<
>

Facundo Colidio, el mejor jugador de River en el Mundial que va por una revancha personal

SEATTLE (Enviado especial) -- Facundo Colidio era uno de los juveniles más prometedores del fútbol argentino allá por 2016 y 2017, cuando tenía menos de 18 años. En 2014 había llegado a las inferiores de Boca Juniors desde Atlético Rafaela y no tardó en convertirse en figura de todas las divisiones en las que jugó. Tras brillar en la Selección Argentina sub 17, varios equipos europeos se interesaron en él y en 2018 lo contrató Inter por 8 millones de euros.

Viajó a Europa como viajan todos los futbolistas sudamericanos: con la ilusión de triunfar allí y quedarse muchos años. En la división Primavera se destacó y se consagró campeón con un gol de su autoría. Pero en 2019 no logró afirmarse entre los profesionales en el club italiano y en agosto fue cedido a préstamo a Sint-Truidense de Bélgica. Ese fue el primer paso del final de su sueño interista.

Antonio Conte nunca lo consideró y la llegada de Romelu Lukaku opacó sus posibilidades en la temporada 2018/2019. Había llegado como una joven promesa, pero muy rápido fue enviado a otra liga para sumar experiencia. En el fútbol belga hizo su debut oficial en Primera División y anotó sus primeros goles. Jugó en varias posiciones, incluso en el mediocampo, y disputó 46 partidos con 3 goles y 10 asistencias en dos temporadas. A mediados de 2021 volvió a Inter, que lo cedió una vez más en 2022, esta vez a Tigre, donde se hizo figura y fue ojeado por Boca y River.

En 2023, Boca arregló su incorporación con Inter. El club italiano estaba dispuesto a dejarlo ir y Juan Román Riquelme lo quería de nuevo con la camiseta azul y oro. Sin embargo, antes de cerrar la operación con el futbolista apareció el interés de River y Colidio no dudó: firmó con el histórico rival del cuadro en el que se formó. De forma instantánea, se convirtió en persona no grata en La Boca y entró por la puerta grande a Núñez.

Su campaña en River fue irregular, pero siempre mostró compromiso y solidaridad en el juego. Lo aprendió en Tigre, cuando hacía un gran trabajo para el lucimiento goleador de Mateo Retegui. Es el típico futbolista que todo entrenador valora por su entrega e inteligencia táctica.

En el Mundial de Clubes, Colidio fue figura en ambos partidos. Contra Urawa Red Diamonds marcó el primer gol con un certero cabezazo y le dio tranquilidad al equipo. En tanto, frente a Monterrey jugó como único punta y se sacrificó a lo grande. Tuvo opciones y su aporte fue fundamental para que River dominara el juego.

Frente a Inter no solo tendrá la gran oportunidad de demostrarles a quienes no lo valoraron toda su categoría, sino también de terminar de ganarse un lugar en el corazón del pueblo riverplatense. No será fácil, porque sin Sebastián Driussi se rompió la dupla que le devolvió poder goleador a un equipo que había tenido problemas en ese sentido.

Ahora, Colidio tendrá la principal responsabilidad ofensiva. Juegue con tres o con cuatro en el fondo, el exdelantero de Inter será la referencia de ataque. Contra Monterrey el plan funcionó pero no alcanzó por deficiencias en la definición. El miércoles en Seattle necesita aprovechar todas las ocasiones que se presenten. Inter no ha brillado desde lo defensivo, pero su jerarquía es incuestionable. Colidio no puede fallar.