Kendrys Morales es posiblemente el pelotero más talentoso que haya llegado de Cuba en los últimos 20 años, aunque la fortuna no lo haya acompañado.
Olvídense de José Abreu, de Yuli Gurriel, Yasiel Puig o Yoenis Cespedes.
Morales es un animal diferente, desde que en sus años juveniles era el tercer bate y primer lanzador de la selección juvenil cubana, en una versión caribeña del tan reverenciado (exageradamente) Shohei Othtani.
Muchos se preguntan qué habría sido de la carrera del cubano si no hubiera sufrido aquella fractura absurda en un tobillo, al saltar sobre el plato tras pegar un grand slam para decidir un partido, cuando jugaba para Angelinos de Los Ángeles y que marcó un antes y un después en una trayectoria que iba indeteniblemente en ascenso.
Pero desde aquel fatídico incidente del 29 de mayo del 2010, Morales ha tenido una batalla personal en contra de lesiones, enfermedades y problemas contractuales, que lo han rebajado de ser una potencial estrella a un buen jugador, por encima del promedio, pero sobre todo, limitado al papel de bateador designado.
Entre el domingo 19 al sábado 25 de agosto, el pelotero de los Azulejos de Toronto tuvo una semana histórica, al sacar la pelota del parque en todos y cada uno de los seis partidos jugados por su equipo en los últimos siete días.
En total, Morales disparó 12 hits en 24 turnos, para average de .500, con ocho carreras anotadas y 11 impulsadas.
Sus extrabases fueron siete cuadrangulares (en uno de los encuentros bateó dos) y su promedio de slugging fue de 1.375.
Jonrones en seis partidos consecutivos lo acercan a la marca absoluta de ocho juegos en fila con bambinazos, que impuso Dale Long, de los Piratas de Pittsburgh en 1956, e igualaron Don Mattingly, con los Yankees de Nueva York, en 1987, y Ken Griffey Jr, con los Marineros de Seattle, en 1993.
Dos jugadores de los campeones Astros de Houston, el venezolano Marwin González y el cubano Yuli Gurriel, también gozaron de buenos números en los últimos siete días.
González se fue de 26-10 (.385), con siete anotadas y diez remolcadas, en su mejor semana de la temporada.
Como extrabases disparó tres dobletes y cuatro cuadrangulares, para slugging de .962.
Por su parte, Gurriel pegó ocho cohetes en 24 veces, para average de .333, con tres anotadas y seis empujadas.
Entre sus hits sumó tres dobles y un jonrón, para slugging de .583.
El cubano J.D. Martínez sigue su acecho a la Triple Corona de la Liga Americana.
Martínez, de los Medias Rojas de Boston, se fue de 28-11 (.393), con cuatro anotadas e igual cifra de empujadas.
Como extrabases acumuló tres dobletes y su slugging fue de .500.
El jugador de los Medias Rojas promedia en la temporada para .337 y suma 110 impulsadas, líder en ambos departamentos, en tanto lleva 38 jonrones, uno menos que Khris Davis, de los Atléticos de Oakland, puntero absoluto en las Mayores.
Y el veterano Melky Cabrera, de los Indios de Cleveland, también disfrutó de una gran semana.
Cabrera ligó ocho cohetes en 21 oportunidades, para average de .381, con cuatro anotadas y seis impulsadas.
Entre sus hits tuvo tres biangulares e igual cantidad de cuadrangulares, para slugging de .952.
Frío, frío
El dominicano Miguel Sanó, de los Mellizos de Minnesota, parece destinado a ser una promesa malograda.
Considerado en su momento el prospecto número uno de todo el béisbol, Sanó ha tenido un retroceso en el 2018, limitado por lesiones que le han impedido despegar en su carrera.
Esta semana apenas consiguió un imparable en 21 turnos, para average de .048, con nueve abanicados.
Para esta selección se tomaron las estadísticas desde el domingo 19 hasta el sábado 25 de agosto.