CLEVELAND — Durante meses han sido ignorados, subestimados y prácticamente descartados.
Se supone que los Indios de Cleveland no iban a jugar en octubre y sin embargo aquí están: los campeones de la división central de la Liga Americana tienen una oportunidad para poner fin a casi 68 años de sequía en la Serie Mundial.
Aunque muchos aficionados siguen leales a los Cachorros de Chicago, esos adorables perdedores tratando de reescribir la historia del béisbol, los Indios se han sobrepuesto discretamente a lesiones que los dejaron en posibilidad de llevar otro campeonato a Cleveland, una ciudad todavía incrédula porque LeBron James y los Cavaliers ganaron un título de la NBA este verano.
"No nos importa si nadie apuesta por nosotros", dijo el segunda base Jason Kipnis. "No nos importa si tenemos que tomar a la gente por sorpresa. Sabemos qué clase de equipo tenemos y el tipo de organización que tenemos aquí, y estamos muy felices con lo que está pasando".
En esta temporada, los Indios han definido el significado de resistencia. Su estelar jardinero Michael Brantley jugó apenas 11 partidos, y la mayor parte del año estuvo ausente el receptor Yan Gomes. Cleveland perdió a dos abridores, al venezolano Carlos Carrasco y al dominicano Danny Salazar, por lesiones y no estarán en la postemporada. Pero los Indios superaron los obstáculos que les cayeron, motivados por el manager Terry Francona.
Con inesperadas contribuciones de jugadores como José Ramírez y Mike Napoli, el continuo ascenso del estelar campocorto puertorriqueño Francisco Lindor y un bullpen dominante, lograron encabezar la división en julio, tuvieron una racha de 14 partidos ganados y nunca miraron atrás, dominando a su rival Detroit y destronando a los actuales campeones, los Reales de Kansas City, que terminaron 13 partidos y medio detrás de Cleveland.
No salió según el libreto, pero ¿cuándo sucede así? Y mientras ellos se preparan para enfrentar a los Medias Rojas de Boston en la serie divisional al mejor de cinco que comienza el jueves, de nuevo hay pocos que apuestan por los Indios para avanzar.
Kipnis y sus compañeros de equipo se han acostumbrado a la falta de respeto a nivel nacional.
"Es Cleveland", dice. "Es un mercado más pequeño y la gente tiende a olvidar eso".
"Está bien si no somos los favoritos. Todo el año hemos demostrado a la gente que se equivocaron", agregó. "Tenemos a muchas personas que creen en nosotros".
El martes, los Indios se presentaron al Progressive Field y se encontraron con cajas llenas con nuevas zapatillas e indumentaria para el clima frío. No necesitarán abrigarse para los primeros dos partidos con temperaturas en los 20 grados centígrados (70 F).
Pero aunque accedieron a octubre, el discurso sobre los Indios es el mismo. No se inmutan.
"No nos han señalado entre los favoritos durante todo el año", dijo el boricua Lindor, quien juega con un fervor contagioso. "No importa. Creemos en nosotros".
Esa confianza parte con Francona, líder del rebaño creyente de los Indios.
Desde el inicio del campo de entrenamiento, Francona, quien en 2004 guió a los Medias Rojas a su primer título de Serie Mundial en 86 años y luego agregó otro tres años después, ha inculcado confianza en sus jugadores. Usando todos los jugadores de su roster, ha desarrollado un grupo que valora la profundidad y que entiende que todos deben hacer su parte.
Eso se notó cuando los Indios tuvieron una racha de 14 triunfos del 17 de junio al 2 de julio. En cada partido había un héroe diferente, y el momento alcanzó su clímax con una victoria de 19 entradas en Toronto.