MÉXICO -- Los ánimos en Berea se mantienen con un aire similar a las últimas tres temporadas bajas: un coach que ingresa en la silla caliente y un joven mariscal de campo en el que se depositan las esperanzas futuras de la franquicia de los Cleveland Browns.
Cada situación ha tenido sus características particulares y distinciones propias del momento que vive el club. En el 2012, Pat Shurmur entraba a su segunda campaña con todo que perder tras un debut como head coach que arrojó marca de 4-12.
El mariscal de campo Brandon Weeden fue reclutado en la primera ronda del draft en ese año y las pretensiones incrementaron en torno al primer pasador tomado por los Browns en la primera ronda desde Brady Quinn en el 2007. Hoy, esa envoltura pertenece a Johnny Manziel, y el encargado de devolver a Cleveland una postemporada de NFL por primera vez desde el 2002 es el nuevo entrenador en jefe Mike Pettine.
El coach de transición se llamó Rob Chudzinski, quien durante la campaña del 2013 vio el descenso de Weeden y halló en Brian Hoyer el mariscal de campo que hoy dibuja el camino que podría dejar a Manziel en la banca.
¿QUE PODEMOS ESPERAR DE LA OFENSIVA?
Básicamente, la atención en el campamento de entrenamiento de los Browns está centrada en Hoyer y Manziel, Sin embargo, Hoyer ya demostró que puede brillar al tiempo que lidera un triunfo, como hizo el año pasado antes de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla, mientras que Manziel se volvió el jugador más electrizante de la nación en su estadía colegial con Texas A&M con camino al primer Trofeo Heisman para un freshman en la historia.
Con base en dichos argumentos, uno podría significar certeza mientras el otro trazaría un techo muy elevado hacia el futuro. La verdadera batalla que debe preocupar a los Browns está lejos de la bolsa de protección, aunque se instala a la misma altura.
El líder receptor de la NFL en el 2013, Josh Gordon, espera la resolución de su apelación por un veto que pretende marginarlo de la temporada regular, toda vez que arrojó positivo en una prueba antidrogas, situación que recae en la política de abuso de sustancias de la NFL.
Con la ausencia de Gordon, las armas aéreas de Cleveland se reducen a Miles Austin, Nate Burleson y Andrew Hawkins. Entre la tripleta suman más de 20 temporadas profesionales y sólo tres de más de 1,000 yardas: dos para Austin en nueve años, una para Burleson en 12.
Si la apelación es rechazada, el banderín estelar de la ofensiva en Cleveland se muda a las manos del ala cerrada Jordan Cameron. El jugador de cuarto año tuvo su mejor temporada profesional en el 2013 con 917 yardas aéreas y siete recepciones de touchdown. Cameron brilló atrapando pases de tres mariscales de campo distintos, por lo que será interesante ver la química que desarrolla con la dupla que compite por el puesto titular.
En el juego terrestre los Browns son un signo de interrogación gigantesco. Cuando canjearon al corredor Trent Richardson temprano en la temporada pasada, tuvieron que apoyarse del veterano Willis McGahee y terminaron en el lugar N° 27 de la NFL en yardas por tierra, con 1,383 entre todo el equipo.
Pese a tener el draft y la agencia libre, los Browns descuidaron el comité de corredores, el cual tiene en Ben Tate a su mejor carta. Tate fue liberado por los Houston Texans en la temporada baja tras un registro de 771 yardas corridas. El equipo también reclutó al corredor Terrance West en la tercera ronda del pasado draft.
¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DE LA DEFENSIVA?
Cleveland jugó su casilla más alta del sorteo colegial con el esquinero Justin Gilbert de Oklahoma State. Gilbert se perfila a ser titular opuesto al estelar Joe Haden en lo que promete ser un dolor de cabeza para los receptores rivales si Gilbert comienza a entregar dividendos prematuros en relación a lo que se pagó por él en el draft.
Sin embargo, la secundaria de los Browns se nota un tanto "incompleta" debido a la salida del profundo T.J. Ward a los Denver Broncos en la temporada baja. Ward tuvo su mejor temporada en el 2013 pero el coach Mike Pettine identificó mayores cualidades de agresividad en Donte Whitner, a quien firmaron como agente libre.
La misma lógica aplicó para cortar al apoyador y líder de la defensiva D'Qwell Jackson y contratar al veterano Karlos Dansby. Por trayectoria, se puede argumentar que la filosofía de "nariz dura" que quiere implementar Pettine, ex coordinador defensivo de los Buffalo Bills, tiene sentido con ambas adiciones, pero es claro que en términos de plantilla, los Browns se notan con mayor incertidumbre al eliminar dos pilares de su unidad.
DESDE LA ENFERMERÍA
La plantilla de Cleveland cuenta con la peculiar e importantísima cualidad de ser saludable de punta a punta. Los últimos reportes de lesionados sólo contemplan a Gilbert, quien no obstante perfila participar en el segundo juego de pretemporada del club.
La mejor noticia que emana del hospital para los Browns es Hoyer. El mariscal de campo se estableció como titular indiscutible con tres triunfos al hilo antes de caer lesionado y perderse toda la campaña en el 2013.
Pese al incesante vaivén que ha generado Pettine con sus declaraciones sobre "cualquiera puede ser titular", sigo apostando por Hoyer, un nativo de Ohio que ha dado los mejores vistazos de talento que Cleveland ha percibido en su pasador titular desde hace tiempo.
PRONÓSTICO PARA EL 2014
Cleveland sufre una de las sequías de playoffs más largas en la NFL y las últimas temporadas, así como las decisiones cuestionables del propietario Jimmy Haslam, no ofrecen argumentos lo suficientemente sólidos para pensar que la racha llegará a su fin.
En la balanza del campamento, parecen más los negativos que las razones para ilusionarse y, el hecho que Hoyer represente mayor estabilidad o Manziel un juego de espectáculo, no redunda en éxito inmediato si están rodeados de jugadores promedio en las posiciones de habilidad.
Tampoco que Hoyer sea un fuera de serie, sólo es confiable, insisto.
La transición defensiva, en una división con pasadores como Ben Roethlisberger y Joe Flacco, así como el personal alrededor de un Andy Dalton brillante en temporada regular, pintan un panorama donde, si no existe sublimación por parte de los refuerzos, los Browns volverán a ver la peor parte de la AFC Norte.
Algo que sí veo en el panorama de la franquicia es la consecución de más triunfos que en los años recientes, quizá la mayor cantidad desde el 2007, cuando acumularon 10 victorias. Desde entonces no pasan de las cinco ni hacen menos de cuatro, me agrada pensar que este año llegará el 6° o incluso 7° triunfo para Cleveland.