Triunfo especial en Melbourne. Este lunes, 1° de febrero, se cumplen 12 años del único título que logró Rafael Nadal en el Abierto de Australia, para colmo con un partidazo de cinco sets en la final frente a Roger Federer. Fue un día muy particular en la carrera del español.
El primer día de febrero de 2009, con Nadal siendo el N°1 del mundo, tras haber desplazado al suizo de la cima del ranking ATP cinco meses antes, se dio un choque inolvidable. Claro, sobre todo para el zurdo de Manacor, su equipo de trabajo y millones de fanáticos, ante un rival que llegó a Melbourne siendo su escolta en la clasificación.
Hoy, ambos ostentan el récord histórico de 20 copas en los Grand Slam y por entonces el español ya era el rey de la arcilla en su Roland Garros, donde ahora acumula nada menos 13 títulos, pero sólo sumaba una corona en otro Grand Slam, en Wimbledon 2008.
Ese éxito en el césped de La Catedral, sorpresivo para casi todos, fue clave para quitarle el N°1 del mundo a Federer. Y venía de Nadal de aplastar al helvético en la final de París. Así arribaron a Australia, con Federer campeón por quinto año seguido en el US Open en el medio. Ya en Melbourne, también en cancha dura, el español casi desfiló hasta pisar semifinales.
Después de dos sencillos triunfos en las rondas iniciales, Nadal se deshizo de tres ex-Top 6, como el alemán Tommy Haas en tercera rueda, el chileno Fernando González en octavos de final y el francés Gilles Simon en cuartos. Ya en semi apareció su connacional Fernando Verdasco, por entonces 15° en la lista, quien le hizo un partidazo maratónica y recién el de Manacor ganó por 6-4 en el quinto set.
Ese desgaste provocó que mucha gente pensara que Nadal iba a llegar con menos energía a la definición, pero volvió a demostrar frente a Federer su gran capacidad física y mental. El español y el suizo se llevaron un set cada uno, siempre con el primero tomando la ventaja parcial, hasta que la diferencia se hizo notoria en el último, ganado por 6-2 por el número uno.
Una derecha de Federer, como en otras grandes finales ante Nadal, se fue larga, y el español se desplomó detrás de la línea de base en la cancha principal del Melbourne Par. Fue delirio por su gente y llanto para el suizo, que pretendía cortar la racha adversa ante su archirrival y coronarse nuevamente en el Abierto de Australia.
Pasaron ya 12 años y ese éxito, en 2009, continúa siendo el único que pudo conseguir Nadal en el primer Grand Slam de cada temporada. Y fue especial, ya que meses después sufrió su primera derrota en Roland Garros, ante el sueco Robin Soderling, luego víctima de Federer en la final. Por eso valió tanto la hazaña en Melbourne...