Una incontable cantidad de personas ligadas al deporte, desde dirigentes, jugadores, periodistas, fanáticos y público en general, lamentaron ayer el fallecimiento del ex jugador de Grandes Ligas, Dámaso García.
El antiguo infielder dejó huellas positivas por su actuación como atleta y también por su calidad humana y el legado familiar que deja.
Varios de sus colegas en el béisbol profesional conversaron para ESPN y compartieron algunas anécdotas que vivieron con García dentro y fuera del terreno de juego.
Jorge Bell, quien fue compañero de Dámaso en el equipo Azulejos de Toronto desde 1981 hasta 1986, dijo haber admirado la manera en que García enfrento sus problemas de salud a lo largo de los años.
“Damasito estaba padeciendo desde el año 91 un problema muy peligroso, pero él fue un batallador, estuvo unos 29 años afectado y nunca dejó de luchar”. García fue operado en dos ocasiones en 1991 debido a un tumor cerebral y desde ese entonces mantuvo una condición delicada de salud.
“Él fue un buen compañero de equipo, buen amigo, muy buen profesional y un gran competidor. Junto a él y a Tony Fernández, además de un grupo de norteamericanos y jugadores de otros países, conformamos un equipo de buenos jugadores que peleó en el 84 y luego ganamos la División en el 1985. Gracias a esas actuaciones nos ganamos el cariño del público de Toronto”, dijo Bell.
Mike Guerrero, hijo del reconocido scout de Grandes Ligas, Epy Guerrero, quien firmó a Dámaso para el béisbol profesional, comentó sobre las excepcionales condiciones atléticas de Dámaso cuando era un joven jugador de fútbol en la República Dominicana.
“Dámaso era futbolista y estaba en la universidad. Mi papá lo seguía porque él jugaba pelota a veces los fines de semana y también softball, pero él era de la selección nacional de fútbol y le faltaban pocos semestres para terminar la universidad”.
“A mi papá le interesaron mucho sus habilidades y le ofreció un contrato. Él era increíble, era una estrella, tenía unas cualidades que, si jugara en este tiempo, fuera uno o el mejor segunda base en cuanto a habilidades. Era un tipo atlético que podía hacerlo todo en el terreno”, dijo Guerrero, quien tiene una larga carrera como dirigente y entrenador en el béisbol invernal y a nivel de liga menor.
“Yo tuve la bendición de conocer a Dámaso bien porque había una buena relación entre nuestras familias. Desde que yo era pequeño, Dámaso y su esposa, Aidee, me permitían ir de vacaciones y quedarme con ellos en Toronto. Era una persona increíble y una familia increíble”, agregó Guerrero.
Su compañero con los Tigres del Licey, Rafael Landestoy, recordó lo aguerrido que fue Dámaso en el terreno de juego.
“Era un competidor de primera, siempre quería ganar. El venía de jugar fútbol y se metió en Grandes Ligas en tan sólo tres años. Bateaba mucho y no le gustaba perder”.
Landestoy elogió también las condiciones humanas del antiguo intermedista.
“Damasito, además de mi compañero de equipo, era como mi hermano. Fue un gran amigo, gran compañero dentro y fuera del terreno. Era un hombre con una educación extremadamente elevada”.
Los ex jugadores de Grandes ligas, Stanley Javier y Moisés Alou también recordaron momentos vividos con García y sus condiciones como jugador de béisbol.
“Lo conocí muy bien, su esposa era mi profesora en el colegio y recuerdo cuando él iba a San Francisco de Macorís, cuando ellos eran novios. A pesar de que Dámaso era mayor que yo, él, Aidee, mi hermano Julián y yo tuvimos una buena amistad desde antes de yo estar firmado”.
Stanley afirmó que Dámaso García fue uno de los mejores bateadores que pudo ver, ya que podía darle a la bola sin importar la localización del lanzamiento.
“Siempre hago la comparación que Vladimir Guerrero es lo más cerca que he podido ver como Damasito, que le podía dar a la bola en cualquier parte donde le pitchaban”.
Alou, por su parte, habló sobre una experiencia única que tuvo con Dámaso en el año 1989, cuando el primero aún se encontraba en los circuitos minoritarios de la organización de Pittsburgh.
“Esto pasó en Bradenton, Florida, que yo estaba ahí con los Piratas y el con los Bravos. A él lo habían operado y se estaba recuperando. Yo lo miraba a ese tipo grande con ese cuerpazo, lo admiraba. Ahora tú vas a una academia y los novatos ven a los jugadores de Grandes Ligas a cada rato, eso no se veía antes. Para mí fue grande ver a Dámaso compartiendo conmigo y comiendo en el mismo comedor conmigo”.
Alou mencionó que mantuvo durante los años una amistad cercana con García y su familia y participó en actividades de la fundación de la familia de García.
Damasito García, como lo conocieron sus compañeros del béisbol, fue un dos veces All-Star con los Azulejos de Toronto y ganó el Bate de Plata en 1982. Falleció este miércoles a la edad de 63 años.