<
>

Klinsmann: Haaland debe evaluar los riesgos al elegir su próximo equipo

Jürgen Klinsmann ganó la Copa del Mundo y la Eurocopa con Alemania durante una brillante carrera en la que además jugó con Inter, Tottenham y Bayern Munich, entre otros clubes. Como entrenador, ha liderado a Alemania hacia un tercer puesto en la Copa del Mundo de 2006 y dirigió al equipo masculino estadounidense desde 2011 hasta 2016. Además de su columna en ESPN.com, es un invitado regular de FC Daily.

Con las competiciones de ligas nacionales y Champions League llegando a sus etapas decisivas, éste es un momento de intensa labor en las canchas de fútbol. Mientras tanto, fuera de ellas se incrementan las especulaciones sobre transferencias, a medida que se acerca la ventana veraniega. Una de las noticias más importantes de la más reciente Fecha FIFA, por ejemplo, no tuvo nada que ver con partido alguno, ya que Mino Raiola, agente de Erling Haaland, y su padre Alf-Inge sostuvieron reuniones con ejecutivos del Barcelona y el Real Madrid.

Espero que Haaland se quede al menos un año más con el Borussia Dortmund y siga madurando como pieza central de un equipo que solo puede mejorar; sería una lástima ver a esa plantilla romperse. Sin embargo, su situación también es enfrentada por muchos jugadores (en todos los niveles de este deporte) durante el transcurso de sus carreras: ¿Cuándo es el momento apropiado para cambiar de club? y ¿qué factores deciden a dónde debe ir un futbolista?

Siendo un joven jugador, es muy difícil entrar en detalles con respecto al club donde éste podría encajar mejor. Desde el punto de vista técnico y táctico, se pueden analizar los clubes hasta el mínimo detalle; no obstante, no los conoces en el aspecto humano, lo que implica cómo se podría tratar con nuevos compañeros, entrenadores y cuerpo técnico, al igual que la cultura del club y la ciudad.

En el caso de Haaland, el delantero cuenta con la influencia de su papá, exfutbolista profesional; lo que es maravilloso. Los padres desempeñan un rol importante, especialmente a una edad joven, mientras que tener a tu lado a un buen agente es importante para conseguir el contrato apropiado, y tu entrenador puede hablarte con toda honestidad sobre lo mejor para tu carrera.

Yo ni siquiera firmé mi primer contrato como futbolista profesional porque apenas tenía 16 años; por ello, mi padre lo hizo por mí. Sin embargo, incluso después de hacer el equipo de mayores del Stuttgart, aún no era lo suficientemente maduro y confiaba en los consejos de los demás. Tal como lo comenté en mi última columna, mi entrenador Arie Haan me dijo que debía ir al Inter en 1989, pero eso fue dos años después que el club rechazara una oferta para ficharme.

Arsene Wenger era nuevo director técnico del Monaco e hizo una oferta muy cuantiosa; no obstante, el presidente del Stuttgart dijo que no y prácticamente me sermoneó, ¡explicándome que no estaba listo para ir a otro equipo! Utilicé esa experiencia como algo positivo e hice colocar una cláusula de rescisión en mi próximo contrato.

Lo que me impulsó fue que yo estaba lleno de curiosidad. Al inicio de mi carrera con el Stuttgart, todos mis amigos iban a la universidad y lo pasaban bien. Y yo me sentía un poco celoso de ellos, aunque después comprendí que mi universidad sería la vida que llevaría, disfrutando de tantas experiencias en países y culturas distintas. Adicionalmente, tal como me dijo Haan, había llegado el momento de ponerme a prueba en el próximo nivel.

En el caso de Haaland, ¿qué significaría cambiar de equipo este verano, en vez del próximo? Con 20 años, él debe seguir adaptándose a las condiciones de un partido cada tres o cuatro días, tanto física como mentalmente. Debe disputar encuentros de liga y copa, aparte de rendir con su selección nacional. Conseguir el equilibrio necesario puede requerir años, y cada vez que sume más de un encuentro sin convertir goles, comenzarán a llover las críticas y eso puede afectar a un jugador.

