Mikkel Damsgaard es la nueva joya de la Selección de Dinamarca. Con apenas 22 años, ya lleva 5 de carrera profesional levantando cejas por donde pasa su técnica y generando elogios para los que descubren su sacrificado talento. Siempre en el espejo de Christian Eriksen, lo reemplazó con madurez tras su episodio cardíaco en la Euro y se consolidó como su heredero.
Debutó con el equipo nacional en 2020, durante un amistoso ante Suecia. Todo lo que prometía lo empezó a cumplir rápido. En su 2do partido, en 2021, anotó 2 goles ante Moldavia en una goleada 8-0 por las Eliminatorias rumbo a Qatar 2022. En su 4to juego, fue titular ante Bélgica por la Euro, en el 1er partido post Eriksen, y no salió más. Mientras estuvo sano, estuvo en todos los partidos que disputó su país.
Aquella Euro siempre será un punto de inflexión en su carrera. Después de sorprender ante Bélgica, con su juvenil y atildado talento, ante Rusia, en la victoria 4-1 que clasificó a Dinamarca a la siguiente fase, abrió el marcador con anotó su 1er gol internacional. Un movimiento veloz en la puerta del área y un disparo esquinado lo transformaron en el danés más joven en convertir en la Euro. Muchos lo vieron aún más parecido a Eriksen tras esa acción.
Con apenas 20 años, Damsgaard entró en aquella convocatoria como el relevo de Eriksen. Su ilusión era aprender de su ídolo en los entrenamientos. "Me he inspirado en Christian al 100%. Le admiraba cuando era más joven y jugaba más como un número 10, como él”, admite Mikkel a medios daneses. Al final, debió ocupar su lugar. Y de qué manera lo hizo. En 8vos, ante Gales, dio una asistencia. Luego, en semis, volvió a anotar, ahora de tiro libre, en la derrota ante Inglaterra.
“Ese gol que hizo contra Rusia lo intentó muchas veces cuando era chico pero no tenía potencia en su disparo”, recuerda Kasper Kurland su DT en juveniles. “Era tan pequeño que había dudas sobre si podría jugar, pero todos pudimos ver que desde el punto de vista técnico, su toma de decisiones y su inteligencia futbolística, estaba a otro nivel”, agrega.
Al igual que Eriksen, Damsgaard comenzó a jugar en el club de su pueblo, Jyllinge, con su padre como entrenador. Lejos de facilitarle las cosas, esa situación lo obligó a esforzarse más. “Creo en el trabajo duro. Él también lo aprendió, que nada es gratis”, sentencia su padre en un documental. Mikkel confirma esa rígida educación y la agradece. “Fue duro conmigo. Tuve que entrenar un poco más que los demás. Creo que él tenía el sueño de jugar profesionalmente. Estoy muy contento de que me haya enseñado tanto”.
A los 11 años, durante un amistoso, un cazador de talentos de FC Nordsjaelland, que había ido a ver a otro jugador, se maravilló con Mikkel y le ofreció sumarse a la prestigiosa academia en la que se formó, entre otros, Simon Kjaer, el actual capitán danés. Pese a su pequeña talla, Damsgaard se encargó de sobresalir, con mucha convicción, entre gigantes hoscos de pierna fuerte. Según su DT juvenil lo destacaba “su toque, sus gambetas, no era rápido pero salía de las situaciones siempre con el balón, la visión con sus pases, su nivel de orientación y conciencia del espacio. Cuando esperabas que fuera en una dirección, él veía algo más en otra".
Tras una gran temporada con el sub17, donde se destacó como el gran prodigio danés, llegó a la 1ra del FC Nordsjaelland. Tras su debut fue titular siempre. El entrenador de ese equipo era Kasper Hjulmand, el actual seleccionador de Dinamarca. “Mikkel está un paso por delante, uno o dos segundos más rápido de cabeza que otros jugadores", lo define el DT danés.
En febrero de 2020, Damsgaard fue transferido a Sampdoria. Entonces, hubo muchas dudas sobre si podría adaptarse al juego físico de la Serie A. La pandemia, que acababa de comenzar, hizo las cosas más difíciles pero Mikkel supo salir adelante, siempre con la pelota en sus pies. En su 1ra temporada jugó 37 partidos (18 veces titular), anotó 2 goles y dio 4 asistencias. Tras su espectacular Euro, en la 2da campaña las lesiones le impidieron mantener el ritmo y sólo disputó 12 partidos. Su talento es innegable, solo hay que ser pacientes para disfrutarlo. “No hay dudas de que es un prodigio pero no le pongamos tanta presión”, pidió Claudio Ranieri, su DT, en una afirmación paternal y contradictoria.
Damsgaard es un talento de estos tiempos. Combina una lujosa habilidad con el balón, gran pase y visión, con un incansable físico, sacrificado y ordenado tácticamente. Se formó como un interior, a lo Eriksen, pero en Italia Ranieri lo utiliza más como puntero, sobre todo por izquierda, aprovechando su entrega. En ataque, ofrece desequilibrio a partir de movimientos y sus pases profundos. En defensa, destaca por poner pierna fuerte y obstinarse en recuperar la pelota. Todavía le falta ser más consistente en la marca y aumentar su masa muscular, para imponerse en el cuerpo a cuerpo, pero su voluntad es innegable. Como su potencial, ese que tiene tan ilusionados a los daneses cada vez que lo ven hacer cosas como estas.