Chiara Ambrosini logró, junto con todo el equipo, ascender a la máxima categoría. La joven jugadora de Ferro, con 17 años y 18 tantos, es una de las dos goleadoras del Torneo Metropolitano B. Para sumar a todo lo que viene siendo el 2024 para ella, a fines de octubre fue una de las que viajó a Uruguay con Las Leoncitas.
En 2023, con tan solo 16 años, debutó en la Primera del club de toda su vida. Pero no fue todo color de rosas, sino que fue un año muy duro para la jugadora de Ferro. “Desde que llegué al club siempre la tuve que remar, ser más que el resto y sacrificar cosas porque si no no jugaba. Tuve que pagar un derecho de piso por ser de las más chicas y eso me hizo mucho más fuerte”, dijo.
Si bien el 2024 lo empezaron con el pie izquierdo perdiendo los tres primeros partidos, después pudieron enderezarse y desde el partido ante CUBA, donde ganaron 4 a 1, todo fue cuesta arriba. El cambio de entrenador fue algo muy positivo no solo para Chiara, sino que al equipo también le hizo muy bien, y lograron ser un equipo fuera y dentro de la cancha. “Es uno de los únicos entrenadores que realmente me valora como jugadora. Confía en mí y a veces sabe que puedo hacer cosas que ni yo se. Creo que es el inicio de un muy buen camino”, agregó.
Desde la cuarta fecha que no perdieron ningún partido, y en la fecha 10, contra San Luis, ascendieron. “Sabíamos que nuestro partido iba a estar durísimo, porque ellas se estaban jugando no entran en descenso directo. En el último cuarto logramos empatar el partido, y faltando tres minutos cobraron penal”. La joven marcó el gol de la victoria, un tanto que quedará guardado en su retina para siempre. Ferro apostó por el hockey antes del 2010, comenzando en la categoría E. De a poco fue creciendo y, casi 14 años después, logró un hecho histórico para el club de fútbol. “Lo del ascenso es una locura, algo que capaz que hace un tiempito lo veíamos muy lejano y terminó estando mucho más cerca de lo que pensábamos. Creemos que esto va a ser un disparador para que se empiece a visualizar a Ferro como un club que va más allá del fútbol”, comentó Chiara.
De todas formas, el cambio que tuvieron que hacer fue difícil, desde el sistema de juego hasta un cuerpo técnico completamente distinto. “Hubo momentos que no estábamos bien entre nosotras ni con el entrenador, pero se pudo solucionar con una charla. Era importante estar bien para funcionar como equipo, y en parte eso hizo que creciéramos en todos los ámbitos”.
El cambio siempre es bienvenido porque deja espacio a cosas nuevas, pero si hay algo que no quiere dejar de hacer es jugar para su club. Tuvo la oportunidad de cambiarse, pero su corazón siempre estuvo en Ferro y con las ganas de verlo en la máxima categoría. “Me decían que tenía que irme a un club de la A, que con Ferro no iba a llegar a nada. De alguna forma u otra yo sabía que iba a pasar, y capaz todavía no termino de entender, pero el ascenso es un hecho y creo que me voy a dar cuenta el año que viene cuando nos toque jugar un televisado”, manifestó.
Lo que más la motiva es el hecho que con el trabajo duro vienen oportunidades nuevas. “Siempre voy a querer llegar un poquito más lejos, pero uno de los factores para seguir mejorando es que mientras más trabajo, más puertas se abren, y si quiero cumplir mis objetivos tengo que seguir metiéndole”. Asimismo, comentó que trabaja con un psicólogo deportivo, y una de sus técnicas es un papel con 10 características que tiene cada vez que, dentro de la cancha, es su mejor versión.
De todas formas, su sostén cada vez que juega es Eugenia Nimo, que además es su entrenadora en 5ta división. “Me guía siempre, y cuando la cabeza me juega en contra, es quien me vuelve a poner en foco, cuando no lo puedo hacer sola. Lo valoro un montón, porque no todos tienen esa capacidad. Es una jugadora que tiene mucha resiliencia y la tengo como un ejemplo a seguir”, finalizó.