Ustedes aman el béisbol. Tim Kurkjian también ama el béisbol. Así que mientras esperamos ansiosamente por el regreso del deporte, cada día les daremos una historia o dos, atada a lo ocurrido en esta fecha en la historia del béisbol.
UN DÍA COMO HOY EN 1959, Harvey Haddix de los Pirates lanzó 12 entradas perfectas.
Treinta y seis bateadores enfrentados, 36 retirados. Es una de las actuaciones de pitcheo más increíbles en la historia del béisbol; nunca ha habido algo como esto. Además es una de las actuaciones menos apreciadas debido a que Haddix, con 33 años, estaba trabajando en su cuarto equipo en cuatro años, no terminó con un juego perfecto ni un juego sin hits, solo con una derrota 1-0 en 13 entradas.
A lo largo de 12 entradas, Haddix había retirado a todos los bateadores de los Milwaukee Braves en orden, una alineación que incluía a Hank Aaron y Eddie Mathews. Pero el marcador estaba empatado. Haddix y Pedro Martínez (3 de junio de 1995) son los únicos dos lanzadores que han llevado un juego perfecto a entradas extras. Pedro, en ese entonces con Montreal, permitió un sencillo para comenzar la décima entrada esa noche en San Diego, luego fue retirado. Los Expos ganaron 1-0. En la suya, Haddix siguió adelante. Ponchó a ocho. El hombre al que llamaban "El Gatito" (Haddix medía 5 pies y 9 pulgadas, con 170 libras de peso) era tan limpio como un gato, era muy eficiente y preciso.
"Fue uno de los mejores juegos que he jugado, no podía creer que estuviera sucediendo", dijo el intermedista de los Piratas, Bill Mazeroski. "Fue muy diferente. Casi no hubo rodados. No hubo jugadas difíciles para nadie. El único batazo fuerte fue una línea [por Johnny Logan] al [campo corto Dick] Schofield. Todo lo demás fue de rutina. Fue algo loco. Harvey lo hizo ver tan fácil. Estaba asombrado de lo que estaba sucediendo. Sabíamos que se estaba haciendo historia''.
Mazeroski dijo que Haddix estaba tan tranquilo y fresco en el montículo y entre entradas.
"Harvey quería confundirse y hablar con los muchachos en el banco durante el juego, pero nadie ni siquiera hablaba con él", dijo Mazeroski con una sonrisa. "Todos sabíamos qué demonios estaba pasando''.
Félix Mantilla de Milwaukee abrió la parte baja de la 13ª embasándose mediante un error del antesalista de los Piratas Don Hoak, terminando el juego perfecto. Mathews, quien pegaría 512 jonrones en su carrera, se sacrificó para moverlo a segunda base (uno de los 36 toques de sacrificio que hizo Mathews en su carrera, la quinta mayor cantidad para un bateador de 500 jonrones). Hank Aaron fue caminado intencionalmente. Joe Adcock terminó el juego sin hits y el juego con un jonrón, pero entre la segunda y la tercera base, Aaron salió corriendo del campo, por lo que Adcock técnicamente se le pasó en los senderos, por lo que el jonrón se convirtió en un doble. Pero eso fue suficiente para ganar el juego, y entregarlle a Haddix quizás la derrota más insoportable de la historia.
Haddix lo sintió mucho. Se dice que estuvo deambulando por las calles de Milwaukee solo después del partido.
"Estábamos todos muy tristes", dijo Mazeroski. "Entramos en el camerino, nos tomamos una cerveza y nadie dijo nada. Después de unos 15 o 20 minutos, todos decidimos: 'Genial, vamos a felicitar a Harvey Haddix'. Santo cielo, lo que hizo nunca se había hecho antes. Fue simplemente increíble ''.
Otras notas de béisbol del 26 de mayo
En 1931, nació Jim Frey. Fue un excelente entrenador, gerente y mánager. Y era muy gracioso. Cuando el lanzador de los Orioles, Mike Flanagan, una vez llegó a la primera base, Frey, el entrenador de la inicial, le dijo: "mantén el pie izquierdo en la base y lograrás la mayor ventaja posible con el pie derecho".
En 2004, Daryle Ward bateó para el ciclo. Él y su padre, Gary, fueron el primer dúo de padre e hijo en lograr el ciclo.
En 1975, nació el inicialista Travis Lee. Tira la bola de béisbol a la zurda y la de football americano a la derecha.
En 1930, el miembro del Salón de la Fama Joe Sewell se ponchó por última vez esa temporada. Terminaría con tres ponches en 414 apariciones en el plato. En 2019, hubo 254 instancias en las que un jugador se ponchó cuatro veces en un juego.
En 1960, nació el relevista Rob Murphy. Treinta años después, Murphy tuvo una octava entrada irregular en Seattle. Entonces, después de la entrada, se afeitó la barba, salió, lanzó la novena y consiguió el salvamento. "Pasé por cuatro navajas de afeitar, pero salí como un hombre nuevo", dijo. "Agregué un pie a mi recta". Lo vi en un aeropuerto hace unos años y le recordé ese juego. "Lo recuerdo", dijo. "7 de mayo de 1990." Tenía razón.
En 1993, Carlos Martínez de los Indians bateó una pelota que golpeó al jardinero derecho de los Rangers José Canseco en la cabeza, y rebotó sobre la cerca para convertirse en un jonrón. "La Copa del Mundo está llegando a Dallas", dijo su compañero de equipo Jeff Huson. "José se estaba preparando".