El australiano consiguió su primera victoria en la categoría, que quedó empañada por los mensajes de radio del team de Woking y la estrategia que obligó a levantar a Lando Norris, segundo finalmente. Lewis Hamilton completó el podio después de sufrir un choque de Max Verstappen.
Cómo manipular mal una carrera y llegar al punto de maquillar con tintes de amargura la primera victoria de un piloto en Fórmula 1. Con ese slogan McLaren podría promocionar un curso para aprendices después de la manera en la que gestionó su mejor Gran Premio de la temporada en Hungría, donde se disputó la 13ª cita. Insólitamente el equipo de Woking no pudo celebrar plenamente el 1-2 que consiguieron después de tres años. Ni siquiera Oscar Piastri, quien acababa de conseguir su debut triunfal en el Mundial podía sonreír al bajarse del MCL38. Cerquita, Lando Norris, el escolta, tampoco se mostraba feliz. Tan extraño fue el clima que crearon los popes del team, que el más contento parecía ser Lewis Hamilton, quien fue tercero después de soportar una insólita embestida de Max Verstappen que casi lo tacha de la competencia.
Todas las charlas previas que puedan haber existido puertas adentro de McLaren, solo aquellos que estuvieron en el momento las saben. El equipo inglés volvía a tener la chance de comenzar un GP completando la primera fila después de 12 años, desde el ya lejano GP de Brasil de 2012. Norris picaba en pole, con Piastri segundo. Si se habló algo en la previa, evidentemente algún punto no quedó del toro claro. Porque en la partida, nomás, Norris apretó fuertemente a Piastri, quien no aflojó nada y le metió el auto por adentro y le ganó la posición en la primera curva.
Ya en punta, el australiano, excampeón de F3 y F2, comandó con autoridad, sin que Norris pudiera alcanzarlo. Y empezó el show de McLaren en sus decisiones. En las dos paradas pergeñadas, el primero en detenerse fue Norris. En el segundo, el inglés quedó adelante. Y ahí sí, la novela de mensajes por radio. Uno tras otro los diálogos salían en la transmisión internacional, en el que el ingeniero de pista de Norris le marcaba subrepticiamente que tenía que levantar. A Piastri le dijeron: “Cuando llegues a Norris, te dejará pasar”. Claro, había más de tres segundos de diferencia y el inglés estiraba la brecha. “Que me alcance”, bramaba Norris.
“Ya lo hablamos antes”… Los mensajes continuaban, mientras Norris ya había sacado ¡cinco segundos! La carrera estaba absolutamente terminada. Hasta que llegó el audio en el que se apeló casi a lo lacrimógeno: “Esta victoria es del equipo y vas a necesitar a Oscar en algún momento”, le dijeron a Norris. Ahí sí, el vencedor de la carrera de Miami (su único éxito) levantó en la recta (casi frenó) dejó pasar al australiano a dos giros del final.
El inglés le bajó el tono a la polémica, felicitó a su compañero por el éxito y analizó su carrera en Hungría.
Ahora bien, si el objetivo final era que ganara Piastri, ¿por qué McLaren no hizo parar primero al australiano y así evitar el undercut? Desde el pitwall explicaron, en uno de los cientos de diálogos de radio con sus pilotos, que era para evitar que Hamilton superara a Norris. Con esa sola decisión, el equipo inglés se hubiera evitado todo lo que vino después, que tuvo momentos que rozaron el papelón. También parecería que McLaren ya da por terminado el Mundial de pilotos, porque Norris podría haber achicado siete puntos más con respecto a Verstappen.
“Lo peor fue que largué mal y perdí la carrera. Oscar merecía ganar y yo ser segundo. Cuando estás liderando no querés dejar pasar a nadie. Lo que deberían haber hecho era hacer parar primero a Oscar y listo. Es algo que revisaremos, sin dudas. Pero bueno, lo correcto era dejarlo pasar, por más que me quejé en algún momento. Sé que la diferencia con Max es grande, pero Red Bull también comete errores y esto puede cambiar rápido”, dijo Norris, después del podio y de que la espuma del champán le enfriara la cabeza.
“Desde chicos siempre soñé este día. El final fue complicado, gracias al equipo por el auto increíble. No puedo agradecer lo suficiente por haber ganado. En el final estaba un poco nervioso, pero fue bien ejecutado por el equipo. Era lo correcto, yo me puse adelante al principio y después me perjudicó la estrategia”, contó Piastri, quien no podía desatar el festejo ante el manejo de McLaren. Un dato, Zak Brown, director ejecutivo del equipo, no estuvo en Hungría porque acompañó al equipo de IndyCar a Toronto. Seguramente, antes de llegar a Spa el próximo fin de semana habrá algunas reuniones.
El australiano de McLaren habló después de lograr su primera victoria en Fórmula 1, algo empañada por el manejo de McLaren con su compañero Lando Norris.
Piastri se transformó en el 115º ganador en la historia de la F1y el séptimo en tener su bautismo en Hungría, tal como pasó con Damon Hill (1993), Fernando Alonso (2003), Jenson Button (2006), Heikki Kovalainen (2008) y Esteban Ocon (2021). La temporada 2024 ya tiene siete ganadores diferentes, e igualó a las de 2008 y quedó detrás de las de 2003 y 2012, con ocho, como las más repartidas del siglo XXI.
En medio de los dimes y diretes de McLaren, Hamilton llegó a su 200º podio y es el único que llegó a las dos centenas (Michael Schumacher lo sigue con 155 en el historial). Para ser tercero, el inglés de Mercedes, quien venía de ganar en Silverstone, debió superar el topetazo de un descontrolado Verstappen, quien se mostró muy disconforme con la estrategia de su equipo. Finalmente, el neerlandés fue quinto y sigue al frente del Mundial.