Alexander Bublik (62º) suele ser un caso de estudio entre los amantes del tenis. Muchos admiran su juego, mientras que otros critican su forma de afrontar los partidos. Tiene admiradores y detractores: están quienes lo consideran un jugador clave para darle otra cara al circuito, y quienes creen que, por momentos, le falta el respeto al deporte. Lo cierto es que el kazajo atraviesa el mejor momento de su carrera y en Roland Garros demostró que su esfuerzo valió la pena: ya está en los cuartos de final, tras haber derrotado a Jack Draper (5º) en cuatro sets.
En números y estadísticas, es su mejor resultado en un Grand Slam. En ese sentido, un periodista le consultó si haría más sacrificios para volver a sentir lo que experimentó apenas logró la victoria en la Suzanne-Lenglen. Claro, minutos antes, en pleno estadio y con las pulsaciones a mil, había dicho: "Es el mejor momento de mi vida". "Lo bueno de esa pregunta es que usaste la palabra 'quizás'. ¿Voy a poner mi salud y mi vida en juego por un 'quizás'? No, voy a seguir mi camino", aseguró.
Además, antes de que comenzara la siguiente consulta, amplió su respuesta: "Entreno igual, no crean que solo practico 30 minutos por día. Hago lo justo y necesario, lo mínimo y lo máximo al mismo tiempo, para ser el jugador que soy y estar donde estoy. Voy a seguir así, porque priorizo el tenis y la vida en partes iguales. Para mí es una relación 50/50. No es que el tenis ocupa el 90% y después, si a los 40 no puedo caminar, no importa. No, no es así. Busco el equilibrio. Hago lo que tengo que hacer para competir contra los mejores, y lo demostré estos últimos seis, siete años. Pero ¿arriesgar mi salud? No".
A partir de esa declaración, los periodistas en París intentaron seguir indagando en su esfuerzo y en el mensaje que busca transmitir cada vez que entra a la cancha. "No hay forma de evitar el trabajo duro. No me malinterpreten: yo también trabajo mucho, aunque a mi manera. Hago lo que mi cuerpo me permite. No voy a jugar con una rodilla rota solo por tener una chance de ganar un partido. Trabajo un montón, pero también priorizo mi salud y mi vida, porque tengo familia, soy papá y tengo responsabilidades como padre". Y añadió: "A veces no funcionó. A veces sí, como cuando estuve Top 20. Pero si les hablamos a los más chicos: no hay camino sin esfuerzo y trabajo".
Bublik, quien acumula 15 victorias (incluido el título en el Challenger de Turín) y solo cuatro derrotas en lo que va de la gira sobre polvo de ladrillo, reconoció que cambió su actitud antes de encarar esta parte de la temporada. "Es el primer año en el que no me quejé de jugar en arcilla. No me quedó otra porque estaba bajando mucho en el ranking. Supongo que esa fue la clave", sentenció. Ahora se medirá con el italiano Jannik Sinner (1º) por un lugar en las semifinales.
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