Rafaela Alcaraz, de 21 años, es delantera de la Primera de Buenos Aires Cricket & Rugby Club, y con 11 tantos, una de las goleadoras de su equipo hasta ahora. Además de eso, es campeona de la C2 y, lo más importante de todo, fue partícipe del ascenso de BA a la B.
Con siete años, comenzó su camino en el deporte que tantas alegrías le dio. 10 años después debutó en Primera división, en 2021, y fue un partido más especial, porque sumado al condimento que tiene debutar, tuvo la oportunidad de marcar un gol, que no la desaprovechó. "Fue en el CASI, un centro de Camila Bergomi de pegada, que recibo de espaldas y escapando un poco la metí de push. Lo recuerdo con mucha felicidad por lo que significo ese partido, y lo considero uno de los más memorables hasta la fecha".
Rafi es una persona muy compañera, y comentó que sus pares y todo el club es lo que más le motiva para seguir mejorando. Si bien su partido es a la tarde, siempre llega temprano, y se podría decir que ya es una especie de ritual. "Llego al club bien temprano con la séptima. Después, antes del partido, trato de estar tranquila, ver a las otras divisiones, almorzar con las chicas, cambiarnos y peinarnos". Este año esa dedicación llegó con un condimento distinto: el ascenso a la B.
Para la delantera fue un año inimaginable, con una conexión y confianza entre ellas que no solo se notaba dentro de la cancha, que las hizo mejorar en muchos aspectos. En lo personal, para Rafi es un privilegio jugar en la Primera, y se tomó cada entrenamiento como una oportunidad para mejorar y aprender. "El ascenso directo fue el broche de oro. Era lo que habíamos estado buscando, y cuando lo conseguimos, no dábamos mas de alegría. Nos dimos cuenta de que todo el esfuerzo había valido la pena. Todas nos sentíamos orgullosas, no solo por el logro, sino por el camino que recorrimos juntas". Su familia fue muy importante para el logro que no solo fue a nivel colectivo, sino personal de cada una de las jugadoras, las que estuvieron dentro y fuera de la cancha. "Especialmente a mama que trabaja incansablemente por el club y siempre está al lado de la cancha acompañando y escuchando cuando lo necesito". También dijo que se lo dedicó a Lorena Lonjedo, persona que las apoya y siempre esta en todos los detalles. Por último, no quiso dejar de lado a la séptima. Para ella es de suma importancia ser un ejemplo y poder transmitir el compromiso de todos los días. "Ojalá que este ascenso les demuestre que con esfuerzo y trabajo en equipo se logran cosas lindas", agregó.
Si bien admira a muchas personas dentro del mundo del hockey, tuvo la suerte de jugar con una de sus idolas: Maripi Hernández. "Es un lujo poder compartir cancha con ella, su dedicación al deporte y al club es contagiosa". Su tía, Florencia Focky Valdez, que a pesar de no compartir cancha, continúa jugando, en la categoría D, y considera a ambas como sus ejemplos a seguir.