La nueva liga rebelde, el Rugby 360 busca llevar al deporte a otro nivel y sus jugadores tendrían salarios exorbitantes. De todas formas, las uniones de rugby de Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Irlanda, Inglaterra, Escocia, Francia e Italia emitieron una declaración conjunta donde confirmaron que cualquiera que participe, no será elegible para sus seleccionados. Cabe recordar que los sudafricanos ya habían tomado la decisión, que se hizo extensiva a las otras uniones. Todo el rugby en Disney+ Plan Premium .
Rugby 360, la competencia impulsada -junto a empresarios- por el ex capitán inglés Mike Tindall, se dividiría en dos tramos entre abril y junio, y agosto y septiembre del 2026, y disputarían partidos en el estadio del Tottenham, en el Camp Nou de Barcelona, en el Morumbí de San Pablo y en Nueva York, entre otras grandes ciudades del mundo. Todo esto estaría financiado en su totalidad para esa temporada y buscarán que sea rentable para el 2027. Esta financiación sale de diversas empresas privadas de Arabia Saudita, Estados Unidos y Reino Unido.
El comunicado en conjunto de las uniones de Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Irlanda, Inglaterra, Escocia, Francia e Italia sobre Rugby 360
“Como grupo de uniones nacionales de rugby, instamos a que los jugadores y el personal de apoyo que estén considerando unirse a la competencia R360 propuesta tengan mucho cuidado. Todos damos la bienvenida a nuevas inversiones e innovaciones en el rugby y apoyamos ideas que puedan ayudar a que el juego evolucione y llegue a nuevos públicos; pero cualquier nueva competencia debe fortalecer el deporte en su conjunto, no fragmentarlo ni debilitarlo.
Entre nuestras funciones como uniones nacionales, debemos adoptar una visión más amplia de las nuevas propuestas y evaluar su impacto en una variedad de áreas, incluyendo si contribuyen al ecosistema global del rugby, del cual todos somos responsables, o si son un efecto negativo neto para el juego. R360 no nos ha dado ninguna indicación sobre cómo planea gestionar el bienestar de los jugadores; cómo los jugadores cumplirían sus aspiraciones de representar a sus países y cómo la competencia coexistiría con los calendarios internacionales y nacionales negociados con tanto esfuerzo en los últimos años para nuestros juegos masculinos y femeninos.
El modelo R360, tal como se describe públicamente, parece más bien diseñado para generar ganancias y devolverlas a una élite muy pequeña, potencialmente socavando la inversión que las uniones nacionales y las ligas existentes hacen en el rugby comunitario, el desarrollo de los jugadores y los caminos de participación. El rugby internacional y nuestras principales competiciones siguen siendo el motor económico y cultural que sustenta todos los niveles del deporte, desde la participación en las bases hasta el rendimiento de élite. Debilitar ese ecosistema podría ser enormemente perjudicial para la salud de nuestro deporte.
Todos estos son temas que habrían sido mucho mejor discutidos de manera colaborativa, pero quienes están detrás de la competencia propuesta no se han involucrado ni se han reunido con todos los sindicatos para explicar y comprender mejor su negocio y modelo operativo. Por lo tanto, cada una de las uniones nacionales informará a los jugadores masculinos y femeninos que la participación en R360 los haría inelegibles para la selección internacional”.
