Un sólido bateo, un cuerpo de abridores ubicado entre los mejores de la liga y un grupo de relevistas que permiten al equipo competir, han sido las claves para que Águilas Cibaeñas sea el equipo más consistente del torneo LIDOM
Las Águilas Cibaeñas se encuentran en una importante disputa por el primer lugar de la tabla de posiciones del campeonato de béisbol invernal dominicano. Ubicándose en un empate técnico con Leones del Escogido y Estrellas Orientales, el cual les coloca en la segunda posición por el porcentaje de victorias (.545), el conjunto de Santiago está a un triunfo propio y una derrota de Estrellas Orientales para quedarse con el primer puesto.
Las Águilas han contado con parte del mejor pitcheo abridor de la liga. La combinación del novato Ramón Rossó de Philadelphia Phillies, quien hizo su debut esta temporada en la pelota de invierno en este año, sumado al excelente trabajo de Yoanner Negrín y a superar lesiones importantes de otros abridores como Joe Van Meter, las ubican en una cómoda situación.
Para ilustrar el punto, resulta adecuado resaltar que Ramón Rossó es líder en efectividad de LIDOM con 1.13, así como también de ponches con 29. Yoanner Negrín es segundo en ambos departamentos con 1.38 y 24, respectivamente y colíder en victorias con tres.
Adicionalmente, el equipo cuenta con el actual líder de partidos salvados, Neftalí Feliz, quien lleva seis hasta el momento y está teniendo, en términos generales, la mejor temporada de su carrera en LIDOM.
Sin embargo, ha sido la aparición de múltiples héroes ofensivos y el hecho de no depender de una sola figura lo que más éxito les ha dado a los aguiluchos. Los veteranos Juan Lagares y Melky Cabrera han jugado un rol preponderante en el conjunto, el primero de ellos ubicándose entre los mejores cinco promedios de bateo de la LIDOM (.314). Rangel Ravelo ha sido su bateador más consistente, mientras que John Nogoswki, quien terminó su participación en el torneo durante la jornada del domingo, se encuentra entre los líderes de carreras empujadas (12).
Las Águilas no han dependido del cuadrangular para poder ganar, sino del bateo oportuno que siempre busca la base adicional cuando le es posible, así como de un sólido cuerpo de lanzadores que puede preservar ventajas o mantenerlos lo suficientemente cerca como para permitir a su ofensiva acercarse en el marcador. Salvo el partido en que permitieron 15 carreras a los Toros del Este, es un equipo que ha lucido muy bien en este último departamento.
Las “cuyayas” son el equipo más consistente de LIDOM porque han demostrado que el balance es la clave para ganar partidos en una temporada irregular. No depender de un solo aspecto del juego y sobreponerse a una cantidad considerable de lesiones, como les ha tocado hacer, simboliza el buen trabajo que se ha hecho desde las oficinas del conjunto amarillo para poner el mejor material posible en el terreno de juego.
La sapiencia de su dirigente, Félix Fermín, como el mánager más ganador en la historia de LIDOM y como el mejor conocedor de una liga en la que es el único dominicano que lleva las riendas de un equipo en esta temporada, también han resultado vitales para obtener buenos resultados. A pesar de recibir críticas por el tiempo sin dirigir en el país o por supuestamente no utilizar data de nueva generación, Fermín se mantiene vigente y ha demostrado su calidad como capataz de un equipo con altas posibilidades de convertirse en campeón.