La derrota de Rafael Nadal en el Madrid Open significó el cierre de una etapa, aunque todavía queda algo de luz en el túnel. El propio español reconoció que vivió una noche emocionante, pero aseguró que no fue la última en su carrera y es por eso que prefirió no "hacer un mar de lágrimas" porque su recorrido sigue.
"Me he emocionado por dentro, me ha faltado poco para emocionarme más pero no quería un mar de lágrimas porque no he terminado. Ha sido una noche emocionante para mí a más no poder pero no es el momento de dejar ir lo que llevo dentro a nivel de emociones y sensaciones. Me queda un camino por recorrer y no quiero soltar esa adrenalina", comentó en conferencia de prensa tras su caída con Jiri Lehecka, que se llevó un gran récord.
Durante el homenaje pospartido se lo pudo ver emocionado, aunque como él mismo describe, no llegó a quebrarse. El clima fue totalmente emotivo y sin dudas erizó la piel de los fanáticos alrededor del mundo. "Ha sido una noche emocionante. Nunca me ha fallado esta gente. Lo que me ha hecho sentir esta gente es algo que se va a quedar para mí para siempre. Lo he disfrutado", reconoció el ex N°1 del mundo, actualmente en el 512°.
Por otro lado, destacó que tan solo tres semanas atrás "no sabía si podía jugar un partido oficial", aunque sí hizo foco en que pudo "hacerlo en la pista con un nivel bastante decente". Y agregó: "A nivel tenístico y a nivel emocional lo he podido hacer. Esta ciudad me ha ayudado de manera decisiva en mi carrera, me llevo energía positiva un recuerdo inolvidable. No sé si será la última vez que juegue en España, no se si habrá otra opción o no y si ha sido la última ha sido un gran recuerdo".
Por otro lado, el balear remarcó otro aspecto positivo: "Llegué con dudas y me voy con menos dudas. He jugado un partido con un rival que ha estado a nivel altísimo y he sido competitivo". Con respecto a lo que viene, dijo: "Hay una Copa Davis y no sabes lo que puede pasar. He intentado no confirmar cosas que luego se vuelvan en mi contra. He intentado ir de cara en todo momento según las sensaciones".
Además del Masters 1000 de Roma, la gran cita por delante que se viene es Roland Garros, hacia donde apuntan todos los reflectores, aunque luego será el momento de los Juegos Olímpicos y la expectativa que se ha generado para que pueda estar en París.
"No tengo asegurado nada. No sé lo que pasará pero es seguro que he jugado cuatro partidos en Madrid. Mi cuerpo ha resistido varias horas de competición a buen nivel y me voy contento a nivel de tenis en relación a cuando llegué. Si mi cuerpo me va aguantando y el nivel de tenis veremos qué puede pasar. Estoy haciendo las cosas de la manera más prudente para poder disfrutar de los torneos que vienen. ¿París? Ya lo diré después de Roma. Espero jugar Roma con la ilusión de seguir evolucionando", concluyó Nadal.