Toronto pasará a ser una ciudad inolvidable para Taylor Townsend (71ª del ranking WTA), la estadounidense de 28 años de edad que alcanzó en ese suelo, tras vencer a la letona Jelena Ostapenko (11ª) por 6-2 y 6-1, sus primeros cuartos de final en el circuito femenino.
La potente tenista norteamericana, zurda y de revés a dos manos, expuso un tenis formidable y en una hora exacta de juego consumó lo que fue su mejor triunfo como profesional, nada menos que ante la cuarta preclasificada del evento.
Una de las grandes historias del certamen, ya que la nacida en Chicago, Illinois, ingresó al cuadro principal como Lucky Loser (había perdido con Erika Andreeva) en la última ronda de la qualy, pero paso a paso, se ganó una plaza entre las mejores ocho del torneo canadiense.
Pero su crecimiento, espectacular por cierto, no es lo más curioso, sino su método para hacerlo. Es que apenas concluido el encuentro ante la campeona de Roland Garros 2017, Townsend reveló su preparación previo al encuentro. Atípico, pero efectivo.
"Este fue un día de locura. Déjenme contarles una historia. El partido era a las 12:30 horas y llegué aquí a las 12:24. No sé cómo diablos lo hice. Tal vez fue porque no estaba pensando. Simplemente salí y jugué. No golpeé una pelota, no calenté. Literalmente hice dos sprints en bicicleta y pensé: bien, vamos. Así que supongo que funcionó”, enfatizó entre risas a pie de cancha, ante el asombro de los espectadores.
La ex 57ª del ordenamiento, que alcanzó la cuarta ronda en el US Open 2019, continúa su odisea ante su compatriota Emma Navarro, 15ª del mundo y octava favorita a la conquista, en busca de su primer trofeo.