganar en Liga MX.
Ricardo Marín, el olfato goleador que necesitaba Chivas
El delantero rojiblanco, ex del Celaya de la Liga de Expansión, tuvo una noche de ensueño en un partido de suma importancia y tras una semana de indisciplinas y sequía de puntos. El atacante marcó dos tantos en el Clásico Tapatío, anotaciones que hicieron vibrar el Estadio Akron. Su habilidad en el juego aéreo y su condición física, contribuyeron a ser protagonista de la noche del sábado con Chivas y conseguir la victoria del Rebaño tras seis juegos sin sumar de tres unidades.
Cabe señalar que el rojiblanco previo al encuentro recibió un reconocimiento por parte de Fernando Hierro, director deportivo de Chivas, tras su gol ante Toluca, que fue el número 4 mil de la institución rojiblanca.
Roberto Alvarado asume la etiqueta de referente
El delantero se ha caracterizado por ser uno de los mejores elementos de Chivas, esto tras la baja de nivel de Alexis Vega, jugador que está apartado del plantel tras su acto de indisciplina. Roberto 'Piojo’ Alvarado colaboró con una asistencia y sentenció la goleada con la pena máxima, misma que creó ante Camilo Vargas.
Antonio Briseño, la muralla personal
El zaguero central, Antonio ‘Pollo’ Briseño aplicó su especialidad: la marca personal. El rojiblanco no se despegó del delantero Jordy Caicedo, a quien no dejó ni mantener el esférico o generar opciones de gol claras. Tanto en juego aéreo y retención del esférico, Antonio Briseño fue la muralla durante el Clásico Tapatío.