<
>

El debut de Djokovic en Australia: De la premonición de Safin a la anécdota con una peluquera

Novak Djokovic es sinónimo de Australian Open. A lo largo de su carrera, el serbio construyó una historia plagada de éxitos en el primer torneo de Grand Slam de la temporada: 10 títulos (máximo ganador en la historia de este certamen después de destronar a Roy Emerson y Roger Federer), ninguna final perdida y un récord de 89 victorias y tan solo ocho derrotas en los últimos 19 años. Y esta historia, como todas, tiene un comienzo.

Para el inicio del año 2005, el serbio tenía unos jóvenes 17 años. En su incipiente carrera, tan solo había jugado tres eventos de categoría ATP (Umag, Bucarest y Bangkok, todos en 2004) y se ubicaba en el puesto número 188 del ranking mundial. Hasta ese entonces, nada hacía presagiar que ese chico iba a convertirse en el máximo ganador de torneos de Grand Slam.

Y si de majors hablamos, Nole nunca había participado, hasta ese entonces, de un evento de esta magnitud. Su primera irrupción fue, casualmente, en la qualy del Abierto de Australia 2005. Para sorpresa de propios y extraños, ese adolescente superó la etapa clasificatoria tras vencer a Francesco Piccari, Stan Wawrinka y Wesley Moodie, siendo estos últimos dos tenistas mejor rankeados que el balcánico.

Habiendo consumado su clasificación a su primer main draw de Grand Slam, el sorteo de aquel entonces lo emparejó con nada más ni nada menos que un Top Ten y campeón del US Open 2000: Marat Safin.

Previo a ese partido (a esta altura, histórico), Djokovic realizó un pequeño cambio estético sugerido por una peluquera. Ella no sabía que en ese momento estaba tratando con quien sería una estrella del tenis mundial. "Uno de los recuerdos más profundos del Abierto de Australia 2005, cuando me clasifiqué y jugué en la sesión nocturna contra Safin, en la cancha central, es que me estaban cortando el pelo ese mismo día. Una señora maravillosa, una peluquera, me preguntó ´¿Quieres hacer algo especial para esta noche?´ Le dije: '¿Qué estás sugiriendo?' y me respondió ´Tal vez deberíamos colorear tu parte delantera´ a lo que le dije ´Nunca he hecho eso en mi vida. ¿Sabes qué? ¿Por qué no?´. Tenía 17, 18 años. Si voy a salir al escenario, mejor lo hago con estilo" recordó Novak, quien después reveló que su madre no quedó muy contenta con el resultado: "La conversación que tuvimos después no fue muy buena para mí. Pero nos reímos mucho al respecto".

Después de realizarse el cambio estético, el nacido en Belgrado salió a la cancha ante un ruso que ese día se mostró imparable: 6-0, 6-2 y 6-1 en apenas una hora y 15 minutos de juego. "Es un tipo joven, prometedor. Ya sabes, ha tenido muy buenos resultados el año pasado en los Challengers. Va a ser un buen jugador. Ya ha firmado algunos contratos, lo que significa que la gente está buscando adelante y estará en el Top 10 en el futuro" presagió el ruso, quien no se equivocó en lo absoluto. Apenas dos años después, Nole irrumpiría en ese lote de jugadores.

Además, en la conferencia de prensa posterior al partido Safin reveló el cruce de palabras que tuvo con Djokovic en la red una vez terminado el partido: "Vino y dijo: ´Lo siento´. No sé por qué pidió perdón, porque aparentemente... porque fue muy fácil. Pero el chico lo intentó todo. Intentó su mejor tenis, pero yo jugué bastante bien y le dije que iba a ser un gran jugador, y lo será. Quiero decir, es joven. Tiene 17 años y este año cumplirá 18. Tiene un gran potencial y le deseo todo lo mejor porque tendrá una carrera muy larga, espero para él, si continúa así y sigue trabajando duro. Sólo le deseo todo lo mejor. Eso es lo que le dije".

Después de abandonar Australia, Djokovic reapareció en Melbourne en 2006 (1R) y 2007 (4R) para definitivamente escribir su nombre en la historia del torneo en 2008. Apenas tres años después de la simpática peluquera que le tiñó el pelo y la premonición de Marat Safin, el serbio se consagró campeón de su primer torneo de Grand Slam frente a Jo-Wilfried Tsonga. Tras ese logro, el tenis empezaba a caminar hacia una de las épocas más gloriosas en la historia del deporte...pero esa es otra historia.