La defensa de cuatro hombres que puso Reinaldo Rueda en el Metropolitano fue uno de los puntos bajos del empate 2-2 por la octava fecha de la Eliminatoria. Los laterales fueron tímidos en ataque, mientras que los centrales imprecisos para anticipar.
Argentina lo notó y cobró con dos goles a los ocho minutos. Cristian Romero anticipó por el aire a Yerry Mina en el 0-1. Segundos después, Leandro Paredes avanzó con pelota dominada hacia David Ospina sin oposición del central de Everton y bajo la complacencia de Davinson Sánchez para el 0-2.
Esas dos jugadas con castigo en el marcador llenaron de inseguridad a la zaga frente a la selección que escolta al líder Brasil en la tabla. Sánchez perdió el orden y el criterio para quebrar la línea ante la falta de filtro en la mitad del campo. Falló despejes en zonas de compromiso y sufrió cada vez que el rival tomó la pelota.
Mina lució mejor, pero rozó otra expulsión en casa. Entró en el roce de Argentina y repitió infracciones sucesivas. Se alejó de las garantías que lo caracterizan en el juego aéreo en su propia área.
Los laterales quedaron en deuda. William Tesillo estuvo aparatoso para acompañar por la izquierda. Cuando volvió se encontró con una conexión más aceitada entre Rodrigo De Paul y Lionel Messi contenida por las oportunas atajadas de David Ospina.
Por la derecha, Juan Guillermo Cuadrado, extrañó el respaldo de Stefan Medina. La presión de Giovani Lo Celso y Nicolás González por su sector lo incomodó, por lo que perdió capacidad para salir en ataque. Lo reemplazó el de Juventus en su posición a los 74, tras el ingreso de Yairo Moreno como mediocampista.
Con más semanas de trabajo continuo, Rueda podrá ajustar esa zona en la Copa América. Tiene a Daniel Muñoz, a Carlos Cuesta y a Oscar Murillo como alternativas. La defensa entra a revisión.