Terence Atmane (136° del ranking mundial) vive un verdadero sueño en Cincinnati que lo pondrá cara a cara nada menos que contra el número uno del mundo, Jannik Sinner, en instancia de semifinales: “Ahora mismo es muy difícil explicar cómo me siento. Soy muy afortunado por haber llegado hasta aquí. El trabajo todavía no está hecho, creo que puedo ganar a cualquiera, pero también cualquiera puede ganarme a mí. Esto es tenis. Por supuesto que pienso que puedo ganarle, de otro modo no estaría aquí”.
Omar Jasika (207°) y Li Tu (176°) en la qualy fueron las primeras dos víctimas que se cobró el francés en tierras estadounidenses, para hacerse un lugar en el cuadro principal del torneo. Allí, se cargó en fila al japonés Yoshihito Nishioka (130°), al italiano Flavio Cobolli (22°) y al brasileño Joao Fonseca (52°), para llegar a lo que sería el partido de su vida, hasta ese momento, ante Taylor Fritz (4°).
Y para sorpresa de todos, el dueño de cuatro títulos en el circuito Challenger se encargó de firmar el gran batacazo del torneo frente al norteamericano, que llegaba luego de haber hecho semifinales en Toronto días atrás. La inesperada victoria le permitió hacerse un lugar entre los ocho mejores de un torneo de esta magnitud por primera vez en su carrera y lo aprovechó a la perfección con el triunfazo ante Holger Rune.
"Estoy en semifinales de un Masters 1000 y voy a entrar en el Top 100 (virtualmente en el 69° puesto), esto supone mucho dinero para mí, algo que será de mucha utilidad para sostener mi carrera. Ahora quiero seguir luchando", confesó a horas del partido de su vida.
Se dará el lujo de poder desafiar ni más ni menos que a Sinner: "Tengo muchas ganas de jugarlo, voy a ir a por ello como en los demás partidos. Desde que empezó el torneo, no he tenido nada que perder y eso no cambiará el sábado".
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