OKLAHOMA CITY - Un periodista alzó la mano, pidiendo hacer la primera pregunta del primer día de atención a los medios del Oklahoma City Thunder sin la presencia de Russell Westbrook.
Frente al podio, en esa jornada del 30 de septiembre, se encontraba Chris Paul y, cuando el micrófono quedó en mano de un reportero y éste comenzó a identificarse, Paul le interrumpió.
"Berry Tramel", Paul dijo entre sonrisas. "¿Cómo te va? No tenías que identificarte. Tiempo sin verte".
Tramel, columnista del diario The Oklahoman y quien fuera considerado por largo tiempo adversario de Russell Westbrook quien se encontraba reiteradamente del otro lado de la rutina en la cual Westbrook se limitaba a decir "siguiente pregunta", respondió rápidamente: "Vas a ganarte una mala reputación tratándome de esa forma".
El resto de los reporteros reunidos no hicieron un jadeo inteligible, pero el relato del momento era evidente, mientras comenzaron a escribir con sus teclados, apuntando lo ocurrido.
Si estaban buscando de una señal de que esta temporada iba a ser diferente para el Oklahoma City Thunder, aquí la tienen.
Paul mostró su carisma en pleno durante su sesión, explicando sus expectativas para la temporada, compartiendo su emoción por comenzar de nuevo, mientras jugó con el elemento de la nostalgia.
"Se siente diferente al estar de vuelta", expresó Paul, quien jugó sus primeras dos temporadas en Oklahoma City cuando el equipo entonces denominado New Orleans Pelicans se mudó de forma temporal debido a los azotes del Huracán Katrina. "Tuve la oportunidad de comenzar mi carrera aquí en 2005, por eso (estoy) bendecido y afortunado al poder volver".
Paul saludó a un empleado de la arena a quien recordó. Hizo una pequeña promoción a Charleston's, una cadena de restaurantes de vieja data del área de Oklahoma City donde solía cenar "cada día antes de los partidos" y recordó sus prácticas en la cercana Southern Nazarene University.
Cuando abandonaba el podio, ingresaba al proscenio Steven Adams y Paul chocó puños con él. Paul y Adams ya han comenzado a lograr una conexión. Paul expresa frecuentemente su emoción al poder jugar al lado del "Big Kiwi", pero aún se encuentran en un obvio periodo en el cual ambos se están conociendo bien.
"Tienes que enseñarme eso", le dijo Paul a Adams mientras pasaban por las escaleras, simulando una sentadilla.
"¿Enseñarte qué? ¿El Haka?", dijo Adams, haciendo referencia al baile ceremonial de la cultura Maori.
"Sí, eso", le respondió Paul.
El segundo capítulo del Thunder comenzaba oficialmente. Y por primera vez, no permanece ningún miembro original del equipo que se mudó de Seattle a Oklahoma City hace 11 años.
La ausencia de un pilar de la franquicia se destacaba por encima de la de cualquier otro.
EL VESTIDOR DEL THUNDER siempre tenía unos grados de calor por encima del resto del edificio; así era como le gustaba a Westbrook. En ocasiones, los nuevos compañeros hacían referencia a lo caluroso del lugar, pero la respuesta generalmente siempre era la misma.
Si tienes un problema con ello, díselo a Russ.
Desde la partida de Westbrook, el termostato ha regresado a niveles normales, aparte de otras diferencias tangibles dentro de este Thunder que son fáciles de identificar: Sam Presti usa barba, Billy Donovan tiene un nuevo corte de pelo. Nuevos entrenadores asistentes y muchos jugadores nuevos.
No obstante, a medida que en Oklahoma City pasan la página de la era de Paul George y de Westbrook, un jugador conectado de forma intrínseca con la identidad de la franquicia, las diferencias abstractas son las más perceptibles.
El día de atención a los medios no contó con la atención de años anteriores, con menor cantidad de televisoras y reporteros presentes. No se hicieron preguntas con respecto a las expectativas de ganar un campeonato o la presión que se siente por ser considerados contendores.
Dentro del vestuario, el puesto anteriormente ocupado por Westbrook ahora es utilizado por jugadores invitados al campamento de entrenamiento y probablemente estará vacío durante la noche inaugural. Había una vez en la cual James Harden estaba ubicado en el vestidor a la derecha del de Westbrook y Kevin Durant estaba a la derecha del de Harden. Harden fue canjeado, Durant hizo maletas y durante los últimos años, los vestidores a los lados del de Westbrook permanecieron vacantes.
"Seguimos siendo el Thunder, a fin de cuentas. El nombre del equipo no cambió solo porque él se fue." Terrance Ferguson, alero del Thunder
Westbrook solía utilizar la silla ubicada frente al vestidor de Harden para reposar sus pies antes de todos los partidos, sentado a solas, con sus audífonos puestos, viendo de reojo a cualquier sujeto que entraba al salón.
