Fiji perdió con bonus defensivo su encuentro definitorio ante Portugal por 23-24, y sin brillar en el cierre de la fase de grupos, se metió directamente a cuartos de final por tercera vez en su historia. La hazaña ya la había logrado en 1987 y 2007. Este resultado dejó a Australia afuera de la Copa del Mundo. Mirá todo el Mundial en Star+.
Los Wallabies llegaron a este Torneo con un pésimo desempeño anual. En el inicio de la temporada, por el Rugby Championship, viajaron hasta Sudáfrica y volvieron a Sidney goleados por 43 a 12. Una semana más tarde, recibieron a Los Pumas en su casa, y con un resultado apretado, perdieron por 34-31. En el cierre del campeonato, en el clásico ante los All Blacks, fueron altamente superados por 38-7. Unos días después, por la Bledisloe Cup, cayeron por poquito ante Nueva Zelanda, con un 23-20 en contra. Ya en el final de la preparación mundialista, Francia los aplastó con un contundente 41-17.
El Mundial lo empezaron el 9 de septiembre con una victoria contra Georgia, un 35-15 que daba esperanza a los australianos, y parecía que comenzaban su participación en la máxima cita mundialista con un nuevo aire de buenas energías. En la siguiente fecha, el gran baldazo de agua fría fue la sorpresiva caída ante Fiji, con un 15-22 impredecible en cualquier apuesta. El bofetón fue tan fuerte para los Wallabies, que en la siguiente jornada se jugaron todo contra Gales y fueron pasados por encima: 40-6 se quedaron esa final anticipada los Dragones Rojos, quienes venían de una histórica crisis rugbística nacional. En el cierre de la fase de grupos, y con un Portugal revelación, finalizaron la participación con una victoria para el honor por 34-14.
Australia había sido campeón del Mundo en 1991 y 1999, subcampeón en 2003 y 2015, cuarto en 1991, tercero en 2011 y cuartofinalista en 1995, 2007 y 2019. Por primera vez, los dirigidos por Eddie Jones son eliminados en primera ronda y se convierten en la decepción de la Rugby World Cup.