No es ni remotamente original decir que el 2020 no puede terminar lo suficientemente pronto. La mayoría de nosotros ha experimentado la peor distorsión colectiva que nuestras vidas hayan sufrido jamás. La mayoría de nosotros ha perdido seres queridos. Algunos, incluso han llegado a perder la vida. Hemos vivido lo suficiente como para creer que, porque la Tierra ha terminado otra (imperfecta) revolución alrededor del Sol, algo cambiará sustancialmente cuando el reloj marque la medianoche. Pero eso no hace que la sensación de renovación motivada por el cambio de calendario sea menos legítima.
Si se encuentran leyendo la presente nota, el fútbol forma parte de sus vidas, sin importar la pequeña o gran cantidad de tiempo que le dedican. Y eso significa que este artículo también sirve como portador de deseos de algo mejor y más prometedor. A continuación, comparto mis deseos con ustedes, siendo afortunado al poder hacerlo todos los diciembres, durante los últimos siete años.
Bienvenido 2021 ...
1. Que reflexionemos con respecto al receso que el fútbol se vio obligado a tomar durante la primavera (y la prolongada ausencia de hinchas en la mayoría de los estadios del mundo), y que sirva de guía para todos nosotros. ¿Qué extrañamos? ¿Qué importa? ¿Qué importa menos? El fútbol profesional es una operación que marcha 24 horas por día, siete días a la semana; incesante, impulsada por criterios comerciales, que se ubica en un punto entre la espiritualidad colectiva y el entretenimiento escapista. Sus fundamentos no están inscritos sobre piedra. Nosotros (o por lo menos, las instituciones que lo encabezan) podemos moldear su futuro.
2. Que el legado de los jugadores que se sintieron lo suficientemente empoderados como para arrodillarse sobre las canchas, junto con otras formas de protesta, no se desvanezca con el paso del tiempo. Dichos actos de protesta fueron motivados (y lo siguen siendo) por el racismo sistémico; mientras que otros intentaron llamar la atención con respecto al medioambiente, los abusos contra los derechos humanos, etcétera. Los futbolistas cuentan con una tribuna. Que conlleva un privilegio y a la vez, una responsabilidad. Permítanles que se sientan con poder para aprovecharla cuando lo consideren necesario.
3. Que se celebre la Eurocopa 2020, aunque sea en 2021. Aunque sea de otra forma (de ser necesario), en otros estadios, con formatos distintos. Echo de menos los torneos de fútbol internacional. Para muchos de nosotros, han definido distintos veranos durante la totalidad de nuestras vidas.
4. Que se aprueben las nuevas regulaciones de la FIFA relativas al trabajo de los agentes y las transferencias y, tan importante como su implementación, que se apliquen con uniformidad e integridad. Los agentes e intermediarios cumplen con un propósito importante; pero no se les debe permitir a ellos, ni a los clubes que les permiten acumular tanto poder, que operen amparados en la oscuridad y sin ninguna normativa que les regule.
5. Que tengamos reglas claras con respecto a quienes puede ser dueños de un club, bajo cuáles condiciones, y que las decisiones en dichas instancias sean ágiles y transparentes. No más de este sinsentido que permitió que la Premier League diera largas a los intentos de asumir la propiedad del Newcastle por meses interminables, sin explicación alguna.
6. A propósito del tema anterior: Que podamos tener una conversación relativa a las cosas que los dueños de equipos pueden y no pueden hacer. En la "lista de cosas que no pueden hacer", incluiría temas tales como la acumulación irresponsable de deudas, la extracción de recursos financieros para beneficio propio, evitar que los propietarios terminen totalmente controlados por los intermediarios y, en líneas generales, cuando éstos no son buenos guardianes de los intereses de sus organizaciones. En definitiva, un club se encuentra incrustado en el corazón de una comunidad. Independientemente de que sea una comunidad conformada por pocos miles de hinchas en un pueblo provincial, o unos cientos de millones de seguidores esparcidos por todo el mundo, ese principio debe ubicarse por encima de todo.
