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Fórmula 1: Ferrari vivió un calvario en el GP de Bahrein

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Decepcionante arranque de Ferrari y Charles Leclerc en Bahrein (2:26)

El monegasco debió abandonar a 16 vueltas del final de la primera fecha de Fórmula 1. (2:26)

La decepción del GP de Bahrein se tiñó de rojo. Ferrari buscaba en Sakhir acortar la brecha del 2022 con Red Bull para luchar de lleno por los títulos de pilotos (no lo consigue desde 2007 con Kimi Räikkönen) y de Construcores (el último lo logró en 2008). Con ese objetivo, la Rossa cambió de director: removió a Mattia Binotto (ocupó el cargo desde 2019 hasta el cierre del torneo anterior) y lo reemplazó con el francés Frédéric Vasseur, exjefe de Alfa Romeo. Los popes de Maranello, tal vez, buscaron en la nacionalidad reverdecer los laureles que disfrutaron en la época de Jean Todt. Sin embargo, el inicio en el pequeño estado asiático no podía ser peor: abandono de Charles Leclerc y apenas un cuarto puesto de Carlos Sainz.

Los males de la Rossa crecieron, porque aquel objetivo inicial de acercarse a los autos austríacos se derrumbó rápidamente: comenzaron más lejos. Y si algo faltaba, se metió Aston Martin en el medio. Así, pasaron a ser el tercer equipo, al menos en los primeros compases de la 74ª temporada.

Leclerc, actual subcampeón, debió dejar su SF-23 a un costado cuando se quedó si potencia, a pesar de que le habían cambiado la batería y los controles electrónicos antes de largar. El monegasco no ocultó su desilusión: "No puedo decir que me sienta bien. Red Bull parece haber encontrado algo realmente grande en su ritmo de carrera. Estaba todo lo confiado que podía estar, estando a un segundo del ritmo, lo que no es realmente confiado, para ser honesto”.

Sainz fue en la misma línea que su compañero: “Como Ferrari no podemos estar contentos, acabamos muy lejos de Red Bull y Aston Martin mostró que tiene mejor ritmo de carrera que nosotros”. La temporada es larga (la más extensa de la historia con 23 carreras), pero la brecha que la Scuderia deberá recortar parece ser muy grande.