Viatri se tomó la cabeza. Ceppelini miró al cielo. Larriera se mordió los labios. Otra vez… Otro penal desperdiciado. El delantero argentino le pegó fuerte y abajo. El golero de River Plate, Salvador Ichazo, voló contra un palo y ahogó el grito de gol aurinegro. A una fecha del cierre, Peñarol desperdició un penal que lo dejó herido de muerte en el Torneo Apertura. Parece mentira, pero los penales han sido un karma en la presente campaña del equipo de Mauricio Larriera.
Basta con mirar la estadística. El equipo dispuso de nueve penales, cambió cuatro veces de ejecutante y anotó tan solo cuatro goles.
Todo comenzó en febrero de 2022 cuando, por la primera fecha del torneo Apertura, Peñarol visitó Capurro. Con el partido 0 a 0, y a falta de dos minutos para el cierre del primer tiempo, el equipo aurinegro dispuso de un penal a su favor. El ejecutante habitual era Pablo Ceppelini pero el Canario Agustín Álvarez Martínez, que minutos antes le había pedido un tiro libre, se adueñó de la pelota. Su remate fue afuera. Aquel partido lo terminó ganando Fénix 1 a 0.
En la cuarta fecha Peñarol recibió a Nacional en el Campeón del Siglo. El equipo aurinegro ganó con gol de penal convertido por Ceppelini.
Una semana después, sin Ceppelini en cancha, el aurinegro dispuso de un penal en los descuentos en un partido que igualaba 0 a 0 con Danubio en Jardines del Hipódromo. La responsabilidad la asumió Ruben Bentacourt que no falló y le dio el triunfo al equipo mirasol.
En la octava jornada del Apertura, Peñarol recibió a Liverpool en el CDS. El técnico Larriera había dispuesto una formación con muchos jugadores que habitualmente no eran titulares como Bonizafi, Saravia, Álvarez Wallace, Mansilla, Bryan Olivera, Alejo Cruz y Viatri.
Sobre el cierre del primer tiempo, y con el partido 0 a 0, el árbitro Leodán González sancionó un penal para Peñarol. El volante Agustín Álvarez Wallace tomó la responsabilidad de ejecutar el remate. El golero Sebastián Britos atajó el penal. Pese a ello, Peñarol ganó 2 a 1.
En la undécima jornada contra Wanderers se produjo la curiosidad que el carbonero dispuso de dos penales y ambos fueron ejecutados por Pablo Ceppelini. El primero, a los 41 minutos de juego, lo atajó el golero bohemio Mauro Silveira. Unos minutos después, el árbitro Esteban Ostojich, volvió a pitar penal para Peñarol. Esta vez Ceppelini no falló y marcó el único gol del partido.
En la siguiente fecha los aurinegros volvieron a ganar 1-0 ante Plaza Colonia con gol de Ceppelini de penal.
Cuatro días después el mismo jugador dispuso de un penal para romper el 0 a 0 contra Cerro Porteño, pero su remate se fue desviado.
Hasta que se llegó a la fecha 14 del Apertura. Peñarol, que tenía la necesidad de ganar, visitó a River Plate. A los 16 minutos el equipo de Larriera dispuso de una pena máxima. A pesar de que estaba Ceppelini en cancha, la pelota la tomó Lucas Viatri. El argentino le pegó fuerte y abajo pero el golero darsenero, Salvador Ichazo, adivinó el palo y sacó el balón afuera.
El técnico de Peñarol explicó sobre la racha de su equipo con los penales: “Las decisiones son compartidas, antes del partido había tres nombres para patear el penal, le tocó a Viatri y por ahí es un tema de mala suerte. Nada más. No hay que buscarle la quinta pata al gato, mis gatos tienen cuatro patas. Y si no se da el resultado, bueno ta, se marró un penal, que vamos hacer. Nos han pasado muchas cosas a través de los penales y a veces la suerte, que es una variable que no podemos controlar, podía estar un poquito más de nuestro lado”.