La polaca Iga Swiatek, N°1 del ranking mundial WTA, disputó los Juegos Olímpicos de París 2024 con un objetivo claro y convincente, adecuado a sus magistrales habilidades y a su cabeza de campeona. No había otro escenario posible para ella que la medalla de oro, pero un traspiés en semifinales la dejó sin esa posibilidad y debió conformarse, como si fuese poco, con la presea de bronce.
Las horas posteriores a la derrota ante Qinwen Zheng no fueron fáciles para la joven de Varsovia, cuatro veces ganadora de Grand Slam, que rompió en llanto y se encontró con sentimientos de tristeza y decepción. Afortunadamente, al día siguiente, pudo cambiar de página y sonreír en el compromiso por el tercer puesto ante la eslovaca Anna-Karolina Schmiedlova.
Mirando en retrospectiva y con la mente fría, la líder del ordenamiento, que se convirtió en la primera clasificada para las WTA Finals de Riad (Arabia Saudita), valoró su gran paso por la capital francesa y compartió en sus redes sociales una profunda reflexión.
"Después de un par de días, me siento lista para resumir este capítulo. Alegría, felicidad, tristeza, decepción, satisfacción, hambre de más, orgullo y tantas otras emociones, pensamiento. Todavía lo estoy descifrando, y siento lo valiosa que fue esta experiencia para mí”, comenzó diciendo quien completó el prestigioso podio por detrás de la mencionada Zheng y la croata Donna Vekic.
“Quizás en el futuro pueda evaluar estas dos semanas con una perspectiva más amplia, pero ya veo muchas cosas. En primer lugar, cuánto he progresado desde Tokio. Cuánto puedo hacer, cuántas oportunidades tengo de convertirme en mejor jugador y ser mejor persona. Pero lo más importante es todo lo que he vivido aquí. Fue un momento especial que no habría sido posible sin mi equipo y mi familia. Gracias por lo que hiciste por mí", finalizó Iga, campeona esta temporada en Roland Garros y en los WTA 1000 de Doha, Indian Wells, Madrid y Roma
Swiatek, que perdió en la sede del Abierto de Francia por primera vez desde 2021, se convirtió en la cuarta número uno del planeta en conseguir una medalla en la emblemática cita desde la publicación del ranking en 1975 y le dio a su país la primera presea de su historia. Por esto y mucho más, debe estar orgullosa.