Se va disipando. Como una nube. Como un sueño que estuvo bien cerca y quizás nunca se haga realidad. Serena Williams pareció sufrir "la maldición del 24° título de Grand Slam" y no poder empatar el récord histórico en poder de Margaret Court.
En 1999, en el US Open, Serena obtuvo el primero de sus 23 Grand Slam. Logró los cuatro en dos oportunidades de manera seguida, pero no en la misma temporada. En 2002 se impuso en fila en Roland Garros, Wimbledon y el US Open y los unió con Australia en 2003. La misma racha consiguió al ganar el US Open 2014 y acto seguido triunfar en 2015 en Australia, Roland Garros y Wimbledon.
En el Abierto de Australia 2017, la menor de las famosas hermanas Williams logró su último Grand Slam. Esa vez, consiguió el 23° Major y así pasó a la alemana Steffi Graf, quien se adjudicó 22. Allí su sueño del famoso 24° quedó muy cerca, pero la historia fue cambiando.
Fue mamá, volvió al circuito y en estos cinco años jugó 14 Majors, llegó a cuatro finales y las perdió todas.
En 2020, cuando Flushing Meadows estaba vacío a causa de la pandemia, cayó en semifinales ante Victoria Azarenka en tres sets. Mucha presión. Demasiada. Ella misma lo aseguró. En 2021 su mejor actuación fue llegar hasta semis en Australia. Otra vez a dos pasos de la gloria.
Tras un año inactiva reapareció con todas las luces en Wimbledon y cayó en el estreno. Se viene el US Open y todo parece indicar que es "The Last Dance".