Fue un año especial por la pandemia. Pero a Lionel Messi, parece, no hay virus que lo pare.
A pesar de que tuvo un año con altibajos, la Pulga volvió a demostrar por qué sigue siendo el mejor del mundo. En febrero, antes de la pandemia, el rosarino recibió el reconocido Laureus World Sports al mejor deportista del año. Un premio para comenzar de la mejor manera un 2020 lleno de desafíos.
Barcelona todavía daba batalla en la Liga de España y soñaba con la Champions. Llegó la suspensión del fútbol y en el regreso nada fue igual. Los catalanes no pudieron sostener el nivel y perdieron la Liga frente al Real Madrid, que se consagró campeón tras arrebatarle la punta.
De todos modos, Messi alcanzaría una gran marca a nivel personal: con 25 goles, en 33 partidos jugados, se convirtió en el máximo artillero del certamen. Así, logró quedar como Pichichi por séptima vez en su carrera (la cuarta consecutiva), un nuevo récord para España.
El equipo mostraba dudas, la química con el cuerpo técnico comandado por Quique Setién ya no existía, y llegó la pesadilla: el Bayern Munich. Los alemanes no tuvieron piedad contra el Barcelona. Por los cuartos de final de la Champions, que por la pandemia se jugaron a un solo partido, el Bayern goleó 8 a 2 a Barcelona en una verdadera demostración de fútbol. Una verdadera paliza futbolística. Y un golpe durísimo que terminó con la etapa de Setién como DT, pero que dejó heridas difíciles de superar.
Llegó Koeman, y pasó factura: Suárez y Vidal, dos de los principales referentes dejaron de ser tenidos en cuenta, entre otros, y debieron buscarse club. Messi, desgastado por la situación y con ganas de cambiar de aire, mandó el famoso burofax pidiendo irse del club en el que estaba desde los 13 años. Revuelo mediático y crisis total en el club catalán. Todo terminó con la continuidad de la Pulga, obligada por los contratos y los problemas legales, pero con poco incentivo desde lo personal y lo futbolístico.
La situación vivida no fue gratuita: el presidente Bartomeu, considerado uno de los responsables del descalabro de Barcelona en los últimos tiempos, terminó presentando la renuncia.
Pese a todo, Messi demostró ser un profesional. Y siguió batiendo marcas, fiel a su estilo. El 19 de diciembre, para ponerle el broche de oro a este 2020 tan especial, llegó a los 643 goles con la camiseta del Barcelona e igualó nada menos que a Pelé, quien había marcado esa cantidad de goles vistiendo la casaca de Santos.
Unos días más tarde, ante Valladolid, lo superó. Una marca que llevaba 46 años, nada menos.
Con la Selección también tuvo un buen año. El conjunto de Scaloni marcha con buen paso en las Eliminatorias Sudamericanas y el rosarino, tras la victoria ante Perú por 2 a 1, sumó el triunfo 85 con la Albiceleste, otro récord para su carrera.
Sí, no hay dudas: a Messi no lo paró ni la pandemia.