Incluso perderse una temporada de Champions no sería sumamente perjudicial si Haaland logra mejorar los aspectos generales de su juego, como consecuencia de quedarse por un tiempo más con su actual equipo. Mientras tanto, el sentido de los tiempos también es importante para analizar el club por el que ficharás. Por ejemplo, ¿Cómo se verá el plantel dentro de dos o tres años? Esas son respuestas que no puedes obtener hoy.

¡Quizás cambia el panorama del equipo y el técnico que te contrata termina despedido! Me ocurrió en la Sampdoria: César Luis Menotti era un ídolo para mí y estaba ansioso por contar conmigo. Sin embargo, me lesioné dos meses después de fichar por el club y cuando regresé, ¡Menotti se había ido! Entonces, te encuentras dentro de una situación diferente, lidiando con una operación que no ha funcionado.

Todo tiene que ver con la idea del cálculo de riesgos. Cuando fichas por un nuevo club, aceptas el reto de rendir en un sitio que no conoces. Aparte del aspecto deportivo y la adaptación a un nuevo vestuario, es probable que no hables el idioma, quizás no conozcas la política del club. Debes estar preparado para reaccionar si las cosas no funcionan como esperabas.

Fui súper, súper afortunado cuando llegué al Tottenham en 1994, porque me sentí como en casa desde el primer día. Marqué goles de inmediato, mis nuevos compañeros me respetaban y los hinchas eran gente con los pies en la tierra, que me aceptaron tal y como era. Después de una semana con los Spurs, ¡sentía que debía haber jugado allí toda mi vida!

En cambio, cuando fiché por el Bayern Munich al año siguiente, fue más bien un reto. Fue una época por la cual me siento sumamente agradecido (gané la Bundesliga y la Copa de la UEFA), pero simplemente, no me sentía como lo hice en el Tottenham. Había un debate mediático constante, discusiones entre los jugadores, el estilo de vida era diferente. Reitero, el sentido de los tiempos era importante. Quizás las cosas habrían sido perfectas de haber llegado al Bayern cinco años antes o después.

Cuando en 1992 partí del Inter con rumbo al Mónaco, Matthias Sammer llegó al Stuttgart proveniente del Milan y asumió toda la infraestructura que yo había armado allí: mi apartamento, los restaurantes, los profesores de idiomas, todo lo que necesitas. Sin embargo, tras unos meses jugando con los Nerazzurri, él me llamó para decirme que quería volver a Alemania. Le iba bien en la cancha, pero simplemente no podía acostumbrarse a la vida en Italia y no estaba contento. Así se lo hizo saber al club y pasó al Dortmund, donde tuvo grandes éxitos.

A medida que te haces mayor, te sientes más cómodo tomando decisiones a motu proprio; sin embargo, podrían cambiar los factores que inciden en dichas decisiones. Cuando fiché por el Tottenham, también fui objeto de interés por parte de un equipo italiano y otro de España. La conversación con mi esposa no giró en torno a los números; por el contrario, se trataba más bien de entender donde tendríamos la mejor experiencia como personas y encontrar un estilo futbolístico apropiado para mí.

Un jugador de la talla de Haaland ha pasado muy poco tiempo con su club; pero existen otros que deben decidir si desean dejar un sitio donde disfrutan de estatus de leyenda. Otro de los grandes tópicos del mercado de pases será la decisión de Lionel Messi. ¿Pensará que ha logrado todo lo que puede alcanzar con el Barça, o se quedará con lo que tiene y que le ha generado tanta felicidad y éxitos?

Con 33 años, Messi puede planificar el resto de su carrera y tomar en cuenta qué le gustaría recordar. En su caso, podría tratarse más de cosechar éxitos con la selección argentina, en vez de lo que podría ganar con el Barcelona, hacer en el Manchester City de la mano de Pep Guardiola, o en un equipo como el Paris Saint-Germain. Con la Copa América y Copa del Mundo a disputarse en los próximos 20 meses, Messi tiene dos oportunidades de emular al gran Diego Armando Maradona como héroe de su nación.

Joven o mayor, la decisión de cambiar de club depende mucho de tu entorno personal; cada persona es distinta… ¡y sólo tendrás las respuestas una vez lo hayas hecho y posteriormente entiendas la situación! Sin embargo, contar con las personas adecuadas a tu alrededor es esencial, al igual que la disposición para asumir por completo una nueva vida, dentro y fuera de la cancha.