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'Nos Ponemos las Pilas': Agustín Pichot, su historia con el rugby y lo que vino después

Getty Images

Definirlo resulta muy difícil, porque acaso el hombre en cuestión resiste a todo intento de ser encasillado. ¿Jugador de rugby? ¿Dirigente? ¿Hombre de negocios? Todos estos roles caben dentro de la persona llamada Agustín Pichot.

Como jugador fue líder de la mejor versión de Los Pumas a nivel mundial, aquella selección que logró colgarse la medalla de bronce subiéndose al podio de la Copa Mundial de Rugby disputada en el 2007 en Francia. También fue el primer latinoamericano en ser ingresado al Salón de la Fama del rugby mundial.

Su paso como dirigente deportivo, desde donde ayudó a que el rugby regresara a los Juegos Olímpicos y su transformación en un hombre de negocios y de la industria televisiva, tampoco pasó desapercibido. Un todo terreno dirían algunos.

Sin embargo, sus huellas como jugador quedaron tan marcadas que en la conversación que mantuvo junto a Fernando Palomo en el podcast ‘Nos Ponemos las Pilas’, el tramo en el que contó su historia de amor con el rugby fue uno de los más apasionantes de una charla sin límites.

Cuando se le preguntó cuál fue el detonante para dejar de ser jugador de rugby y buscar el mismo éxito en otras actividades, Pichot se sincera y dice que “creo que me quedé sin combustible… sin alma. Uno se pone metas y objetivos, juega con el corazón hasta exprimirlo y llega un momento en que después de muchos años en que ese corazón te dice basta”.

Sin embargo, su reflexión no terminó allí. “Cuando uno comprende que ya no puede dar lo mismo, esa historia de amor se termina”, sostiene enfáticamente. “Si no puedes seguir amando como amaste anteriormente, es el momento de dar un paso al costado, en todo orden de la vida”, reconoce.

“Yo amé al rugby porque fue mi sueño desde chico y se transformó en una historia de amor tan fuerte que cuando me di cuenta de que ya no tenía ese amor incondicional de antes me dije ya está, colguemos las camisetas y los botines”, agregó.

¿Fue una decisión dolorosa? ¿Fue intenpestiva? Pichot lo cuenta. “Gracias a Dios me lo hice en mis términos. Podría haber jugado otro mundial con menos amor que antes, pero hubiese traicionado mis principios. Me fui en el mejor momento, colgué las camiseta, la entregué en un lugar mejor que cuando la recibí. Diez años después, me siento orgulloso de haber dado ese paso. Hoy cuando veo esa camiseta me saca una sonrisa y pienso lo lindo que fue. Pero ya pasó”.

Contrariamente a lo que muchos pensaban, Pichot no quiso seguir ligado al rugby como entrenador, a pesar de haber tenido ofertas. “Casi no me había retirado cuando inmediatamente me ofrecieron ser entrenador. Hoy diez años después si me preguntás si me veo entrenando te digo que de ninguna manera. No creo tener la capacidad o la claridad para poder explicar lo que yo pienso. Por eso no me veo en esa función”.

La conversación derivó en varios temas, pero la mejor manera de resumir esta nota es la relación entre el deportista y el hombre de negocios. “El deporte me ha enseñado muchas cosas que hoy, como hombre de negocios, aplico. Creo que la desciplina que te da el deporte es buenísima para los negocios. Por ejemplo, en el deporte hay que manejar la ansiedad y eso sirve para los negocios también. La disciplina te da paciencia. El deporte de alto rendimiento es el control total de la ansiedad y eso es un aprendizaje de vida”, remató diciendo.


Escucha en ‘Nos Ponemos las Pilas, la entrevista completa con Agustín Pichot