7. Que la decisión más importante a tomar entre los próximos 12 y 18 meses (la reforma del Calendario Internacional de Partidos) no sea producto de la codicia, las jugadas de poder, ni controlada por un puñado de clubes que solo piensan en sus intereses propios. El año 2024 es la hora cero, en la cual se debe llegar a un acuerdo con respecto a ese calendario de la FIFA que virtualmente gobierna todos y cada uno de los aspectos relacionados con el fútbol de clubes, selecciones y juvenil, y hay grandes cosas en juego. Podríamos ver una mayor cantidad de partidos, podríamos ver encuentros de Champions League disputados los fines de semana y que los compromisos internacionales queden relegados a una sola ventana por año. Todo se mantiene en el aire, y dichas reformas servirán como bases del desarrollo de este deporte durante la siguiente década.
8. Que toda esa charla sobre una tentativa Superliga europea, que rompería con el formato establecido de torneos de clubes continentales, se quede en mero hablar, a menos que sea basada en algo distinto a la codicia. Durante más de 120 años, hemos visto como el balompié del Viejo Continente ha existido dentro de una estructura piramidal, con ascensos y descensos entre sus distintos niveles. Además, dicho sistema ha funcionado extraordinariamente bien. Si vamos a debatir basándonos en la idea de que el fútbol crezca mucho más y lo hagamos más sostenible, pues muy bien. Pero si todo será (tal como ha parecido ser recientemente) motivado por la avaricia de algunos clubes y la necesidad de otros de obtener ingresos frescos luego de sus gastos dispendiosos, o tras los daños económicos sufridos por la pandemia; pues no. Muchas gracias.
9. Que los aficionados y los medios de comunicación (especialmente aquellos que se concentran en los grandes clubes y ligas) no ignoren y se burlen de la UEFA Europa Conference, que iniciará su andadura este verano, catalogándola de otro gran chiste. Uno de los efectos colaterales del derroche de poder de los grandes circuitos ha sido el dejar al resto del fútbol a un lado, asegurándose que la Champions League esté repleta de clubes de Premier League, Serie A, Bundesliga, La Liga de España y Ligue 1. Esta competición les da a otros equipos una oportunidad de jugar.
10. Es cierto que los amigos ricos de Asia y América del Norte (y las corporaciones que controlan) invierten sustanciales recursos económicos en los clubes de elite de Europa. Pero deseo que podamos crear, al menos para los propios clubes, las condiciones apropiadas para que inviertan localmente y, de hecho, también lo hagan en el resto del mundo. De lo contrario, siempre tendremos un campo de juego carente de equidad.
11. Que el mundo, aparte de Europa y Suramérica, se dé cuenta que lo que ha funcionado en esas regiones del mundo probablemente no tenga los mismos resultados en otros continentes, en la búsqueda del mejor crecimiento de nuestro deporte. Tanto la UEFA como la CONMEBOL tienen 100 años (o más) de ventaja. Quizás esa fusión entre la Liga MX y la Major League Soccer, de la que tanto se ha hablado, tenga sentido. Quizás las naciones del Golfo Pérsico, que cuentan con abundantes recursos económicos, podrían aprovechar su liga regional propia. Quizás la idea de una liga panafricana no es tan absurda. Tengamos mente abierta. No existe una solución de talla única.
12. Que el protocolo sobre contusiones sea tomado en serio. Eso implica efectuar sustituciones temporales y evaluaciones independientes en los propios estadios. Hasta entonces, no lo estamos tomando en serio.
13. Que, por lo menos, evaluemos la posibilidad de establecer permanentemente la regla de cinco suplentes. Viendo las tablas de posiciones de las ligas en Francia, Alemania, Italia y España (donde dicha regla ha sido adoptada, caso contrario al de Inglaterra), constatamos que ese escenario apocalíptico que nos pintaban, donde los clubes más grandes y acaudalados dominaban el escenario, no se ha materializado del todo, ¿o sí?
14. Que Lionel Messi se quede en el Barcelona. Sí, es un deseo personal. Discúlpenme, por favor; pero me encanta la idea de ver a una leyenda de un club jugar la totalidad de su carrera con un único club.
15. Que el Barcelona logre convertirse en un club donde Messi sienta que vale la pena seguir. Esto podría requerir de un poco más de trabajo, considerando el desastre en el que se encuentran inmersos; en parte, por causas ajenas a su control. Sin embargo, las elecciones se encuentran a la vuelta de la esquina. Aunque ustedes no lo crean, los hinchas del Barça han pasado por épocas mucho peores que éstas y no solo han logrado sobrevivir, sino también prosperar. Los blaugranas volverán y esperamos que lo logren hacer lo suficientemente rápido como para que Messi decida seguir en el Camp Nou.
