Después del fuerte bajón del RB20 y de ocho carreras sin ganar, el neerlandés se quedó con la pole para el sprint del GP de Estados Unidos, lugar que eligió el equipo para llevar actualizaciones.
Fue una clasificación, es cierto. Y ni siquiera se trató para la carrera que le otorga 25 puntos al ganador. Pero Max Verstappen volvió. O en realidad el retorno fue de Red Bull, porque el neerlandés nunca se fue. Es que, en las últimas carreras, el tricampeón se dedicó a minimizar daños, a base de su talento para sacar agua de las piedras en algunas situaciones. Pero en el GP de Estados Unidos, 19ª fecha del Mundial, el líder del torneo arrancó con todo y se quedó con la pole para el sprint de este sábado.
Red Bull mordió el polvo que dejó McLaren en las últimas carreras. Para colmo, también debió batirse a duelo con Ferrari y Mercedes, y le tocó ganar y perder. Se quedó sin la cima de la tabla de Constructores y Lando Norris se convirtió en una real amenaza para Verstappen, por más que aún disfrute de una jugosa luz de 52 puntos sobre el inglés. Pero el problema pasaba por los rendimientos. Al RB20 del equipo de las bebidas energizantes le faltaba algo. Misteriosamente se perdió el nivel, porque Max había ganado en siete de las diez primeras carreras. Y después, algo ocurrió.
En Milton Keynes se arremangaron y comenzaron a trabajar. Y apostaron todo a Austin, la carrera que inicia el sexteto final de la temporada en ocho semanas. Después de casi un mes de parón, desde el GP de Singapur, Red Bull llegó a Texas con una actualización. No fue el único, de hecho, solo Ferrari no cambió nada entre los cuatro equipos de puntas. Se hizo un rediseño del suelo, se modificó el alerón trasero y la cubierta del motor. Se jugaron las últimas cartas, porque ya no habrá tiempo para hacer otras actualizaciones en el agitado raid final.
Al llegar a Austin se encontraron con un revés. Una escudería realizó una denuncia en la FIA porque había un equipo que tenía un sistema por el que podía modificar la altura del auto en parque cerrado. Y fue el team austríaco el que levantó la mano y se hizo cargo, aunque avisó que no se podía utilizar con el chasis ya armado para correr. La entidad puso sellos en Texas para verificar que no se incurriera en una ilegalidad. Red Bull tragó saliva y siguió adelante. Y, finalmente, mostró que el nivel del RB20 volvió, al menos a una vuelta. Porque Verstappen se quedó con la pole del sprint. Claro, ahora deberá evidenciar que la mejora llegó en el ritmo de carrera también.
“Fue un poco una locura. Tenemos nuevo asfalto, luego asfalto viejo o muy viejo, los baches… Es lo mismo para todo el mundo. Hacer una buena vuelta aquí no es fácil, pero es divertido. Mañana lo haremos lo mejor que podamos en el sprint, pero sabemos que la mayoría de los puntos se reparten el domingo y ahí es donde queremos hacerlo bien”, dijo el líder del Mundial. “Fue un poco una locura. Tenemos nuevo asfalto, luego asfalto viejo o muy viejo, los baches… Es lo mismo para todo el mundo. Hacer una buena vuelta aquí no es fácil, pero es divertido. Mañana lo haremos lo mejor que podamos en el sprint, pero sabemos que la mayoría de los puntos se reparten el domingo y ahí es donde queremos hacerlo bien”, dijo el líder del Mundial. “El coche ha funcionado bastante bien y por supuesto, estoy muy contento de ser primero, porque hace un buen tiempo que no lo soy", agregó Max, quien no larga en punta una carrera de F1 desde el 30 de junio, en Austria.
El mexicano fue desbancado por Yuki Tsunoda en el cierre de la Q2 y no pudo avanzar en Estados Unidos.
El andar de Verstappen dejó más complicado a Checo Pérez. El mexicano no pudo superar el corte de Q2 y deberá largar 11º en el sprint. El mexicano se quejó de los neumáticos por su ritmo, pero quedó muy lejos de Max. Helmut Marko fue tajante: “Todavía no he hablado con él. Acaba de decir por radio que no tenía agarre”, dijo. Y, con respecto al futuro, apuntó: “Él tiene un contrato. Solo tiene que rendir. Tiene que ser competitivo. Tiene que estar más cerca de Max. Por supuesto, Max es el piloto más rápido, por lo que no puede vencerlo. Todo el mundo sabe eso”. El equipo dirigido por Chrisitan Horner necesita de sus dos autos para luchar por la corona de Constructores.
¿Y McLaren? El error de Oscar Piastri (excedió el límite de pista y le quitaron el tiempo) lo dejó afuera de la Q2 de la clasificación del sprint. De todas maneras, el australiano no se mostró cómodo con su MCL38 en ningún momento. En el único ensayo que tuvo la cita de Texas no había podido encontrar el balance. Norris, el escolta de Verstappen fue cuarto, detrás de George Russell (le ganó a Lewis Hamilton, quien fue séptimo y se quejó por el momento que Mercedes lo mandó a pista en Q3) y de Charles Leclerc. El team de Woking no estuvo todo lo fuerte que venía mostrando. Un dato: los McLaren llegaron a Estados Unidos con su alerón trasero modificado por imposición de la FIA. Todo comenzó en Bakú, donde se detectó que la flexibilidad del ala en velocidad elevada era mucha y se abría la paleta del DRS, creando un mini DRS. En una pista de rectas largas y alta velocidad, ya con el elemento cambiado, McLaren no pudo con Verstappen. Norris quedó a 250 milésimas. ¿Será por el alerón?