El neerlandés logró su 11ª victoria en las 16 carreras cortas que se desarrollaron en el Mundial y le sirvió para estirar la ventaja sobre Lando Norris.
En el momento justo, cuando el Mundial entra en su etapa de definición, cuando la cuestión se calienta y cualquier error se paga caro, ahí, apareció Red Bull. Después de una seguidilla de carreras en las que el auto del equipo de las bebidas energizantes parecía haber perdido la memoria, en las que el RB20 no tenía la competitividad que había mostrado en las diez primeras citas de la temporada, que Max Verstappen acumuló ocho carreras sin éxitos, en ese momento, el team de Milton Keynes estrenó un paquete de actualizaciones en Estados Unidos y Red Bull pegó un salto gigante. Tanto, que el neerlandés se quedó con el sprint de Austin con una superioridad que hizo acordar a esos tiempos no tan lejanos.
Verstappen largó desde la pole position y tomó la punta en el pique. Desde ahí, comandó el pelotón sin problemas. Hasta pareció regular la diferencia, tanto que logró el récord de vuelta en el giro final, mostrando que tenía cubiertas de sobra, mientras sus rivales sufrían de degradación. Red Bull llegó con un rediseño del suelo, se modificó el alerón trasero y la cubierta del motor. Fue la última carta que se jugaron en la escudería austríaca y el salto fue sensacional.
Verstappen llegó a Austin con 52 puntos de ventaja sobre Lando Norris, una brecha tranquilizadora en pleno bajón del RB20. El neerlandés, a puro talento, minimizó el daño ante un McLaren muy superior en las últimas ocho fechas. Claro, buena parte de esa luz se dio también por los errores del inglés y de su escudería. La tardanza en Woking por priorizar a Norris puertas adentro hizo que Max estuviera más relajado. Y, para colmo, Norris también mostró muchas veces que le falta un golpe de hervor para ser un aspirante serio al título. Y mucho más si enfrente tiene a un animal como Verstappen.
Norris falló otra vez. Después de una largada buena que lo dejó segundo, al superar a Charles Leclerc y George Russell, quedó en evidencia que su McLaren no estaba para pelearle a Red Bull. Fue la primera vez en las últimas nueve fechas que el RB20 se mostró superior al MCL38. ¿Será por las mejoras de los austríacos o será que McLaren debió dejar de usar el alerón objetado de Bakú que flexionaba y que generaba un mini DRS? La FIA obligó a los de Woking a cambiar el alerón y en Austin, con su larga recta, no se mostró tan poderoso como ocurrió hasta hace dos citas. Y, para colmo, en la vuelta final, Norris bloqueó en la brusca frenada de la primera curva y perdió la posición de escolta con Carlos Sainz, quien fue segundo con la Ferrari. Y casi pierde con Leclerc también. Ese yerro le permitió a Verstappen estirar un puntito más su luz, cerrar el sprint con 54 de luz.
Max logró su 11º éxito en carreras sprint en la 16 disputadas en toda la historia de la categoría. Y, por lo visto en la mitad del fin de semana de Texas, puede aspirar a quedarse con todo en Estados Unidos. Está como para dar un golpe casi final en la pelea por el título y en su camino al tetracampeonato.