René Higuita marcó una época y es el referente del antes y después de la revolución en la portería que llevó al cambio de las reglas en el futbol. El portero colombiano fue, junto con Jorge Campos, el creador de un estilo irreverente, agresivo y espectacular. Un estilo que, lamentablemente, ha ido desapareciendo. Hoy cumple 51 años de edad, y es recordado por muchos episodios de luz y sombra.
Higuita vivía en la frontera de la irreverencia y lo irresponsable. Su primer maestro fue Hugo Gatti, de quien también heredó el apodo de 'El Loco'. Efectivo bajo la portería, René parecía olvidar que su primera responsabilidad era defender. Al contrario, era el primer atacante.
Y lo intentó muchas veces. Algunas con éxito, pero, como suele ocurrir con quien arriesga demasiado, pagó un precio muy alto por su osadía en un momento cumbre de su carrera.
Fue en el Mundial de Italia 1990. Atajó un penalti contra Yugoslavia y también brilló contra Alemania. Colombia maravillaba con su juego espectacular e Higuita aprovechaba para exponer su peculiar estilo.
Sin embargo, en el partido de octavos de final, frente a Camerún, el portero quedó marcado por una jugada en la que expuso demasiado y perdió el balón ante Roger Milla fuera del área, quien escapó solo rumbo a la portería y los eliminó con el segundo gol africano.
Otro episodio que se recuerda del arquero es el del 'Escorpión', una jugada acrobática en la que se lanza hacia el frente para despejar un balón que pasa por su espalda y lo rechaza con las plantas de los pies. Lo hizo en Wembley, en un amistoso frente a Inglaterra, en 1995, dejando una de las postales más recordadas en la historia del futbol.
Durante su carrera logró varios títulos, pero tal vez el más importante fue la Copa Libertadores de 1989, con el Atlético Nacional. En 1990 se enfrentaron a los Pumas, campeones de Concacaf, por la extinta Copa Interamericana. Era el enfrentamiento entre Campos e Higuita, los porteros más carismáticos de la época, aunque el título fue para el conjunto colombiano.
Se le llegó a ligar con el narcotráfico, pues aceptó públicamente ser amigo de Pablo Escobar. Su participación en la mediación de un secuestro le costó ir a la cárcel y no pudo jugar el Mundial de 1994.
Fuera de su país jugó en España, México, Ecuador y Venezuela, sin mucha trascendencia. Pero más allá de su polémica carrera, el legado que dejó permanecerá mucho tiempo, en espera de que alguien lo imite y reviva su estilo.