MADRID -- El Maracaná vivió una noche grandiosa para Brasil. La canarinha dio un repaso a España y se coronó campeona de la Copa Confederaciones con toda justicia al ganar 3-0.
Hay días en los que a uno no le sale nada y éste fue uno de esos para la campeona del mundo y de Europa. Todo se dio al revés: goles encajados en los minutos psicológicos, un penalti fallado, un gol que te salvan debajo de la línea y en la siguiente jugada te marcan, una expulsión, paradas a bocajarro del portero rival, arbitraje muy casero...
Pese a todo esto no hay que buscar excusas. Brasil fue mejor como reconocieron los jugadores y el cuerpo técnico. Cuando pasa esto se le da la mano al rival y se le felicita como se hizo. Uno es grande cuando gana, pero también cuando pierde y en esto último España dio todo un ejemplo de deportividad.
Ya desde que se ganó a Italia en semifinales se sabía que la Roja iba a tenerlo muy complicado. Ese día frente a la Azzurra los jugadores acabaron muertos. La prórroga dejó a muchos jugadores extasiados y, como pronosticamos, Brasil partía como clara favorita al estar más descansada y porque jugaba en casa. Las premisas se cumplieron: hubo jugadores que iban andando y la torcida empujó para meter el primer gol.
Este grupo de jugadores no había vivido un ambiente en contra igual. En el acto de los himnos Brasil se fabricó una jugada desconocida: la música paró de repente y el público y los futbolistas brasileños cantaron a capela el ¡Patria amada! Increíble. A renglón seguido empezó el partido y en la primera jugada Fred abrió el marcador. Gol de la afición.
Pedro tuvo el empate antes del descanso, pero David Luiz salvó milagrosamente debajo de la línea. A continuación, y al borde del final del primer tiempo, Neymar marcó otro gol psicológico. Y, para colmo de males, a la vuelta descanso Fred hizo el tercero.
El mérito de que a España no le salieran las cosas fue la intensidad y la disciplina de Brasil. Desde el calentamiento se vio a los jugadores como si les fuera la vida en este partido. Salieron a por todas. El ritmo, la presión, la fuerza y el deseo de ganar obligaron a España a cometer muchos errores. Las imprecisiones se sucedían y a la mínima que había alguna combinación apareció una pierna brasileña para hacer falta. El árbitro obvió muchas tarjetas amarillas y acabó desquiciando a los jugadores españoles viendo que no amonestaba a los brasileños a pesar de que hicieron 26 faltas.
Quitando Busquets, Iniesta y Sergio Ramos el resto no pasó del suficiente. Algunos como Arbeloa vivieron un calvario. En el Real Madrid desentona y en la selección más porque técnicamente es el peor con diferencia. Lo bueno que tenía antes, que era velocidad y fuerza para defender, se le está acabando. Sin eso es un jugador muy vulgar como se volvió a comprobar. La edad no perdona y más si te las tienes que ver con un megacrack como Neymar. Tremenda la exhibición del 10, que acabó siendo MVP del campeonato. La pareja Messi-Neymar promete. No hay una dupla como esta en el mundo. Es de ciencia ficción.
Ahora queda aprender de esta derrota. Aunque es resultado es duro mejor perder así y en este torneo que no en el Mundial, que es lo verdaderamente importante. Para la gran cita la preparación será totalmente distinta, ya que los futbolistas estarán más descansados y tendrán casi un mes de concentración. Esto en la Confederaciones no ha sido ni mucho menos así.
A un año vista para la cita mundialista, Del Bosque probará cosas sin olvidar que aún falta cerrar la clasificación. Sería un error pensar que todo está hecho cuando aún quedan un par de partidos por jugarse en la fase de clasificación. El menor error sería fatídico porque Francia está al acecho.