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Después de jugar en cuatro continentes, Ulises Dávila encontró estabilidad en Australia

En el 2011, el Chelsea contrató a Ulises Dávila, pero el futbolista mexicano no encontró estabilidad y pasó por varios equipos y 10 años después encontró estabilidad en Australia, donde se dice feliz

A sus casi 30 años, el mediocampista Ulises Dávila ha encontrado la estabilidad en Oceanía, a 15 mil kilómetros de México, tras haber jugado en cuatro continentes en un lapso de 11 años.

En América, Ulises Dávila debutó con los colores de Chivas en 2009 y en 2015 jugó para el Santos. En 2011 lo firmó por cinco años Chelsea, club que lo presto a Holanda (Vitesse), a España (Sabadell, Córdoba, Tenerife) y a Portugal (Vitoria). En Asia le abrió las puertas el equipo Delhi Dynamos FC, de la India, en febrero de 2019, y en el verano del mismo año se fue a Nueva Zelanda, en Oceanía, y fichó por dos años con el club Wellington Phoenix F. C. que juega en la liga australiana.

Ulises Dávila atraviesa un gran momento en su vida personal con su esposa e hijo, siendo el futbol un gran complemento que le da para sentirse pleno y feliz, más allá de los contratiempos ocasionados por la pandemia de Covid-19.

La aventura de Ulises Dávila la cuenta el mismo jugador, quien de haber residido un año en Nueva Zelanda, desde noviembre de 2020 tiene domicilio en Sidney.

“El equipo completo tuvo que mudarse a Australia; si queríamos seguir jugando en el torneo, seguir compitiendo, así tenía que ser. El equipo fue movido de un país a otro por las restricciones. Acá hicimos la pretemporada y a menos que reabran la frontera con Nueva Zelanda podremos regresar a Wellington”, afirma Ulises Dávila a ESPN Digital.

“Ha sido un cambio totalmente, nuevo, sobre todo por las restricciones. Acá juegues futbol o seas hijo de quien sea, seas quien sea, nadie se pasa la ley por encima. Al estar cerradas las fronteras y querer jugar al futbol, la única opción era irnos a Australia. Aquí pasaremos seis, ocho meses. La verdad es que hicimos un gran esfuerzo, todos, por seguir jugando”, agrega por la vía telefónica Ulises Dávila.

El traslado para los integrantes del plantel significó pagar gastos extras de su sueldo, acostumbrarse a otras cosas, y todo por continuar jugando al futbol, señala Ulises Dávila. “Tratamos de hacer las cosas como si viviéramos en Wellington. Todos llegamos a buscar casa y quien lo deseaba rentaba o compraba carro, todo de su salario. El club pagaba casa o coche, solo si así lo estipulaba su contrato”. Un día de Ulises Dávila en Sidney es entrenar, a veces dos veces al día, comer con el equipo en un restaurante que el club contrató, y luego irse a casa, tratando “de hacer una vida normal. Ha sido un movimiento duro para todos, pero sabemos que en todo el mundo son tiempos difíciles y la verdad estamos en una posición en la que no nos podemos quejar de casi nada. Se nos da todo, nos tratan muy bien y, aparte, estamos en un país de primer mundo que y aquí ya se vive normal. No andamos con cubrebocas”.

La razón de por qué decidió irse a Oceanía en 2019 la comenta sin problema. “Cuando me llegó la oferta la analicé y, pues, era atractiva económica y futbolísticamente. Vi el proyecto, platiqué con el entrenador, con varias amigos que habían estado por acá y me llamó la atención. Me enteré de cómo era la vida aquí, que todo era de primer mundo y la decisión fue fácil de tomar”.

DISFRUTA LA CALIDAD DE VIDA; NO EXTRAÑA MÉXICO

Agrega que por los cinco años de haber estado en Europa adquirió confianza “y no me daba miedo salir de México. Además, era un contrato por dos años, vi que la gente de Wellington era seria y había una vida impresionante y todo se facilitó. No lo pensamos mucho cuando vimos que era seria la cosa. Fue fácil, la verdad; platiqué con mi mujer y encantados salimos de México. La calidad de vida que nos ofrecían era muy buena”.

Le encanta donde vive él y su familia. “Todas las ciudades tiene playa aquí, todo está limpio, la gente es respetuosa. Con esto del Covid mucha gente del mundo está sufriendo y acá estamos como si nada, normal. En marzo del año pasado, cuando se suspendió la liga y se cerraron los dos países durante seis semanas, rápidamente se controlaron los casos y desde hace dos, tres meses, no hay un solo contagio. Vivimos tranquilos y mi familia está contenta y al final es lo que me importa”.

Al preguntarle qué sacrificó por dejar México y hoy vivir en Australia fue tajante y respondió que “no es ningún sacrificio estar acá; tengo a mi familia, estoy disfrutando estos países. Siempre es un poquito duro estar lejos de mis papás, de mis hermanos, pero después de eso no veo ningún sacrificio. La verdad es que no extraño algo (de México)”.

Por otro lado, Ulises Dávila habló sobre la invasión de aficionados mexicanos que llegaron al estadio cuando jugaba su equipo ante Sidney FC, en el Netstrata Jubilee Stadium.

Un amigo que conocí aquí, que es de Guadalajara, me contactó y al saber que iba a jugar aquí se organizó con otros mexicanos y asistieron al partido. “No sabía yo que había tantos mexicanos; eran como 60, 70 personas. Su gusto por el futbol, por divertirse, les hizo venir y fue algo bonito sentir su apoyo”.

Dice que acabando el partido se acercó al grupo de mexicanos para agradecerle, ya que “fue ‘padre’ verlos en las tribunas. Fue bonito ver a tantos paisas por ahí”.

Cabe mencionar que Ulises Dávila se comunica en inglés, aunque revela que no sabe el idioma al 100 por ciento. En el equipo es el único jugador latino, aunque en la liga australiana hay dos uruguayos, tres brasileños y en este año llego el delantero costarricense, Marcos Ureña, quien alguna vez jugó en la MLS.

Así se despidió Ulises Dávila: “Gracias por estar al pendiente de mí. Uno trata de dar su mayor esfuerzo, de hacer las cosas bien para que más gente se entere de estos lugares, de donde andamos. No empezamos bien el torneo, pero falta mucho. Llevo tres goles y espero que me vaya mejor. Ahorita me enfoco en lo que estamos y cuando termine el año de contrato que me queda veré qué sigue”.