La Selección de Dinamarca que dirige Kasper Hjulmand y disputará la Copa del Mundo de Qatar 2022 es un equipo bien trabajado, complicado y camaleónico. Sin un sistema de juego fijo, tiende a mimetizarse a sus rivales para llevar al máximo sus premisas: juego físico, buen manejo de la pelota, presión alta y rotaciones ofensivas constantes.
La era Hjulmand comenzó en septiembre de 2020, en plena pandemia, con una derrota ante Bélgica por la UEFA Nations League. El seleccionador buscó que la transición sea suave. Planteó un 4-3-3 clásico, un sistema similar al usado por Åge Hareide, su antecesor, pero un poco más ofensivo.
Con el tiempo, el nuevo DT impuso su estilo adaptativo. En Dinamarca, a Hjulmand lo comparan con Pep Guardiola por su filosofía de juego, pero también por su elegancia para vestirse y declarar. Ese supuesto romanticismo contrasta con el pragmatismo de Hareide.
Hjulmand, sin embargo, no es un fundamentalista del tiki-taka ni mucho menos. Como Guardiola, su acercamiento al juego es cada vez más pragmático. "Los resultados son lo más importante. Quiero dar esperanza a la gente, que se sienta orgullosa de los chicos que juegan en la Selección y que se identifique con ellos”, explicó alguna vez.
En estos meses bajo su mando, Dinamarca mostró buenas intenciones, prolijidad en la salida, juego asociado, mucha rotación y agresividad en ataque. Sus laterales ocupan posiciones altas y sus ofensivos siempre están en movimiento, negando referencias a los rivales. Esto se vio, sobre todo en la clasificación para Qatar, donde ganó su grupo de principio a fin.
Pero, también, Dinamarca puede caracterizarse por la presión alta, el juego físico, el contraataque veloz y la fortaleza mental. Esto quedó claro, en especial, durante la Euro, cuando el equipo se sobrepuso al impacto del episodio cardíaco de Eriksen y a perder sus 2 primeros partidos. Al final, los daneses fueron la sorpresa del torneo al llegar a la semifinal tras superar a rivales mucho más potentes que los que tuvo en las Eliminatorias.
La ausencia de Eriksen fue tan significativa que cambió el punto de partida táctico de Dinamarca. Sin su 10, Hjulmand decidió abandonar el inicial 4-3-3, o 4-2-3-1 según donde se ubicara Eriksen. En el 1er partido sin Christian, ante Bélgica, Dinamarca pasó a jugar 3-4-3, una disposición que, hasta entonces, sólo había utilizado una vez ante Islandia, en noviembre de 2020, pero que evidentemente estaba ensayada.
Pese a la derrota 2-1 quedó claro que Dinamarca es un equipo maleable. Y que el 3-4-3 es el sistema ideal para sacar provecho de esa capacidad para reconfigurarse tácticamente en pleno partido. De ahí en más, se hizo cada vez más frecuente que el equipo danés altere su disposición táctica durante los partidos, aunque su punto de partida es el 3-4-3 o, cuando se siente muy favorito, el 4-3-3.
El mejor ejemplo de esa capacidad para la metamorfosis es el duelo ante Gales, por los 8vos de la Euro. Ese día, el 3-4-3 mostró problemas para frenar los ataques galeses. Entonces, Hjulmand decidió volver al 4-3-3. Lo hizo moviendo a Andreas Christensen, el central de Barcelona, de la última línea al mediocampo, como pivot defensivo. La modificación le dio a Dinamarca el control del partido y del marcador. En la 2da parte, ya ganando 2-0, Christensen volvió a retrasarse y el equipo danés planteó un rocoso 5-4-1 para defender la victoria sin sobresaltos.
La capacidad de implementar varios sistemas durante un mismo partido responde a las cualidades técnicas y tácticas de los jugadores daneses. En la defensa, el orden lo impone Kasper Schmeichel, el hijo de Peter, desde el arco. El capitán Simon Kjaer es el eje del equipo y el polifacético Chistensen es el otro pilar defensivo. El 3er lugar en la zaga debería ser para Jannik Vestergaard, pero Joachim Andersen y Victor Nelsson se lo vienen disputando en este 2022.
En las bandas, donde el equipo exige mucha dinámica para presionar y replegarse, Joakim Mahle es una fija por la punta izquierda. En la derecha, Daniel Wass parte como favorito pero Jens Stryger Larsen, que ya le sacó el puesto durante la Euro, y Rasmus Kristensen, que sumó minutos este año, son opciones probadas.
En el medio, el dúo titular lo componen Thomas Delaney y Pierre-Emile Hojbjerg. Desde su buen manejo y su incansable físico, son el equilibrio del equipo. Mathias Jensen es su 1er relevo. En caso de pasar a un 4-3-3 de corte más ofensivo, Eriksen puede sumarse al eje del campo.
En ataque, donde Dinamarca se vuelve más fluida, las 3 posiciones se las reparten entre Eriksen, Yussuf Poulsen y Mikkel Damsgaard, la joven promesa danesa. La ofensiva es la sección más nutrida del plantel, por lo que Hjulmand suele probar diferentes alquimias en sus diversos dibujos tácticos. El veterano Martin Braithwaite, los centrodelanteros Kasper Dolberg y Andreas Cornelius, o los jóvenes y furiosos Jonas Wind, Andreas Skov Olsen, Jacob Larsen y Jesper Lindstrom, son todas opciones válidas para darle recambio al frente de ataque.
Entonces, un posible once mundialista sería: Kasper Schemeichel; Andreas Christensen, Simon Kjaer, Jannik Vestergaard; Daniel Wass, Thomas Delaney, Pierre-Emile Hojbjerg, Joakim Mahle; Christien Eriksen, Mikkel Damsgaard y Yussuf Poulsen.