En este caso, Karen Khachanov recordó que un resultado deportivo no lo es todo. Se lo dijo en el saludo de la red a Ugo Humbert y no le tembló la voz. El respeto y los valores del deporte, ante todo.
Todo empezó en el 3-2 del tercer set. El ruso pidió tiempo médico y ya no hubo vuelta atrás. Paris-Bercy era un hervidero y tuvo un motor desde adentro del campo de juego.
El francés se encargó de levantar el puño y golpearse el pecho ante cada acierto propio. Aún con su rival disminuido físicamente y sin moverse del todo a sus costados.
El último punto fue una muestra cabal. Khachanov la dejó a merced y se fue caminando para el saludo final. Humbert castigó con un winner y festejó a rabiar. Placa final de 6-7 (6), 6-4 y 6-3 que le da la primera final Masters 1000 de su carrera al crédito local y una inocultable molestia al ruso.
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