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Simon Kjaer, el capitán de Dinamarca en la Copa del Mundo de Qatar 2022

Simon Kjaer, el capitán que lidera el sueño de Dinamarca en esta Copa del Mundo. AP

Simon Kjaer juega al fútbol desde los 4 años. Se inició en el humilde Lund IF, cercano a su natal Horsens, y recién a los 15 años ingresó en la 1ra academia danesa, la de FC Midtjylland, el club donde su padre era utilero. “Solo lo tomamos porque su papá estaba trabajando para el club”, admite años después Claus Steinlein, director de la institución. Fue uno de los primeros jugadores en salir de esa hoy prestigiosa cantera. Pese a no mostrar un talento natural su determinación, esa que aún lo caracteriza, le permitió convertirse en futbolista profesional.

Originalmente, su posición era la de mediocampista pero en 2007, cuando debutó en la 1ra de FC Midtjylland, ya había sido reconvertido en el defensor central. A mitad de ese año se probó en Real Madrid y quedó pero el club danés decidió no venderlo, aún. Un año después, Palermo ofreció 4 millones de euros por su pase y aceptaron. En aquella época soñaba con ser “el mejor del mundo” y se inspiraba en Fabio Cannavaro y John Terry.

Aquella estancia en la Serie A fue decisiva. Le permitió perfeccionarse como zaguero y en el arte de reponerse a todo. Con apenas 18 años, y sin saber una palabra de italiano, se instaló en Sicilia, en la casa de una familia danesa mientras extrañaba a la propia. Era la época en que tenía la manía de, cada mañana, ponerse primero el calcetín derecho. Cuando todavía tenía debilidad por la comida McDonald’s y se hizo adicto al panelle palermitano.

Esos años en Italia, además, lo catapultaron a la Selección de Dinamarca. Debutó con apenas 20 años en un clásico ante la Suecia de Zlatan Ibrahimovic, hoy su compañero en AC Milan. Morten Olsen lo convocó para reemplazar al retirado Martin Luarsen y le hizo un lugar en la lista para el Mundial 2010. De ahí en más, siempre estuvo en el equipo nacional. Hoy acumula 119 partidos y 5 goles.

Aquel 1er sueño mundialista en Sudáfrica se transformó rápido en pesadilla. Tras ser titular en la derrota ante Países Bajos en el debut y figura en la victoria ante Camerún, se perdió el 3er partido por suspensión. Sin él, la defensa naufragó ante Japón y Dinamarca se quedó afuera en la fase de grupos, en su peor actuación histórica en una Copa del Mundo.

Su gran nivel en Palermo y ese buen debut mundialista atrajo al Wolfsburgo. Pero su paso por la Bundesliga no fue satisfactorio. Tampoco rindió en la Roma de Luis Enrique, donde estuvo cedido. Fue la peor etapa de su carrera. Bajos niveles, críticas en la Selección y mucha incertidumbre. En lugar de defenderlo, su DT en Dinamarca, Morten Olsen, llegó a afirmar “Kjaer no es muy amigo de la pelota”. Años después, Simon reflexiona: "Siempre tiene que haber un chivo expiatorio, y yo tuve ese papel durante un tiempo". Otra vez, superó ese mal momento gracias a su fortaleza mental.

En 2013 pasó a Lille, un club francés que lo había pretendido cuando era juvenil, y ahí empezó a recuperar su nivel. Luego, estuvo un par de años en el Fenerbahce turco, antes de recalar en Sevilla por otras 2 temporadas. En esa etapa, se consolidó como capitán de la Selección tras el retiro de Daniel Agger. La designación de un introvertido Kjaer generó resistencias. Åge Hareide, el DT danés que lo eligió, explicó su decisión apelando a su liderazgo y su fortaleza: “Simon es un líder en la cancha. No habla mucho fuera pero es muy sólido en el campo. Él lidera con el ejemplo”.

Kjaer se puso el brazalete por 1ra vez en 2016 en un partido ante Bosnia. Desde el comienzo se mostró como el hombre indicado, marcó un gol y fue figura. Luego, condujo a Dinamarca al Mundial de Rusia 2018, superando a Irlanda en la repesca, y luego hasta los 8vos de final jugando cada minuto y anotando su penal en la eliminación ante Croacia. En 2019, algo estancado en su carrera, fue a buscar nuevos objetivos a Italia, donde regresó cedido primero a Atalanta y luego a AC Milan. En el rossonero encontró su lugar en el fútbol. En la última temporada, consiguió su único título al consagrarse campeón del Calcio.

Como capitán, Kjaer protagonizó el conflicto salarial de 2018, que llevó a Dinamarca a presentar un equipo amateur en un amistoso ante Eslovaquia. Aquella situación enemistó a buena parte del pueblo danés con su Selección. Solo una crisis, una situación traumática, logró reconciliar al equipo con las tribunas. Eso ocurrió el 12 de junio de 2021, cuando Christian Eriksen colapsó en pleno partido debut en la Euro 2020, en Copenhague y ante Finlandia.

Kjaer también era capitán ese día y también estuvo a la altura de la circunstancias. El líder danés fue el primero en comprender que su amigo sufría un problema grave. Convocó a los médicos, le dio los primeros auxilios, organizó a sus shockeados compañeros para cubrir los trabajos de reanimación y consoló a Sabrina, la mujer de Eriksen. Luego, habló en el vestuario y tuvo la valentía de admitir que, si el partido continuaba, él iba a tener problemas para seguir jugando. El juego siguió, y Kjaer dejó la cancha pronto, unos minutos después del gol de Finlandia. Dinamarca terminó perdiendo 1-0 mientras Christian se recuperaba en un hospital cercano. Eso era lo único importante.

Tras el partido, Glen Riddersholm, DT del juvenil Kjaer en FC Midtjylland, le escribió al padre de Simon: “Has criado a un gigante”. Ante medios daneses, agregó: “Ha pasado por muchas adversidades en su carrera y ha demostrado una fuerza y una resistencia impresionantes. No siempre ha recibido el reconocimiento que merece. Estoy muy feliz que lo reciba ahora”.

El equipo danés se potenció ante ese trauma. Llegó a semis y cayó con cierta injusticia ante Inglaterra. Todos señalan a Kjaer como uno de los artífices de aquella épica recuperación. “Estoy increíblemente orgulloso de tenerlo como capitán”, afirmó el arquero Kasper Schmeichel. "Simon fue el gran modelo que siempre es", agregó Hjulmand, su DT. Kjaer transmitió su resiliencia a todo el equipo. Lejos de hundirse ante una situación límite, Dinamarca se levantó e hizo un torneo memorable.

Kjaer encara el que será su 3er Mundial como un renovado líder. La UEFA lo premió por su accionar en aquel partido. La comunidad del fútbol también encontró la forma de reconocerlo. Unos meses después, en la elección del Balón de Oro, Simon apareció 18vo en la lista final. El capitán agradeció los elogios pero valoró al grupo: "Me siento honrado pero mi reacción fue impulsiva. Lo que hicimos, lo hicimos como un equipo. No habría sido capaz de mantener la calma si no hubiera tenido a nadie en quien apoyarme". Y ellos se apoyan en él para seguir soñando. Ahora, en grande, con Qatar 2022 en el horizonte.