16. Que Cristiano Ronaldo siga desafiando a la gravedad y vuelva a reinventarse. Al principio, lo definíamos como un vertiginoso extremo que soltaba cañonazos gracias a una embriagante variedad de trucos. Actualmente, uno de sus movimientos característicos es la absurda cantidad de tiempo que pasa suspendido por los aires para intentar sus cabezazos, al mejor estilo de Michael Jordan.
17. Que los seguidores y críticos de la Juventus comprendan que la situación actual que atraviesan, con Andrea Pirlo al mando del club, es necesaria. El fútbol de ataque y propositivo, la fe en los jugadores jóvenes, la línea alta, la presión en contra, el juego basado en la posesión del balón ... cierto, es un cambio filosófico radical. Y es probable que Pirlo, quien funge por primera vez como técnico de un plantel absoluto, no cuente con las herramientas para implementarlo. Pero alguien tenía que hacerlo, porque el modelo anterior era insostenible dentro del fútbol moderno. E incluso, si llega a fallar, facilitará mucho el trabajo de su sucesor.
18. Que Eden Hazard se mantenga en forma. No tanto porque el Real Madrid lo necesite (conseguirán como seguir adelante sin él), sino por su propio bien y por el de todos quienes hemos disfrutado de sus carreras fabulosas, su conciencia de la situación de juego, que nos hace creer que tiene ojos en la nuca, y de sus remates con precisión quirúrgica. (Ah, y porque el proyecto de la selección belga se encuentra entre los favoritos para alzarse con la Eurocopa en el torneo reprogramado para 2021).
19. Incluso si Marcus Rashford no se desarrolla hasta convertirse en la superestrella de categoría mundial que nos sugerían sus éxitos precoces, que todos recuerden lo que el jugador del United ha logrado hasta ahora, como un individuo solidario y generoso en su vida pública. No todos son capaces de inspirar a otros asumiendo posiciones públicas, y él lo hace con pasión y dignidad. A juzgar por lo visto, Rashford es mejor persona que futbolista. Y eso es mucho decir.
20. Que la gente entienda que Marcelo Bielsa juega como lo hace, porque el técnico cree que esa es la mejor forma de conseguir victorias. "El Loco" no se encuentra inmerso en una suerte de misión filosófica para entretener, tampoco disfruta conceder goles fáciles, y cree con toda sinceridad que ésta es la mejor forma para que él consiga obtener los mejores resultados por parte de sus jugadores en el Leeds United. Y, ¿saben qué? Funciona y entretiene. El próximo que lo catalogue de "ingenuo" será castigado con una bota a la cabeza. Bielsa sabe lo que hace.
21. Que la actual generación de talentos jóvenes provenientes de Estados Unidos (a saber, Giovanni Reyna, Christian Pulisic, Weston McKennie y tantos otros) avancen hasta elevar la trascendencia del fútbol en Estados Unidos en su totalidad. ¿Por qué? Para que uno de estos días, nos podamos reír de ese viejo chiste que dice: "el fútbol es el deporte del futuro en Estados Unidos ... y siempre lo será".
22. Que Mesut Özil y Sami Khedira consigan algún lugar donde jugar, una vez expiren sus actuales contratos en junio próximo. Hace 10 años, ambos ficharon por el Real Madrid, han quedado relegados de las canchas durante la mayoría del 2020, en parte gracias a sus enormes contratos y porque no podían ser traspasados (y no estaban dispuestos a asumir un recorte salarial). No quisiera recordar a estos dos ganadores de la Copa del Mundo como un par de figuras tristes que entrenan a solas, mientras son etiquetados como codiciosos.
23. Que Kai Havertz consiga su lugar en la cancha para jugar con el Chelsea, incluso si necesita tiempo para ello. Especialmente cuando lo vemos en persona, nos damos cuenta del singular talento con el que cuenta el joven alemán. Sí, es cierto que ha reforzado a un equipo que nuevamente ocupa posiciones preponderantes en la Premier League. Por ende, si alguien llama y pregunta por él, claro. Pocos se enfadarán al verle ir, a pesar de haberse comprometido con los Blues hasta 2024. No obstante, Havertz está haciendo algo muy especial y la Premier League se ha enriquecido, gracias a su presencia.
