El corredor de Williams habló en la previa del GP de Azerbaiyán sobre la pasión que despertó en su país su llegada a la máxima categoría del automovilismo.
La Argentina y la Fórmula 1 tienen una fuerte ligazón histórica. Grandes mojones indelebles protagonizados por argentinos quedaron marcados por siempre en los libros de historia del Mundial. Juan Manuel Fangio ganó cinco títulos y tuvo el récord de máximo campeón desde 1957 hasta 2003, cuando fue desbancado por Michael Schumacher. Sin embargo, el Chueco guarda dos marcas que parecen de difícil superación: logros su pentacampeonato con cuatro marcas diferentes y cerró su campaña con un promedio de victorias de 47,06% (24 de 51). Por ahí también está el recuerdo marcado a fuego de José Froilán González brindándoles el primer éxito a Ferrari en F1, en el GP de Gran Bretaña de 1951. También está el subcampeonato de Carlos Reutemann en 1981, que quedará por siempre bajo un manto de sospechas. Pero un día la Fórmula 1 y la Argentina se divorciaron. Cuando Gastón Mazzacane dejó la categoría tras el GP de San Marino de 2001 se entró en un larguísimo período sin argentinos en la parrilla. Cuestiones económicas, opciones que parecían muy bien encaminadas y que se escurrían insólitamente (Pechito López y la estafa del USF1)… Hasta que llegó Franco Colapinto y la bandera celeste y blanca volvió al Mundial.
No sorprende la efervescencia que se vive en la Argentina por estos días. La Colapintomanía se desató con más potencia algo que se venía gestando desde hacía tiempo. Como muestra vale recordar que, en octubre de 2023, tras cerrar su año en Fórmula 3, Franco brindó una conferencia de prensa en la sede central del Automóvil Club Argentino y afuera, unas 300 personas, esperaban bajo la lluvia para una foto o una firma. Claro, hoy en F1, eso se multiplicó por miles.
Consultado en la previa del GP de Azerbaiyán sobre cómo vivía en la Argentina su llegada a la F1, el piloto de Williams fue elocuente: “Yo sabía que iba a ser algo así. Pasaron 23 años sin un argentino en la Fórmula 1. Había tanta necesitada en el país, aman los deportes y era necesario que la Argentina tuviera un piloto de Fórmula 1. Son grandes fanáticos del deporte motor y, siendo honesto, me hubiese tener a alguien en F1 cuando era chico para poder alentarlo, despertarme a la mañana y ver las carreras. Yo no tuve eso y es un placer que sea yo el que esté aquí y tantos chicos que empiezan a correr en karting, porque ahora están viendo las carreras y del deporte motor se está volviendo más famosos y más gente lo mira en sus casas. Es increíble ver a tanta gente feliz y disfrutando como lo estoy haciendo aquí en la Fórmula 1”.