"Había alguien ahí y ahora no lo está", expresó Adams, con respecto a la partida de Westbrook. "Si bien puede sonar morboso, (es) similar al fallecimiento de alguien. No del todo. Pero entienden a qué me refiero".
"Uno debe seguir adelante, porque la vida sigue; pero siempre hay pequeñas cosas que salen a relucir, como el puesto de estacionamiento".
Adams dice que ahora suele ocupar el puesto tradicional de Westbrook en ocasiones. Hace un año, eso habría sido similar a ingresar a la jaula de un león y halarlo por la cola.
El Thunder pasó varios años girando en el universo de Westbrook y su gravedad se sentía en cada rincón de todos los edificios que él ocupaba. Para algunos, era agotador lidiar con eso de forma diaria. Cada decisión, cada política, pequeña o grande, flotaba alrededor de Westbrook.
Se debatían y decidían pequeñas cosas, siendo planificadas y tramadas de forma meticulosa. La rutina se convirtió en religión.
El Thunder se montó en esa ola con Westbrook hasta el amargo final, defendiendo con lealtad sus defectos y fallas y frecuentemente siendo objeto de críticas por ello.
Actualmente, con la desocupación por parte de Westbrook de su puesto en el vestuario, y en el estacionamiento, se produce un vacío en el liderazgo y la personalidad presentes alrededor del equipo. De forma orgánica, Paul llenará parte de ese espacio, Adams ya ha tomado la antorcha cultural y la presencia de un grupo de jugadores jóvenes agregará una dinámica llena de energía.
No obstante, aún existen vacíos por cubrir y nadie sabe con certeza el aspecto que tendrá la nueva identidad de este equipo.
"Obviamente, Russell tuvo una increíble carrera aquí y creo que eso se ha documentado bien", expresó Presti. "Y ahora, tenemos una oportunidad de trazar un nuevo camino".
EL BALÓN BOTÓ dos veces y quedó colgado a un lado del aro por apenas un momento. Paul y Danilo Gallinari se ubicaron debajo de la cesta, esperando a que cayera la pelota.
Transcurría la mitad del tercer periodo del enfrentamiento anual entre Azules y Blancos, escenificado en el complejo de prácticas original del Thunder en Edmond, Oklahoma, durante la jornada del domingo y, mientras el balón finalmente cayó a un lado de la cesta, Paul alejó sus brazos y Gallinari, de 6'8" (2.03 metros) de estatura, tomó el rebote.
Fue una señal insustancial de una deferencia a los bases entendida y observada por prácticamente todos los jugadores de poca estatura en la NBA: permite que los gigantes tomen los rebotes y déjalos que te entreguen el balón. Era notorio que esa no era precisamente la forma en la cual Westbrook asumía los rebotes en Oklahoma City. Su mentalidad es puro capitalismo del baloncesto: Si la quieres, ve a buscarla.
Frecuentemente, Adams se encontraba en el medio del debate en el cual se acusaba a Westbrook de conformarse con acumular estadísticas personales, con los escépticos del triple-doble afirmando que Westbrook "le robaba" rebotes a Adams. Éste nunca se sintió así, siempre asumiendo la mentalidad del rebote colectivo y sin preocuparse por una estadística en particular al lado de su nombre en la hoja estadística. Todo estaba bien, siempre y cuando alguien tomaba el rebote, permitiendo que su equipo dejara de jugar a la defensiva.
Durante la temporada anterior, según la data de Second Spectrum, Adams se ubicó en el tercer puesto en la liga en cercos reboteadores (boxouts) totales (713) y el octavo en cercos reboteadores defensivos (491); aunque estaba en el puesto 58 en promedio de rebotes defensivos por partido (Stephen Curry tuvo mejor promedio). Westbrook sumó 46 cercos reboteadores totales en el torneo anterior, aunque superó a Adams por un margen de 47 rebotes totales. Parte de ello fue intencional (esto ayudaba a que el Thunder jugara más rápido), parte se debía a la naturaleza del juego de Westbrook, parte de ello tenía que ver, al menos un poco, con redondear cifras y el significado histórico.
"El objetivo era bajar el balón lo más pronto posible, ¿cierto? Por eso, una de las cosas positivas con Russ era que él simplemente podía ir a obtener el balón", afirmó Adams.
"Él iba a buscarla y nosotros, simplemente, comenzábamos de inmediato. Nos poníamos a correr".
Durante el partido intraescuadra, Adams tomó dos rebotes ofensivos y rápidamente la llevaba a la cancha para iniciar la ofensiva, al estilo de Draymond Green. Lanzó dos pases a toda cancha después de sendos rebotes defensivos para habilitar a sus compañeros. En un total de 19 minutos, Adams tomó un total de 21 rebotes.
"Ahora, tenemos un juego un poco más tradicional: Tú haces el rebote, intentas conseguir al compañero más cercano", dice Adams. "Opuesto a lo que hacía Russ, hermano: en cuanto (los compañeros) veían que él la había tomado, comenzaban a correr".