24. Que Jurgen Klopp cumpla por completo su compromiso con el Liverpool. Es cierto que ha conquistado trofeos de la Premier y Champions, y que ha armado un equipo que de nuevo encabeza la liga. Si otro club lo llama, de seguro pocos lo culparían si una mejor oferta provoca su salida antes que su actual contrato expire en 2024. Sin embargo, lo que está logrando en Anfield es bastante especial, y su presencia enriquece aún más a la Premier.
25. Que el Manchester United consiga su mejor nivel, con o sin Ole Gunnar Solskjaer en el banquillo. Es cierto que fue positivo ver a otros clubes surgir tras la conclusión de la hegemonía de la Era de Sir Alex Ferguson. No obstante, ha pasado largo tiempo desde que el United reinaba en el fútbol inglés y lo más desconcertante ha sido verlos inmersos en un estado de deriva permanente desde entonces. Los técnicos llegan y se van, pero los encargados de tomar decisiones en instancias superiores siguen siendo los mismos. A pesar de ello, no parece que estuvieran construyendo algo. No todo es culpa del entrenador.
26. Que Paul Pogba recupere su sonrisa, en Old Trafford o en otra cancha. La "expertocracia" (grupo conformado en su mayoría por exjugadores profesionales, en su mayoría por exjugadores de la "Época Dorada" del United que parecen estar decididos a compararlos a todos con los estándares impuestos por ellos, o que creen haber impuesto) parece deleitarse con ganas señalando todos y cada uno de sus defectos. El francés no es perfecto, pero es supremamente talentoso, aparte de un espectáculo divertido sobre la cancha. Y en el caso de Pogba, se utiliza el calificativo de "vago" de forma excesiva.
27. Que los tres agentes libres de alto perfil del AC Milan (a saber, Gigi Donnarumma, Hakan Calhanoglu y Zlatan Ibrahimovic) permanezcan en el club Rossonero luego que sus actuales contratos expiren en junio ... Sin embargo, de ser una propuesta demasiado costosa, no hay dudas de que el equipo deberá establecer su prioridad (y ésta debería ser Donnarumma, quien es el más joven entre los tres, por amplio margen). Este trío ha jugado un rol preponderante en el renacimiento de la causa milanista, en su condición de contendores al Scudetto de la presente campaña, pero ninguno es indispensable. El sistema que ha sido armado y los jóvenes jugadores que han llegado a bordo… serán los factores que impulsarán el futuro del Milan.
28. Que Neymar se mantenga sano y siga siendo un jugador productivo. Siento que repito lo mismo todos los años. El brasileño no forma parte del debate Messi/Cristiano y nunca lo mencionarán en la misma frase junto con el argentino y el portugués. A pesar de ello, tampoco quiero ver a un chico con semejante talento superado de alguna forma por la próxima generación de figuras; o sea, el grupo encabezado por Erling Haaland y Kylian Mbappé.
29. Que el Borussia Dortmund mantenga su plantel actual por un buen tiempo y consigan reforzarlo con el liderazgo que necesitan para cosechar éxitos. El BVB ha recibido muchos espaldarazos, siendo catalogados como "los más inteligentes del salón" al haber conformado ese núcleo de talento joven tan impresionante: Jadon Sancho, Haaland, Reyna, Jude Bellingham y, más recientemente, Youssoufa Moukoko. El Dortmund también es sincero al admitir que no podrán retenerlos por largo tiempo. Muy bien. Entonces, sacrifiquen a uno de ellos, contraten un DT capaz de aprovecharlos al máximo y convencerles para ganar algo importante (algo verdaderamente importante) antes de ser vendidos.
30. Que los chicos que se enamoran de este deporte tengan la oportunidad, primero y principalmente, de apoyar a sus clubes locales antes de dar el salto a la caravana de los clubes superpotencias, simplemente porque dichos clubes bombardean constantemente sus pantallas de móviles y celulares. Sí, corté y pegué este deseo de mi lista del año pasado, pero vale la pena reiterarlo. Y es el único deseo sobre el cual ejercemos algún control.