CHICAGO -- Tomó 71 años y no fue muy bonita, pero los Chicago Cubs al fin se alzaron con una victoria en un partido de Serie Mundial al vencer 5-1 a los Cleveland Indians para obligar a que el Clásico de Otoño se trasladara a Wrigley Field igualado a una victoria por bando.
Fue la segunda ocasión en esta postemporada que la alineación de Chicago requirió un despertar ofensivo después de haber sido blanqueada por su oponente en turno.
Los Cachorros perdieron el tercer y cuarto partido de la Serie de Campeonato contra los Los Angeles Dodgers por pizarra de 1-0 y de 6-0, antes de alzarse con la victoria en los siguientes tres.
El cuarto partido en Los Ángeles fue muy significativo ya que determinó un añorado despertar ofensivo para los Cachorros, que anotaron 10 carreras en tres entradas para ponerle fin a una racha de 21 innings consecutivos sin anotación.
Ése fue el encuentro que marcó la diferencia en la Serie de Campeonato y abrió las compuertas de la ofensiva de Chicago, que se alzó con su primer banderín de la Liga Nacional desde 1945.
No obstante, los Cachorros fallaron en mantener esa ofensiva, la cual finalmente parecía que había comenzado a fluir como no había sucedido gran parte de la postemporada, siendo blanqueados 6-0 por el as Corey Kluber en el primer juego de la Serie Mundial.
Esa derrota recordó la penurias ofensivas de los Cachorros en los primeros seis juegos de la postemporada, pero al día siguiente se revirtió de nuevo el libreto, en un partido donde la paciencia en el plato fue clave, con Chicago convirtiéndose en el primer equipo desde los Boston Red Sox, en 2007, en tener por lo menos ocho bases por bolas y nueve hits en un juego de Serie Mundial.
El veterano receptor David Ross destacó que haber ganado ese juego fuera de casa fue crucial para la moral de los Cachorros, pero que no por eso se van a confiar ante un equipo como Cleveland.
“La victoria de ayer fue importante y uno se siente muy bien después de ganar, pero el empuje es algo que varía de inning a inning, de turno en turno, de lanzamiento en lanzamiento, y será cuestión de mantener la consistencia en los turnos”, destacó Ross.
“Lo más importante es confiar en nuestro equipo. Se siente mucho mejor haber podido, al fin, anotar carreras y tener buenos turnos, pero el empuje de un equipo en una serie es algo puede cambiar de un momento a otro”.
“Muchas veces cuando no estamos bateando, tener una desventaja de tres carreras se siente como si fueran 10, y otras veces sientes que anotar cinco no es suficiente”, añadió el receptor. “Así es el béisbol. No puedes nunca ceder ni un poquito. Tenemos que mantenernos enfocados”.
El dirigente Joe Maddon enfatizó que la diferencia en ese segundo juego de la serie en Cleveland fue anotar primero que los Indios, lo cual es algo que será clave en los próximos tres partidos en Wrigley Field. Los Cachorros se alzaron con una ventaja temprana de 1-0 en la primera entrada, la cual ya habían ampliado a cinco carreras llegado el quinto inning.
“[Anotar primero] es siempre nuestra meta, ése es nuestro lema cada noche”, señaló Maddon. “Si nos fijamos en esta postemporada, el equipo que anota la primera carrera tiende a tener una buena ventaja; es algo que queremos hacer todo el tiempo”.
“En las series pasadas empezamos un poco lentos y una vez que empezamos a batear vinimos los siguientes juegos bateando también”, dijo, por su parte, el jugador de cuadro Javier Baez, quien fue instrumental en la ofensiva de los Cachorros en la Serie de Campeonato, siendo nombrado como uno de los dos Jugadores Más Valiosos junto al abridor Jon Lester.
“Queríamos ganar por lo menos un juego allá [en Cleveland] y ahora todo el mundo está muy emocionado de estar de vuelta en Chicago y hemos estado esperando mucho tiempo por este momento”, agregó Báez. “Lo más importante es tomar las cosas de ahora en adelante juego por juego y no ponerse a pensar en ganar la Serie Mundial antes de hacerlo”.