El Miami Heat, Chris Bosh y el sindicato de jugadores han acordado en principio una resolución que permitiría avanzar a todas las partes, dijeron fuentes a ESPN el miércoles.
Bosh, de 33 años, no ha jugado desde febrero de 2016 debido a problemas de coágulos sanguíneos. Ha permanecido en el roster del Heat mientras las partes han trabajado con problemas médicos y legales complejos en esta situación delicada y única.
El acuerdo no se ha finalizado ya que Bosh y su familia, agentes y abogados siguen revisando documentos.
Tanto el South Florida Sun-Sentinel como el Miami Herald informaron que las partes estaban en conversaciones el martes. Es un proceso que ha ocurrido desde el otoño pasado, cuando los médicos del equipo del Heat se negaron a dar el visto bueno a Bosh para participar en el campo de entrenamiento después de los resultados de las pruebas de sangre.
Bosh tiene una garantía de $52 millones en las próximas dos temporadas, aunque una porción significativa de eso está cubierta por el seguro. Pero él ha permanecido en el límite salarial del Heat, limitando su capacidad de substituirlo. Se espera que este acuerdo elimine a Bosh del tope y permita que el Heat siga adelante con su equipo.
Parte de la razón de este proceso ha sido tan extenuante es que las partes se encuentran entre dos acuerdos de negociación colectiva con normas diferentes sobre los jugadores con condiciones médicas potencialmente mortales. El nuevo CBA, que entra en vigor el 1 de julio, tiene nuevas políticas para evaluar la salud de los jugadores, en parte debido a la situación de Bosh.
Bosh ha dicho en varias entrevistas que todavía espera encontrar un plan de tratamiento que le permita volver a la duela en el futuro. Bajo las reglas actuales, si volviera y jugara más de 25 partidos para otro equipo, su tope salarial volvería a los libros del Heat y potencialmente enfrentarían penalidades impositivas de lujo.
Trabajar eso fue parte de la motivación de parte del Heat durante las discusiones.
Bajo el nuevo CBA, un panel de médicos seleccionados por la liga y el sindicato determinaría si un jugador con una condición potencialmente potencialmente mortal recibe visto bueno médico para jugar.