El inglés fue el más veloz de los ensayos libres del GP de Gran Bretaña, 12ª fecha y encabezó el 1-2 de McLaren, por delante de su compañero Oscar Piastri. Checo Pérez fue mejor que Max Verstappen.
Con el alma mancillada llegó Lando Norris a Silverstone. El toque con su amigo Max Verstappen en la pelea por el éxito en Austria lo dejó herido en el espíritu, más allá de que se fue sin puntos y con el McLaren roto. El equipo de Woking debió apelar a piezas viejas para recuperar el piso de su MCL38. Cinco días después, con su relación con el neerlandés salvada después de una charla, el inglés se dio un pequeño gusto: lideró el primer día en su carrera de casa.
Fue apenas un ensayo, es cierto. Verstappen no pudo cerrar la que iba directo a ser su mejor vuelta por un leve despiste y tal vez marcaba un mejor registro, es cierto. Lo más importante se verá en la clasificación, es cierto. Pero para Norris es una caricia liderar en el circuito en el que siempre soñó (y lo sigue haciendo) ganar y, con un agregado: su McLaren es fuerte otra vez. Los autos de Woking caen bien en todas las pistas. Desde un intrincado callejero como Mónaco, pasando por la combinación de curvas veloces y lentas de Canadá hasta llegar a Silverstone, de los trazados más veloces que hay.
Norris sacó un boleto de candidato al triunfo. O, mejor dicho, lo confirmó, porque ya lo tenía antes de comenzar la actividad, que se cerró con lluvia en los últimos minutos de la tanda final. Y Piastri quedó cerca, en el segundo lugar, y se tienta también a pensar en su posibilidad de lograr su bautismo triunfal. Checo Pérez también tiene motivos para estar conforme con el tercer puesto y por dos motivos: porque viene muy mal en las últimas citas y porque no giró en la primera tanda (su RB20 lo llevó el novato Isack Hadjar).
¿Y Verstappen? En deuda. La leve salida de pista lo dejó sin la chance de mejorar su tiempo y quedó séptimo, lejos. ¡Y hasta perdió con Checo! Pero, calma. Fue solo un entrenamiento. Y los sábados son los días en los que Max aparece.