Se han producido un par de ocasiones en las cuales, según confiesa el propio Adams, tenía que recordar durante las prácticas que, sabes, tenía que ir a buscar el rebote.
"Pensamos: tengo a mi compañero por acá y ya lo estoy ubicando y el balón llega a nivel de terreno", afirma Adams. "Lo cual, para un entrenador, no es nada malo".
"Pero, obviamente, en lo que respecta a lo práctico, se necesita que alguien vaya a buscar el dichoso balón".
MIENTRAS SE ABRÍAN LAS PUERTAS del primer día de prácticas, Paul y Shai Gilgeous-Alexander competían en un concurso de tiros libres en la misma cesta que solía reservarse para los entrenamientos de cestas de Westbrook (quien lo hacía a solas, siempre a solas) posteriores a las prácticas. Todo se siente diferente porque así lo es. La ausencia de Westbrook es imposible de ignorar.
Pocos jugadores generan esa clase de influencia y magnetismo que él logra causar. Impuso estándares, ayudó a establecer una cultura e identidad. Él era una constante, la base confiable. Fue líder de una década de éxitos en Oklahoma City en la cual lograron obtener el segundo mejor lugar de la Liga y 107 victorias en playoffs. Un premio al Más Valioso, hazañas históricas, repercusiones en la propia ciudad y su estado, que iban mucho más allá del baloncesto. La marca del Thunder era sinónima con la de Westbrook.
No obstante, la personalidad es un elemento distinto a la identidad, y la identidad del Thunder ha calado mucho más hondo que la presencia de cualquier jugador. Sin duda, Westbrook fue su jugador más simbólico, pero no se llevó consigo los valores que se establecieron dentro de la organización.
"Seguimos siendo el Thunder, al final del día", expresó Terrance Ferguson. "El nombre del equipo no cambió porque él se haya ido".
Sin embargo, el Thunder se encuentra en proceso de transición y existe cierta curiosidad con respecto a la forma en la cual los aficionados reaccionarán a los años de vacas flacas que se producirán mientras el equipo reposiciona su roster. Otros jugadores partirán, más jugadores llegarán y las turbinas seguirán girando.
"Sólo estás aquí para ayudar", dijo Adams. "Y si puedes ubicar tu puesto, como quieras... es un privilegio, ¿sabes? Es muy bonito".
"Incluso, si llegaran a canjearme, obviamente (haber jugado aquí) es simplemente un honor inmenso. Y sé que, en el caso de todos los jugadores que han estado aquí, es un honor inmenso poder colaborar con la historia que Oklahoma está escribiendo".
Presti no ha sido reservado con respecto a sus intenciones y planes para el futuro. Hay un proceso de reconstrucción en el horizonte, pero este aún no ha comenzado. No se puede reconstruir una casa que no se ha demolido.
El Thunder ha evitado durante años someterse a una reconstrucción, siendo apenas uno de pocos equipos que no ha pasado por un proceso de ese estilo durante los últimos 10 años. Y si bien ese día llegará tarde o temprano, aspiran contar con un equipo de calidad para la temporada 2019-20.
"Los equipos son organismos. Los equipos están en cambio constante", afirmó Presti. "Puedes contar con la misma gente. Pero el equipo será diferente y los equipos cambian a diario y eso se debe a que los equipos están conformados por seres humanos, ¿cierto?"
"Por eso, todos somos diferentes y creo que nuestro equipo logrará adaptarse, conforme a la situación".
Paul es el nuevo rostro del equipo, obligado por las circunstancias. Se trata de un líder natural que ya ha conformado grupos de mensajería de texto dentro del equipo y que ha invertido un tiempo sustancial intentando estrechar lazos con sus nuevos compañeros y entrenadores. Si bien es cierto que aún existe incertidumbre con respecto a todos los miembros del roster (especialmente en el caso de Paul), también están comprometidos con la presente temporada. Paul tiene mucho que demostrar y el Thunder no podría ser más explícito con respecto a que no tienen intenciones de perder a propósito.
"Si hay una cosa que esta organización hace sumamente bien, es mantenerse fiel a sus valores", dijo Adams. "No importa realmente quiénes son los jugadores, tenemos que defender esos valores: seguimos representando al estado de Oklahoma, a la gente que tenemos aquí. Aún tenemos un deber para con estas personas, el cual debemos cumplir".
Las expectativas han cambiado. El estilo de juego se verá drásticamente alterado. Las vibraciones, los detalles, las rutinas, la elección de vestimenta... todas serán diferentes.
Tenemos a otro escolta futuro miembro del Salón de la Fama vistiendo el uniforme del Thunder. Allí está Adams, está Gallinari, está Dennis Schroder. Un grupo interesante de jugadores jóvenes está presente.
Sin embargo, Russell Westbrook ya no se encuentra en este lugar.