Si de algo se puede estar seguro es que Lawrence Stroll no escatima en gastos en su afán por poner al equipo Aston Martin en lo más alto de la Fórmula 1. El canadiense construyó su fortuna en el mundo de la moda y hoy ocupa el puesto 821 en el ranking Forbes, con 3,9 billones de dólares. En 2018, el millonario compró el equipo Force India, a cambio de 90 millones de libras, más los 15 millones de deuda que tenía. En 2020 invirtió 182 millones de libras en Aston Martin, se convirtió en el presidente ejecutivo de la compañía y llevó a la marca inglesa a la F1. Desde entonces, Stroll tiene la proa en el éxito del team en el Mundial.
Stroll no fue mezquino en el objetivo de poner a los autos verdes en lo más alto: invirtió 200 millones de libras en una nueva planta de 37.000 metros cuadrados en Silverstone, con un flamante túnel de viento y toda la tecnología para el diseño y desarrollo de los chasis de F1. También fue en busca de mano de obra calificada y cara, como Dan Fallows, con 15 años de trabajo en Red Bull como jefe de aerodinámica, Bob Bell, con pasado como director técnico de Mercedes y Andrew Green, quien trabajó en Red Bull Technology.
También apostó fuerte en el puesto de piloto, siempre para acompañar a su hijo Lance, una fija en el team. Por ahí pasó Sebastian Vettel, quien, ante su retiro, fue reemplazado por Fernando Alonso. Dos campeones para cerrar el círculo en la búsqueda del éxito. Pero no llegó. El quinto puesto en Constructores obtenido en 2023 fue la mejor posición del team, que se apoyó en los ocho podios que logró Alonso (el equipo suma nueve, con el de Vettel en Azerbaiyán 2021).
La distancia de Aston Martin con Red Bull parece irrecuperable hasta, al menos, 2026. La nueva reglamentación de motores y retoque a los chasis es la orilla hacia la que apuntan todos los equipos para ponerse en la pelea, sin descuidar la actualidad, por supuesto. Por caso, el equipo de Stroll llevará un gran paquete de mejoras a Suzuka, que incluye cambios en el suelo, parte de la carrocería y un nuevo alerón trasero en el AMR24. Pero el millonario canadiense ya piensa en 2026 y fue por todo.
Aston Martin quiere a Adrian Newey, el gurú detrás de los éxitos de Red Bull y quien ostenta 25 títulos de Fórmula 1, 13 de pilotos y 12 de Constructores. El inglés parecía una pieza inamovible dentro del andamiaje de Red Bull, pero el sacudón interno que provocó la denuncia sobre Christian Horner abrió la puerta a posibles movimientos.
Y ahí apareció Stroll con una oferta, según medios europeos, que harían tambalear a más de uno: 100 millones de dólares por cuatro años. Aston Martin no es el único equipo que quiere al ingeniero en sus filas: también está en el radar de Ferrari. Más allá de lo económico, hay algunos puntos que alientan a Aston Martin: la sede del equipo está en Inglaterra, a poco menos de 30 kilómetros de la sede de Red Bull en Milton Keynes. Mudarse a Italia no es algo que tiene a Newey.
Pero no solo la logística puede seducir al ingeniero, también está Alonso. “Si algo me hubiera gustado hacer en F1 es haber trabajado con Lewis Hamilton o Fernando Alonso”, confesó Newey en una entrevista. La chance de ponerse al lado del español aparece en Aston Martin, quien puede así asegurarse la continuidad del asturiano, cuyo contrato con Stroll se termina al cierre de actual ejercicio. Tener a Newey puede ser la carta fuerte para mantener al bicampeón.