<
>

Milos Teodosic y el pase final: se retiró el mago serbio

El base que brilló en su seleccionado y en el básquetbol europeo, pero no pudo afianzarse en la NBA, concluyó su carrera a los 38 años.


Se terminó la magia. Al menos, la que ofrecía Milos Teodosic dentro de una cancha. El excepcional base serbio anunció su retiro del básquetbol.

"Llegó el momento de despedirme de una etapa de mi amor por este juego mágico bajo los aros", escribió Teodosic en un comunicado en el que agradece a amigos e hinchas por los pasados "30 años de lucha compartida, disfrute, alegría y tristeza".

Teodosic, quien inició su carrera profesional en el equipo serbio FMP en 2004, ofreció su talento en Borac de Cacak, también de su país, Olympiacos, de Grecia, CSKA de Moscú, de Rusia, Los Angeles Clippers, en la NBA, Virtus Bologna, de Italia, y Estrella Roja, nuevamente en su tierra. Y, por supuesto, en la Selección de Serbia, con la que obtuvo las medallas de plata en el Europeo 2009, el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016.

Cuando Teodosic firmó como nuevo base de los Clippers en 2017, en Estados Unidos surgió la pregunta: ¿Quién? ¿Quién lo conoce?

La noticia, vía Twitter, fue primicia de Adrian Wojnarowski, el periodista, ya retirado, especializado en conseguir antes que nadie la información sobre traspasos y contrataciones en la NBA.

Las respuestas interrogativas surgieron de fanáticos estadounidenses con una visión muy acotada del mundo del básquetbol.

Y usar la palabra mundo no es aleatorio, ya que para muchos seguidores norteamericanos de este deporte, el mundo se reducía al territorio de Estados Unidos. Pero no todo se limitaba a lo que ocurría dentro de los límites de sus fronteras. No era así entonces, mucho menos hoy.

Para cualquier amante del básquetbol la mirada no exclusiva en la NBA, Teodosic fue uno de los jugadores más atractivos para ver. Si bien es un poco disruptivo y volátil, o tal vez por eso, el serbio sacaba pases inesperados de la galera, tomaba tiros arriesgados, elevaba el nivel de sus compañeros y nunca se escondía.

Claro, aquellos con ojos solamente para la NBA, se perdían a este tipo de jugadores al menos hasta el día en que decidían dar el salto a la mejor liga del mundo. Muchas veces ese paso lo daban cuando ya habían dejado atrás su mejor momento. Pero algunos fanáticos estadounidenses, ni enterados.

¿Y por qué es que ni se enteraban de que fuera de su galaxia había y hay otros jugadores fabulosos? Una explicación es que para ellos, al menos históricamente, los campeones de la NBA eran los campeones del mundo y al mismo tiempo el mundo se reducía a sus fronteras. Entonces, lo que ocurría y ocurre fuera de los Estados Unidos (en este caso sumamos la excepción de Toronto, Canadá) era y es algo absolutamente despreciable o sencillamente inexistente.

En el camino inverso, algunas grandes estrellas del básquetbol mundial decidieron no jugar en la NBA sabiendo que no tendrían el reconocimiento que merecían. El ejemplo más característico es el mítico brasileño Oscar Schmidt, máximo anotador de la historia de los Juegos Olímpicos, figura excluyente en Europa y gloria en su país.

De los que sí jugaron en la NBA, quien más nos recuerda a Teodosic es Drazen Petrovic. El base campeón del mundo en 1990 con Yugoslavia, fallecido en un accidente vehicular y víctima emocional de la guerra entre serbios y croatas que derivó en el distanciamiento con su amigo Vlade Divac (reflejado a la perfección en el imperdible documental Once Brothers) sufrió mucho para poder instalarse en la NBA. Y si le sucedió a Petrovic, que era fabuloso, le pudo pasar a cualquier otro.

Teodosic nos hizo acordar a Petrovic por su estilo de juego, porque fue un heredero del base talentoso en la escuela yugoslava y también porque nacieron apenas a 500 kilómetros (esa es la distancia que separa a Sibenik, Croacia, de Valjevo, Serbia).

Milos Teodosic llegó a Los Angeles Clippers. ¿Quién? ¿Quién lo conoce? El serbio no logró afianzarse en la NBA y apenas estuvo allí dos temporadas.

Quienes lo conocíamos, lo disfrutamos antes y lo seguimos haciendo después. En cualquier equipo. Hasta hoy, que el mago serbio, a los 38 años, le puso punto final a su carrera.